Unos científicos descubren el objeto más lejano del sistema solar. Este Mundo Lejano, según se le ha denominado y que está tres veces más lejano que Plutón, tarda en completar su órbita por lo menos mil años.
Se le ha llamado "Farout", que significa remoto. Y lo único que se aprecia de él es un punto rosado de luz en el cielo oscuro, una bola de hielo con un diámetro de 483 kilómetros que orbita a 17.700 millones de kilómetros del Sol, o lo que es lo mismo: tres veces la distancia a Plutón. Hasta el momento es el objeto más lejano que se ha podido observar, según publica El New York Times.
¿Pero, por qué tarda tanto en completar su órbita?
Su anunció se publicó el 17 de diciembre por el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional, dándole la designación de 2018 VG18.
Debido a su gran distancia la gravedad del Sol disminuye, por lo que los objetos se mueven muy lentamente, llegando a tomar mucho más tiempo en completar su órbita.
Por algún tiempo se pensaba que Plutón estaba al borde del sistema solar, sin embargo en 1992 los astrónomos descubrieron más mundos congelados en una región conocida como el Cinturón de Kuiper. Hasta el momento el VG18 parece ser es el más remoto.
Datos que conocemos de "Farout"
- Tiene un color rosado.
- Su ancho es de 483 kilómetros.
- Su viaje alrededor del Sol es de al menos mil años.
Lo que desconocemos sobre "Farout"
- No sabemos si su órbita es elíptica y si se acerca hacia Neptuno o si es circular y siempre permanece lejano.
- Si el VG18 es realmente tan grande, es probable que sea lo suficientemente grande como para que la gravedad lo lleve a una forma redonda y cumpla con la definición de "planeta enano", la misma categoría que incluye al asteroide Ceres y al antiguo planeta Plutón.
- Se desconoce si realmente VG18 es el más lejano, pero si que es el objeto más lejano que los telescopios actuales han podido detectar, según asegura el astrónomo Scott S. Sheppard del Departamento de Magnetismo Terrestre en el Instituto Carnegie.
En cuestión de meses el brillo de la estrella Epsilon Aurigae (Aur ε, ε Aurigae, es la designación de Bayer de una estrella en el norte de la constelación de Auriga) cae de una magnitud visual aparente de 2,92 a 3,83, se recupera un poco, vuelve a bajar y recupera gradualmente su brillo habitual (esta regulación dura de entre 640 a 730 días) hasta después de otros 27 años.
Desde el siglo XIX, los astrónomos han estudiado a esta estrella misteriosa, manifestando finalmente que Epsilon Aur, centrada en esta imagen celeste telescópica, efectivamente estaba sufriendo un gran eclipse por un objeto compañero oscuro. Pero la naturaleza del acompañante e incluso el estado de la brillante estrella no podía ser definido por las observaciones.
Continuando la acumulación de pruebas, Citizen Sky (N.T.: Cielo Ciudadano), un equipo de astrónomos profesionales y aficionados, estudiaron el eclipse de Epsilon Aur, indicando que comenzó en agosto de 2009 y que en diciembre de ese mismo año alcanzó su punto más álgido de luminosidad. Situación que continuó sin cambios durante 2010, antes de recuperar progresivamente su resplandor normal en el 2011.
Entre tanto, recientes datos de infrarrojo del Telescopio Espacial Spitzer apoya un modelo para el enigmático sistema que identifica Epsilon Aur como una estrella grande aunque poco masiva cerca del final de su vida, periódicamente eclipsada por una estrella solitaria incrustada en un disco polvoriento.
Se considera que el disco tiene un radio de unas 4 unidades astronómicas UA, o lo que es lo mismo, 4 veces la distancia de la Tierra al Sol -unos 600 millones de kilómetros- y un grosor de 75 millones de kilómetros.
¿De qué trata el método Doppler, que empleamos para buscar un planeta entorno a Próxima?
