Este hombre no es famoso porque haya sobrevivido en una situación extrema o porque haya eliminado una enorme cantidad de hombres, es famoso por haber roto un récord, pero no cualquier record, si no el que ahora está en la cúspide de los francotiradores: mayor distancia de haber eliminado un objetivo.
El Cabo de Caballería del Ejército Británico, Craig Harrison, eliminó a dos guerrilleros talibanes a 2,475m de distancia con un rifle L115A3. Las condiciones para lograr el tiro fueron ideales, pues el calibre que usaba, .338 Lapua Magnum, solo tiene un alcance efectivo de 1600 m. Harrison menciona que era un día claro sin viento y la visibilidad era magnifica. Su observador y calculador Cliff O´Farell le informa de dos guerrilleros; decide ajustar su mira y después de unos minutos de cálculos hace el primer disparo, dos segundos después el primero cae, inmediatamente realiza otro disparo y el segundo cae también.
El anterior record de un francotirador a distancia fue el del canadiense Rob Furlong, (no esta dentro de la lista) que con su fusil McMillan Tac-50 derribó a un rebelde talibán a una distancia de 2,430 metros.
Nació en el 1949 en Oregon, Estados Unidos. Como francotirador perteneció al Cuerpo de Marines durante la Guerra de Vietnam. Su habilidad como tirador le llevó a tener el record de mayor muerte confirmada por un francotirador perteneciente a la infantería de los Estados Unidos, con 103 y 213 no confirmadas. Es un macabro record de bajas enemigas que Mawhinney no estaría muy interesado en reclamar, bajo el entendido de que nadie le interesaría los resultados de su caza furtiva.
En 1777 el fusilero Timothy Murphy fue seleccionado junto a 500 tiradores para apoyar el pelotón del General Daniel Morgan del ejército norteamericano, que partía hacia Nueva York con el propósito de parar el avance del ejército invasor inglés a cargo del General John Burgoyne. La resistencia causó gran estrago al ejército inglés, lo que produjo su reubicación en Saratoga. Esta medida fue motivada y ejecutada por el Brigadier General Simon Fraser, la cual fue advertida al Gral. Morgan. La decisión de Morgan no se hizo esperar y dio orden a su mejor fusilero para que despachara al Gral. Fraser. Timothy Murphy tomó posición sobre un árbol y con su fusil Kentucky, de cañón largo, apuntó a su objetivo, a una distancia aproximada de 300 yardas; segundos después el general caía de su caballo.
En el mismo escenario de batalla, otro alto oficial corría la misma suerte de manos de Murphy; Sir Frances Clarke, ayudante de campo del Gral. Burgoyne, quien galopaba rápidamente llevando consigo un mensaje trascendental a su comandancia cuando, repentinamente, se encontró con una bala disparada por el fusilero de la resistencia. Estos dos tiros infalibles, ejecutados por Timothy Murphy, hicieron más que cualquier cosa para romper la moral de los británicos y para cambiar el rumbo de la batalla más importante de la Revolución Norteamericana.
Tras la entrada de los alemanes en Stalingrado, Zaitsev se presentó como voluntario, junto a otros veinte marinos, para ir a luchar a la ciudad. El francotirador fue la llave para acosar y desmoralizar el ataque de las fuerzas alemanas. Los que estaban implicados se convirtieron en héroes soviéticos, uno de ellos era Vassili Zaitsev. Se volvió famoso después de que la prensa descubriera que logró 40 muertes en un período de diez días. Él usaba una ronda de tiros simples cuando elegía sus blancos, esta habilidad la aprendió mientras cazaba ciervos en los bosques cercanos a Elininski, su hogar en las colinas de las montañas de Los Urales, Rusia.
Cuando llegó a Stalingrado fue asignado a la 284ª División de Fusileros, pero los oficiales no consideraron conveniente enviarlo a primera línea de combate, ya que no poseía las cualidades de un soldado de infantería. La casualidad quiso un día que, Zaitsev, armado con su rifle Mosin Nagant con mira normal, acabara de un sólo disparo con el operador de una ametralladora alemana que estaba a varios cientos de metros y un oficial de la unidad fuera testigo de este hecho. Inmediatamente ordenó que le consiguieran una mira telescópica y le asignaran a la unidad de francotiradores.
