Descripción actual de la enseña española
En el Reino de Castilla y en la Corona de Aragón se llevaron pendones carmesíes con sus respectivas armas, y así continuaron incluso durante los reinados de los Reyes Católicos, predominando el empleo de los colores encarnado y amarillo.
Felipe I (1506) el Hermoso, introdujo el signo distintivo de la casa de su madre, María de Borgoña, esto es, el aspa de Borgoña o aspa de San Andrés (Imagen 1), que consiste en dos troncos de árbol sin ramas y cruzados en aspa. Por haber sido instrumento para el martirio del santo están teñidos con su sangre y casi siempre se representan en rojo o carmesí. Este símbolo, de gran trascendencia, se llevó desde principios del siglo XVI prácticamente hasta 1931 en que la Segunda República lo demolió. Desde 1971 figura en el guión del Príncipe de Asturias y desde 1975 en el de S.M. el Rey Don Juan Carlos I.

(Imagen 1)
El momento en el que puede verse la que podemos llamar, sin duda, primera Bandera Española fue en ocasión de la batalla de Pavía (1525) en la que nuestras tropas llevaron como enseña telas blancas con aspas encarnadas; esa misma bandera se llevó también en la mar.
En los dos siglos siguientes, el devenir de la tipología de la bandera, fundamentalmente militar, proporcionó dos modelos reglamentados: el de la bandera principal, una sola por Tercio, y el de las banderas secundarias, una por cada Compañía. La principal, que representaba la autoridad real era la de la Compañía que mandaba personalmente el Maestre de Campo, blanca con aspa roja o carmesí y, en ocasiones, adicionada con otros símbolos como el águila imperial, las armas reales o el escudo del Maestre. Las secundarias, una por Compañía, son de variado colorido, con aspa roja o carmesí y de estructura a criterio de los Capitanes.

Pavia
Con el advenimiento de la Casa de Borbón, Felipe V renovó y centralizó las instituciones; los Tercios pasaron a ser Regimientos (1704) y la bandera principal se llamó Corónela (1707), mientras que las otras continuaron un tanto indefinidas.
En 1728 se ordenó que la bandera Corónela fuese blanca con el escudo de las Armas Reales y todas con el aspa de Borgoña. En unas y otras se podían poner en la extremidad de las esquinas las armas de los reinos y provincias de donde provenían o las divisas particulares que hubiesen tenido o usado. Este esquema general, con amplitud de interpretaciones continúa durante la Guerra de la Independencia, y durará hasta 1843.
En el siglo XVIII la dinastía de los Borbones reinaba en Francia y en España; por tanto, los buques de la Armada franceses y españoles (así como sus ejércitos) enarbolaban la misma bandera, la bandera blanca, aunque con ciertas diferencias), de la dinastía borbónica. Ello dio lugar a múltiples confusiones entre buques de guerra ingleses que atacaban a navíos españoles creyéndoles franceses y viceversa, según estuvieran España o Francia en guerra o en paz con Inglaterra.
En 1785, reinando Carlos III, y a la altura de las Islas Canarias, tuvo lugar el siguiente grave incidente marítimo con Inglaterra. Estando en paz con España y en guerra con Francia, una flota inglesa que regresaba de la India atacó por sorpresa y hundió dos navíos españoles que volvían de las Canarias a la Península. Los ingleses, debidamente, se excusaron pagando daños y perjuicios. Alegaron que fue un error al tomar por franceses a los navíos españoles.
Este grave incidente decidió al rey Carlos III a adoptar una bandera diferente para la Armada española. Como antes de reinar en España lo había hecho en Nápoles (Reino de las Dos Sicilias), bien recordaba las «barras rojo y gualda aragonesas» de la antigua Armada napolitana que, por razones de visualidad en la mar de los estrechos gallardetes, eran horizontales y no verticales. En consecuencia y sobre la marcha, ese mismo año de 1785 (Real Decreto de 28 de mayo de 1785, dictado en el Palacio Real de Aranjuez), la adoptó por bandera de la Armada española (razón por la cual la Orden del Mérito Naval es la única condecoración española con los colores de la enseña nacional).

Carlos III
Años después se repite la historia. Carlos III escoge la nueva bandera para la Armada pero no para los ejércitos, que continúan con la vieja, blanca, de los Borbones. De tal modo que, en la primera guerra civil carlista, los regimientos y batallones de ambos bandos (carlistas e isabelinos) enarbolaban la misma bandera sin diferencia alguna. Se puede imaginar las sangrientas confusiones.
Desde entonces, la bandera sólo tenía la representación real en el Ejército, la Armada, las plazas fuertes y los edificios oficiales y había una gran diversidad de banderas: blancas, corónelas o batallonas, azules en la Casa Real y Artillería, a las que se les unieron las moradas de Ingenieros, los estandartes, principalmente carmesíes y las dos banderas navales.
El carácter de Bandera Nacional tomó carta de naturaleza con el Real Decreto de 13 de octubre de 1843 por el que la Reina Isabel II al ser la Bandera Nacional el símbolo de la monarquía española, determiné que todas las banderas fuesen iguales en forma, dimensiones y colores a la Bandera de Guerra Española, teniendo en el centro el escudo de armas, ampliándose después en que se añadiría el aspa de Borgoña debajo del escudo.

Bandera Republicana
La segunda República (1931) definió la bandera como la formada por tres franjas del mismo ancho, roja, amarilla y morada con el escudo del Gobierno Provisional de 1868.
La Bandera Nacional roja y gualda se restableció por Decreto de la Junta de Defensa en 1936 y llevó el escudo con el águila, con pequeñas variaciones, hasta 1981.
La enseña nacional está regulada y descrita en las siguiente normas:
a) La Constitución, artículo. 4º, Apartado 1: La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
b) La Ley 39/1981, de 28 de octubre, regulando su uso. Su artículo 2º, entre otras cuestiones, dice: En la franja amarilla se podrá incorporar, en la forma que reglamentariamente se señale, el escudo de España. Indica, después, las banderas nacionales que hayan de ondear en las edificios o establecimientos oficiales y públicas (relacionados específicamente por la propia Ley en una lista cuya extensión no nos permite mencionarla).
c) El Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivas (Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero), que, sobre esta cuestión y entre otras casas, dicta:
- El largo de la bandera nacional será 3/2 del ancho.
- Su confección será en seda, tafetán, lanilla o fibra sintética, según las casos.
- Sus tamaños o medidas (de no ser especificados en casos concretas) serán las siguientes:
Tipo 1: 6.640 mm de largo y 4.430 de ancho.
Tipo 2: 4.110 mm de largo y 2.740 de ancho.
Tipo 3: 3.240 mm de largo y 2.160 de ancho.
Tipo 4: 1.500 mm de largo y 1.000 u 800 de ancho.
Tipo 5: 750 mm de largo y 500 de ancho.

El 20 de Octubre de 1982 se ordenó que todas las banderas que tuviesen menos de 50 años (es decir, todas menos la de la Academia General Militar) fuesen sustituidas por otras nuevas del modelo 1981, cuya diferencia con el anterior consiste en que el escudo del águila ha sido sustituido por otro cuartelado de Castilla, León, Aragón y Navarra, con la Granada en punta y el escusón central de la casa de Borbón, timbrado por corona Real y entre con las columnas de Hércules a sus costados.
Fuente: archivo PDF
Historia de la bandera de España
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