Sin embargo, gravitacionalmente hablando, pertenece a un sistema triple en el que Próxima gira alrededor de un sistema binario a una distancia diez mil veces mayor que la distancia entre el Sol y la Tierra. Los miembros de la binaria interior se denominan Alpha Centauri A y B, que se parecen bastante a nuestro Sol. Giran una alrededor de la otra a una distancia veinte veces mayor que la distancia Sol-Tierra.
Las componentes de un sistema estelar múltiple se nombran añadiendo una letra mayúscula al nombre de la estrella. Alpha Centauri A es la componente más brillante, Alpha Centauri B es una estrella con una luminosidad ligeramente menor, y Alpha Centauri C, mucho más débil, es la que conocemos como Próxima Centauri. Alpha Centauri A y B se hallan muy juntas, y constituyen el segundo objeto nocturno más brillante en el hemisferio sur - después de Canopus, una estrella más caliente y distante-. Próxima Centauri no fue descubierta hasta 1915, en parte porque su luminosidad es solo un 0,1% la del Sol. A pesar de tenerla al lado (astronómicamente hablando), no fue fácil detectarla por su cercanía a sus vecinas más brillantes. Naturalmente, la gente ha especulado desde hace mucho sobre la posibilidad de que exista vida en los lugares más próximos a nosotros fuera del Sistema Solar. En 2012, un estudio de velocidad radial -o desplazamiento Doppleren Alpha Centauri B reveló la señal de un planeta con la masa de la Tierra siguiendo una órbita de tres días. Sin embargo, varios estudios posteriores han analizado los mismos datos y no han confirmado esa señal. El descubrimiento de 2012 depende de un modelo que tiene en cuenta la actividad de Alpha Centauri B, del mismo modo que para detectar la Tierra alrededor del Sol habría que tener en cuenta los efectos de la rotación del Sol, su actividad, y los ciclos de las manchas solares. Varios científicos han intentado caracterizar los ciclos de actividad estelar, pero por ahora no ha sido posible confirmar la existencia de un pla- neta como la Tierra alrededor de Alpha Centauri B.
Uno podría preguntarse por qué tanto ese estudio de 2012 como nosotros usamos la técnica del desplazamiento cuando el telescopio espacial Kepler ha entrado tantos planetas. Es importante tener en cuenta que las detecciones de Kepler necesitan que el planeta bloquee la luz de las estrellas, de modo que, a pesar de que los estudios de tránsitos han sido extremadamente fructíferos, solo pueden detectar objetos alrededor de una pequeña fracción de estrellas cuya disposición produzca tránsitos. Sin embargo, las señales de desplazamiento Doppler o velocidad radial pueden, en principio, ser detectadas en cualquier estrella que tenga planetas a no ser que el plano de su órbita esté de cara a nosotros. Y Próxima Centauri es una buena candidata para buscar planetas ya que su masa y su radio son solo un 10% de los de Alpha Centauri B. La pequeña masa de Próxima Centauri implica que si ambas tuvieran un planeta de la misma masa, el de esta última sería proporcionalmente más sencillo de detectar. Pero, por supuesto, esto dependerá de los detalles. En nuestra búsqueda medimos el desplazamiento Doppler provocado por el planeta sobre su estrella anfitriona a través de su mutuo tirón gravitatorio. En el caso de Alpha Centauri B, la señal era de cincuenta y un centímetros por segundo (1,8 km/h), o aproximadamente la velocidad de un bebé gateando, y con una masa similar a la terrestre. Sin embargo, si encontramos una señal como esa alrededor de Próxima Centauri, mucho menos masiva, implicaría un planeta aún más ligero.