A lo largo de toda la batalla de Stalingrado su cuenta ascendió a 194 muertes confirmadas (232 según algunas fuentes). Tras la batalla de Stalingrado, Vassili Zaitsev continúo en el frente como francotirador hasta el final de la misma consiguiendo la cifra de 400 muertes, una de las mayores de la Unión Soviética. Recibió dos veces la Orden de Lenin y fue nombrado Héroe de la Unión Soviética. Tras la guerra siguió en el ejército como instructor de francotiradores. De hecho, en la guerra fría, participó en muchos estudios y análisis sobre el uso de los francotiradores en la guerra moderna y es, en parte, responsable del apoyo que el ejército soviético siempre dio a esas unidades. En 1971 se publicó un libro con su biografía "Notes of a Sniper".
Cuando los alemanes le declararon la guerra a Rusia Pavlichenko se unió al ejército, pero una vez en el frente vio una realidad poca halagadora. “Sabía que mi tarea era disparar a seres humanos”, escribió en una nota, “en teoría eso estaba bien, pero hacerlo sería otra cosa”. Aunque Pavlichenko pudo divisar objetivos enemigos durante su primera incursión, no pudo disparar. Pero todo el escenario emocional de esta soldado cambió cuando un joven ruso, cerca de ella, fue abatido por fuego enemigo, “Él fue un gran compañero”, dijo, “y fue muerto justo a mi lado, a partir de ahora nadie podrá detenerme”. Lyudmila alcanzó el grado de teniente y en su haber se confirmaron 309 bajas enemigas, de las cuales 36 eran francotiradores alemanes.
Lyudmila Pavlichenko nació en una pequeña aldea de Belaya Tserkov en Ucrania el 12 de Julio de 1916. A sus catorce años sus padres se trasladan a Kiev, capital Ucraniana, y allí se une al club de tiro. A sus 25 años Pavlichenko se encontraba estudiando historia en la universidad de Kiev, cuando Hitler, en el 1941, da la orden de atacar a Rusia. En 1943 recibió la Estrella de Oro como Héroe de la Unión Sovietica, culminó su carrera de historiadora y comenzó a ejercerla.
Lyudmila Pavlichenko, en un encuentro con La Primera Dama de los Estados Unidos Eleanor Roosevelt. Fue invitada por varios países aliados para dar testimonio de su hazaña la cual ya estaba altamente difundida.
Fue un soldado de Ojibwa (grupo de nativos canadienses) que peleó junto a las fuerzas canadienses durante la Primera Guerra Munidal en las Batallas de Monte Sorrel y Passchendaele en Bélgica y Scarpe en Francia, confirmándosele, como francotirador, 378 muertes. La labor de este soldado fue más allá de su pericia como tirador. No era usual que a un francotirador le asignaran la encomienda de llevar mensajes bajo un incesante fuego enemigo, o dirigir una acción crucial cuando un oficial superior resultara incapacitado, o ir en busca de municiones bajo condiciones de alto riesgo; todas estas acciones, aparte de su misión como francotirador, fueron cumplidas eficientemente por Pegahmagabow.
Una revista canadiense publicó que Pegahmagabow empleó en la guerra las habilidades que éste aprendió en su niñez, pero el historiador Tim Cook tuvo otra versión sobre la historia de este temible guerrero, al igual que otros nativos canadienses, “Ellos entendieron que por sus sacrificios le darían más derechos dentro de la sociedad”. Entre sus compañeros de armas Pegahmagabow fue considerado un héroe, pero al retornar a su país no dejo una impresión merecedora de estima y agradecimiento ante tal entrega y sacrificio.
Fue un francotirador norteamericano que prestó servicio durante la Guerra de Vietnam en la 9ª División de Infantería. Es poco conocido, pero tiene el record de mayor muerte confirmada por un francotirador norteamericano: 109. Carlos Hathcock tuvo 93, Eric R. England 98 y Chuck Mawhinney 103, todos miembros del Cuerpo de Marines de los EEUU. Waldron fue uno de los pocos a quien se le otorgó, en dos ocasiones, la Cruz de Servicio Distinguido en acciones separadas en el 1969. El Cnel. Michael Lee Lanning describe la habilidad de este tirador: “Una tarde Waldron viajaba a lo largo del Río Mekong en una lancha Tango, cuando un francotirador enemigo, desde tierra, disparó. Inmediatamente toda la tripulación se resguardó en la lancha mientras se esforzaban en ubicar al tirador que seguía disparando desde una distancia aproximada de 900 mts., el Sargento Waldron tomó su fusil, apuntó y eliminó al antagonista desde el tope de un cocotero de un disparo, esto desde una plataforma en movimiento. Tal era la capacidad de nuestros mejores francotiradores”.