Anteriores trabajos en Próxima nos dan la restricción de que cualquier señal a su alrededor no corresponderá a un planeta de más de diez masas terrestres. La masa de Próxima Centauri —la décima parte de la del Sol— implica que la proporción entre las masas de Próxima y cualquier planeta en su órbita será de más de tres mil. Para poner esto en contexto, piensa en la fuerza que ejerce sobre ti un objeto cuando lo atas a una cuerda y lo haces girar a tu alrededor. Una proporción de tres mil equivaldría a algo así como una pelota de golf, de unos cuarenta y cinco gramos, girando alrededor de un luchador de sumo, de unos ciento cincuenta kilos.
Cuando observamos el desplazamiento Doppler de las estrellas en busca de planetas ocultos, lo que en realidad hacemos es intentar detectar pequeños cambios en la luz, debidos a que las ondas de luz que nos llegan se comprimen y se estiran debido al movimiento que el planeta produce sobre la estrella (un efecto similar al que se produce al escuchar una ambulancia: si se acerca a nosotros se escucha en tono agudo, y grave cuando se aleja).
Tenemos la suerte de que la tecnología moderna, junto con un procesado inteligente de datos desarrollado por sucesivas generaciones de astrónomos e ingenieros, nos permiten obtener medidas precisas de la frecuencia o longitud de onda durante periodos de tiempo largos. Si tenemos acceso a un telescopio y a una cámara digital sensible, podemos recolectar tanta luz de las estrellas como para poder dispersarla, de modo que en lugar de observar un gran rango de longitudes de onda —que percibimos como luz blanca—, podemos medir sutiles cambios en la luz en función de su longitud de onda.
Esto es equivalente a hacer pasar la luz de la estrella a través de un potente prisma que nos permite separar la luz blanca en todos los colores del arco iris. En la práctica, esto se consigue haciendo incidir la luz sobre una red echelle. Se trata de una placa de cristal (como el portaobjetos de un microscopio) con cientos de líneas grabadas en cada milímetro. De esta forma la luz se dispersa mucho mejor que en un prisma, dándonos la suficiente resolución para observar especies atómicas y moleculares en las que se producen transiciones particulares a energías concretas. Dado que Próxima Centauri está relativamente cerca y a que el espacio está 4 muy vacío, cuando obtenemos un espectro de la estrella las líneas atómicas y moleculares que vemos tienen las intensidades que esperamos para la temperatura de Próxima Centauri; y las líneas se mueven siguiendo el movimiento relativo de la estrella con la Tierra, por lo que estamos seguros de que nuestro instrumento está observando la atmósfera de Próxima Centauri.
Otro ingrediente clave de los muchos que se necesitan para detectar con precisión los desplazamientos Doppler es una fuente de referencia estable para el espectrógrafo. En el caso de nuestro experimento el instrumento HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher) usa una lámpara de torio-argón como fuente de referencia. En una bombilla normal, un filamento de tungsteno se calienta hasta emitir luz cuando se le aplica un voltaje. En una lámpara de referencia los voltajes que se aplican son mayores, de modo que los electrones de los átomos se ionizan. Los elementos que se eligen son aquellos con un gran número de estados de energía distintos. Cuando los electrones se excitan, se mueven entre todos los niveles posibles de energía, emitiendo fotones que se detectan como un bosque de líneas de emisión a lo largo de un amplio rango de longitudes de onda.
La mejor combinación que se ha encontrado hasta ahora es la del elemento pesado torio y el gas inerte argón. Cada vez que toma- mos un espectro de Próxima Centauri lo comparamos con el espectro de referencia de la lámpara de torio-argón para determinar cuánto se han movido las líneas del espectro de Próxima Centauri. La temperatura y la presión de la lámpara de torio-argón se controlan constantemente para asegurar que se mantienen constantes. La idea es que no haya ningún cambio en el procedimiento experimental entre una medida y la siguiente. Esto significa que podemos usar los datos ya registrados para deducir el movimiento de Próxima Centauri y por tanto cualquier desplazamiento Doppler debido a planetas que orbiten a su alrededor.
Hugh R. A. Jones
Este artículo aparece en el número 49, junio 2016, de la revista Información y Actualidad Astronómica, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA_CSIC).
(Centre for Astrophysical Research, U. Hertfordshire)
Traducción: Rubén Herrero-Illana
Fuente: archivo PDF
El método Doppler y la estrella Próxima Centauri
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mayo 05, 2017
Una explosión única e histórica cambiará nuestro cielo nocturno en el 2022
Solo faltan 5 años a fin de que la Tierra presencie un evento astronómico histórico, jamás ocurrido con anterioridad.
En una conferencia de la Sociedad Astronómica Americana, el científico Larry Molnar habló sobre este descubrimiento y aseguró que va a ser en el 2022 cuando se generará una explosión en el espacio que alterará el cielo nocturno de nuestro planeta.
Este sorprendente evento va a ser el resultado del impacto de la llamada KIC 9832227, un sistema binario (2 estrellas que orbitan una cerca de la otra) ubicado en la constelación del Cisne que, conforme a las previsiones, en 5 años se precipitarán hasta derretirse en una estrella, que empezará a llamarse nova roja.
Al derretirse se generará una enorme explosión que va a ser altamente perceptible desde nuestro planeta y que va a hacer que la estrella resultante aumente de forma notable su brillo (un intenso color colorado) y se transformará, a lo largo de un tiempo, en el cuerpo celeste más resplandeciente del firmamento. El nuevo astro formará una parte de la constelación del Cisne y también incorporará un grado de luz auxiliar a las estrellas que forman la Cruz del Norte.
Constelación Cisne
La constelación Cisne, también conocida como Cygnus es un conjunto de estrellas agrupadas del hemisferio norte que atraviesa la Vía Láctea y que la colocación de exactamente las mismas hace que en ciertas ocasiones sea llamada como la Cruz del Norte, distinguida de la constelación austral de la Cruz del Sur.
Molnar y su grupo de astrónomos llevan estudiando la estrella KIC 9832227 desde el año 2013, y juntos han logrado conocer de mejor manera la activa de los sistemas binarios, que se producen cuando dos estrellas del sistema comparten exactamente la misma atmósfera. Tras haber llevado a cabo numerosas investigaciones, Molnar descubrió que debido a las modificaciones en el periodo orbital de KIC 9832227, aumentan las posibilidades de que se genere una colisión dentro de 5 años.
Durante este 2017 Molnar y su equipo examinarán a fondo la estrella KIC 9832227 en todas y cada una de las longitudes de onda. Si los pronósticos no fallan, sería la primera vez que un grupo de astrónomos logran captar el momento en que los dos componentes de un sistema binario de estrellas se fusionan, y examinar a fondo todo lo que pasa a lo largo de los años que anteceden a la explosión.
Fuente: estrelladigital.es
Una explosión única e histórica cambiará nuestro cielo nocturno en el 2022
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enero 26, 2017
El misterio de los 18 mensajes que podrían llegar desde otra galaxia
Ha sido hasta el momento uno de los grandes misterios de la astronomía moderna. Las señales de radio recibidas de origen desconocido. Los estallidos veloces de radio Fast radio burst (FRB, por sus iniciales en inglés) son señales de ondas de radio, de corta duración, aunque sí de gran potencia, que se producen en el universo.
Su brevedad, conjuntada con la complejidad para determinar con precisión su ubicación, han hecho que los FRB fuesen un misterio para los astrónomos a lo largo de los años. Hasta el momento.
Un grupo de científicos asegura haber localizado el origen de una de estas señales de radio, llegando a la conclusión de que vienen de otra galaxia. Han sido en suma un total de 18 mensajes que han hecho meditar en todo género de teorías atrevidas: incluyendo a los extraterrestres.