Simo Häyhä nació en 1906 en Finlandia, cerca de la frontera con Rusia. Sin dudas es uno de los francotiradores más connotados de la historia de la guerra. Durante su incursión, cuando los rusos invadieron a Finlandia (Guerra de Invierno de 1939-40), Simo solía ocultarse bajo la nieve y acechaba a su oponente de forma meticulosa. Su paciencia y perseverancia lo llevaron aglutinar, en un período de sólo tres meses, un poco más de quinientas muertes rusas; se le conoció como “la muerte blanca”. Utilizaba el fusil M28 Pystykorva, una variante finlandesa del fusil soviético Mosin Nagant. También, generalmente prefería no usar mira telescópica para no aumentar el tamaño del blanco que ofrecía al enemigo durante los combates, y porque con frecuencia, los francotiradores eran delatados por el reflejo del sol en las lentes de estas miras, además, con tan bajas temperaturas podían empañarse o romperse con facilidad.
Otra de sus tácticas consistía en compactar la nieve delante de él para que al disparar no se removiese. A su vez, para evitar que el vaho de su aliento le delatase, llenaba su boca de nieve. Su corta estatura, 1,52 m, también le resultó de gran ayuda a la hora de pasar inadvertido en el combate.
Los rusos pusieron precio a su cabeza cuando comenzó a hacerse público que un tipo con su rifle luchaba por Finlandia con una efectividad pasmosa. Se organizaron operaciones únicamente para acabar con él, y en ocasiones, los soldados rusos que iban a cazar acabaron siendo cazados; todos alcanzados por “la muerte blanca”, incluso ataques masivos con explosivos fueron infructuosos.
Häyhä fue herido en la cara por una bala explosiva enemiga, se presume que fue realizado al azar. Tras ser herido mortalmente, los compañeros de Simo le dieron asistencia, quienes relataron posteriormente que la mitad de su cara había desaparecido. El día 13 de marzo, el mismo en que se firmó la paz entre la Unión Soviética y Finlandia, Simo Häyhä recuperó la consciencia. Tras la guerra, fue ascendido de cabo a segundo teniente por el mariscal de campo Carl Gustaf Emil Mannerheim. Ni antes que él ni posteriormente ningún soldado había obtenido un ascenso en circunstancias tan dramáticas en la historia militar de Finlandia.
Charles Henderson, autor de la biografía de Carlos Hathcock, describe que en el 1967, durante la Guerra de Vietnam, Carlos realizó dos disparos con una ametralladora pesada marca Browning M2 calibre 50, diseñada especialmente para atacar infantería sin blindaje o ligeramente blindada, lanchas, fortificaciones y aviones en trayectorias bajas, aunque esta vez esta arma fue utilizada para abatir a un solo hombre; un soldado del Viet Cong que llevaba provisiones a sus compañeros. Según Henderson, Carlos fue el pionero en utilizar un M2 como arma de francotirador. Para conseguir atinar en este blanco a un poco más de dos kilómetros (record sólo alcanzado 30 años después), el propio Carlos realizó modificaciones a esta arma para disparar tiro a tiro y con mayor precisión.
Hathcock, también conocido como “Pluma Blanca”, consiguió elevar su nombre a la categoría de leyenda gracias a su eficacia y precisión en la agreste jungla vietnamita. Sin embargo, es curioso que las 93 bajas confirmadas, entre los que figuraban altos mandos como generales y oficiales, no lo sitúan entre los francotiradores más efectivos, aunque se comenta que la cifra puede extenderse hasta las 300 bajas no oficiales, ya que para oficializar una baja se debe tener un observador que confirme la baja, y él participó en muchas operaciones en solitario. La destreza de este cazador causó pavor en las filas enemigas, donde no dudaron a la hora de poner precio a su cabeza (unos 50.000 dólares estadounidenses para la época).
Chris Kyle, el más letal en la historia estadounidense (250 víctimas, decía él; 150 los demás). Nacido en Odessa, Texas, en 1974. Miembro de los Navy Seals, condecorado por su tarea como francotirador en Irak. Su autobiografía, American sniper, fue bestseller. Fue asesinado en febrero de 2013 a la edad de 38 años. Seguir leyendo: Chris Kyle, el francotirador más letal de los Navy Seals.
José R. Páez Canela, Periódico Guarnición (E.N.)
Fuente: archivo PDF
Estos si que eran maquinas de matar. Vaya elementos
ResponderMe encanta este blog por todo lo que se aprende. Enhorabuena.
ResponderEn respuesta a: diseño flyer. Muchisimas gracias, de eso se trata, que lo que aqui expongo sea de utilidad.
ResponderUN SALUDO
grade vasili el mejor
ResponderMuy documentado.
ResponderEstupendo post, me ha servido de mucha ayuda.
ResponderMuchas gracias, encantados de haberle servido de ayuda. Un saludo.
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Gracias por tu aportación. Muy interesante.