Una potencia equivalente a 500 millones de soles
Estas emisiones, de tan sólo milisegundos de duración aunque con una potencia equivalente a 500 millones de soles, proceden de una galaxia enana y sutil a 3.000 millones de años luz de la Tierra con una masa de alrededor del 1% de la que tiene en total la Vía Láctea. Solo hay que imaginar el largo periplo de tiempo y espacio intergaláctico que han recorrido estos 18 mensajes para de esta manera podernos sorprender y comprobar lo poco que sabemos sobre lo que nos rodea.
Los astrónomos recibieron con gran entusiasmo el descubrimiento, publicado en la gaceta especializada Nature. En 83 horas de observación durante un tiempo de 6 meses en el 2016, los radiotelescopios Very Large Array (VLA) llegaron a reconocer hasta un total de ¡nueve estallidos del FRB 121102!
Y esto resulta nuevo, pues hasta el momento no habían conseguido advertir más de una explosión al unísono considerandolas como unos acontecimientos aislados, lo que dejaba especular con que los pulsos eran "cataclismos galácticos" resultantes, por poner un ejemplo, de la colisión de dos estrellas o bien una supernova.
Ya se pueden descartar hipótesis
El descubrimiento, que aparte de publicarse en Nature se presentó en la 229ª asamblea de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos, permite a los científicos desechar ciertas explicaciones anteriormente sugeridas sobre el origen de los FRB. No pueden ser cataclismos, afirman, pues no son episodios aislados sino más bien repetidos.
Tampoco pueden proceder de súper agujeros negros, como otras emisiones, pues estos se encuentran típicamente en galaxias brillantes, y no en una tenue como es el caso.
Pudiendo afirmar claramente que estos mensajes no se producen en nuestra galaxia. Los científicos piensan que podemos percibir hasta 10.000 pulsos al día. Comprender de qué forma se producen estos pulsos puede abrir un nuevo campo en la astronomía, por poner un ejemplo, de qué manera consiguen viajar a tan vertiginosa velocidad para poder llegar a la Tierra. ¿Es el vacío entre las galaxias? ¿La existencia de otras dimensiones?
Los datos que los especialistas consiguen podrían mapear la distribución de la materia a través del universo e incluso poner a prueba la teoría de la relatividad de Einstein, en tanto que estas señales atraviesan un amplio espacio-tiempo cosmológico.
Otros astrónomos son menos ambiciosos y prefieren ser más precavidos. Estiman que estamos ante impulsos emitidos por magnetares o bien magnetoestrellas: estrellas de neutrones con un fuerte campo imantado que, conforme se sabe ya, emiten radiaciones de alta energía como los rayos gama o bien los rayos X.
Si bien los magnetares no relucen tan fuerte como sugieren los FRB, probablemente el plasma en torno a la misma estrella actué como lente magnificador de la luz que llega hasta la Tierra. Sin embargo, la verdad es que todavía queda mucho por investigar: puesto que el FRB 121102 estudiado es el único estallido repetitivo que se conoce, posiblemente represente un fenómeno totalmente diferente a otros FRB.
La posibilidad de que sea una estrella de neutrones orbitando en torno a un agujero negro es una de las múltiples hipótesis posibles. El Misterio continúa abierto, aunque eso sí, se han dado varios pasos sobre el tema.
Fuente: lainformacion.com
El misterio de los 18 mensajes que podrían llegar desde otra galaxia
Ha sido hasta el momento uno de los grandes misterios de la astronomía moderna. Las señales de radio recibidas de origen desconocido. Los...
A lo largo de los años, distintos investigadores se han dedicado a buscar una explicación lógica para la misteriosa Estrella de Belén, comúnmente relacionada con el nacimiento de Jesús, que aparece mencionada en el Evangelio según Mateo. La manera de interpretar esta historia está teñida por las creencias personales, la cultura y el grado de conocimiento que se pueda tener en aquellas áreas y disciplinas que han tratado de encontrar una significado asociado con este evento.
Existen astrónomos que buscan una explicación científica, cosa complicada debido a las inexactitudes en lo que hace referencia a la fecha de nacimiento de Jesús, tema crucial para poder establecer algún evento que pudiera ser modelizado, y reproducido utilizando las leyes matemáticas que rigen el movimiento de los astros: una conjunción planetaria, por ejemplo, es un evento que puede llamar la atención, no es muy frecuente, pero sucede varias veces a lo largo de una década; el paso de un cometa, si este es de largo período o no periódico, es aún más difícil de probar que un objeto de estas características, fuera visible en algún momento del pasado.
La interpretación bíblica
Están también las interpretaciones religiosas. La mención a los Reyes Magos y la estrella aparecen en el evangelio según Mateo (capítulo 2 versículos 1-12), allí se menciona que los Reyes Magos (no se especifica el número y el término Mago podía estar reservado a sabios o incluso a astrólogos) vieron la estrella (un término ambiguo que podía referirse a una estrella o un planeta, una conjunción de planetas o un cometa, tampoco se hace referencia a su brillo y todo hace suponer que la estrella sólo tuvo significado para los Magos) al llegar a Jerusalén, hacia dónde se dirigían y fueron desviados hacia Belén por Herodes y finalmente la estrella les indicó el sitio del nacimiento de Jesús.
En la actualidad, la interpretación bíblica va desde que el relato es verídico hasta que se trata de ficción.
La interpretación sobrenatural
Existen también explicaciones que asocian a la estrella con ángeles, visiones celestiales, pilares de luz. Tampoco se excluye la interpretación que la vinculan con OVNIS y actividad paranormal.
Otra interpretación en esta visión sobrenatural, relacionada con la profesión de los Magos, que eventualmente eran astrólogos. Para ellos, un evento celeste era significante y es posible que la estrella tuviera más un significado astrológico, que astronómico.
Para otros investigadores de datos astronómicos históricos, también podría haber sido la conjunción de Júpiter y Venus del año -4 (antes del año 4 de nuestra era), ya que los planetas se encontraban en la constelación de Leo. La estrella más brillante de Leo es Rigel, el Rey, haciendo alusión al carácter real del recién nacido.
Explicaciones astronómicas
Las explicaciones astronómicas, asocian a la estrella de Belén con: una nova o supernova, un cometa, la conjunción de Júpiter y Saturno, un agrupamiento entre Júpiter Saturno y Marte (ocurrido en el año 7 antes de nuestra era), una estrella variable.
Johannes Kepler intentó encontrar una explicación entre la ciencia y la religión y asoció a la estrella con la conjunción entre Júpiter y Venus del año -4 (antes del año 4 de nuestra era). Kepler también sostuvo la idea de que la estrella de Belén podría haber sido una Nova o supernova.
No es fácil decidir cuál de estos fenómenos podría haber sido considerados como milagroso en el pasado. La idea de que una deidad se vale de fenómenos naturales con un propósito divino no es nueva, inclusive fue una de las utilizadas por el mismo Kepler.
Supernova 1987A
Una explosión de supernova.
La idea de la supernova fue propuesta también por Kepler y se sostienen desde el siglo XVII. Sin embargo, no hay registro alguno de tal evento, ni siquiera en los anales Chinos. La única noticia que se tiene es de un posible evento de nova o cometa en la primavera del año 5 a. C, fecha que muchos asocian con el nacimiento de Jesús. No se conoce ningún registro de supernova por esos tiempos, aunque bien podría tratarse de una nova, asociada con una estrella variable. Una estrella apenas visible antes de la explosión como supernova puede transformarse en el objeto más brillante del cielo.
El Cometa
Esta interpretación también tiene su origen hace muchos siglos, sin embargo no hay registros indiscutibles respecto de la aparición de un cometa en el cielo en los tiempos del nacimiento de Jesús. El cometa resulta un objeto interesante como propuesta, es llamativo, muchos despliegan una cola que puede interpretarse como orientada hacia un determinado lugar.
En realidad, el cometa ha sido la representación favorita de los pintores. De hecho, en La Adoración de los Reyes Magos, el Giotto la pinta como un cometa. Sin embargo, el cielo que pintó el Giotto era el de su propia época.: el cuadro muestra el paso del Cometa Halley en el verano europeo de 1301.
Conjunción de Júpiter y Saturno
Kepler también asoció a la estrella con una posible conjunción entre Júpiter y Saturno. Sin embargo, según los cálculos actuales, en ningún caso estos planetas estuvieron en esa época tan cercanos en el cielo como para confundir a los dos como en uno solo. Esta hipótesis sólo podría ser conservada si a este evento particular se le asociára algún otro, como una nova o una estrella muy luminosa.
Fig. 3
Encuentro cercano entre Júpiter, Saturno y Marte
Estos tres planetas estuvieron suficientemente cerca como para ser un grupo llamativo en el año 6 antes de C, en la constelación de Piscis. Sin embargo los tres ocupaban un área de unos 8° que en el cielo es bastante extensa, y por ello no se los veía como un único objeto que pudiera considerarse "estrella", tal como puede verse en la Figura 3.
Una estrella variable
El astrónomo británico Mark Kidger propuso que la llamada estrella de Belén es un objeto real, una estrella que sigue siendo visible, eso sí, con telescopio, conocida como "la nova estrella DO Aquilae". Esta estrella es una variable y en el pasado pudo haber sufrido un rápido aumento de su brillo al expulsar material. Y pudo ser vista por los Magos, asomándose por encima del horizonte.
En el año 5 a. C, en el que muchos proponen como el del nacimiento de Jesús, una combinación de dos eventos tales como una nova y una triple conjunción de Júpiter y Saturno también ocurrieron en la constelación de Piscis. Los astrónomos Chinos registraron ambos eventos y mencionaron la aparición de una estrella que se mantuvo particularmente brillante durante 70 días.
Este tipo de sucesos, signos raros en un cielo que aún no era muy conocido, pueden haber llamado la atención de los Magos, quienes a su vez pudieron haberlo relacionado con un hecho religioso.
Midrash
Una explicación alternativa viene de la mano del Midrash, un método de investigación y estudio de libros como la Torá, que toma elementos actuales para ejemplificar textos antiguos.
En esta tradición los detalles no tienen porqué ser históricos y su inclusión puede ser usada para acentuar el significado religioso del relato. Mateo pudo haber querido reforzar el hecho milagroso del nacimiento y la metáfora de la aparición de una estrella confirmaba algunas de las profecías del Viejo Testamento asociadas con el nacimiento de Cristo.
Plutón tiene un corazón helado, y ahora la ciencia puede explicar por qué razón.
Esa zona grande, refulgente con forma de corazón compuesta de hielo de ázoe se divisó en el planeta enano en el mes de julio de 2015, cuando la nave New Horizons de la NASA tomó la conocida fotografía.
Esa zona de 1931.21 kilómetros de ancho recibió el nombre de Tombaugh Regio, en honor de Clyde Tombaugh, el astrónomo estadounidense que descubrió Plutón en 1930. La NASA apreció el verano pasado que "el corazón colinda con zonas ecuatoriales más oscuras y el terreno jaspeado que se halla al este (derecha) es complejo. No obstante, con esta resolución de imagen, la mayoría del interior del corazón semeja tener pocas facciones, que es tal vez una señal de procesos geológicos que se están haciendo en la actualidad".
Una investigación recién publicada en la revista científica Nature profundiza sobre estos procesos. Por las investigaciones que se hicieron las simulaciones se remontaron tanto 50,000 años en el pasado como en el futuro para de esta manera poder ver qué formó esta zona helada y de qué manera podría cambiar.
"Hemos descubierto que la manera del corazón fue creada en buena medida por hielo de ázoe que es enormemente volátil que se amontona en la cuenca y se forma una reserva permanente de hielo, como fue lo que observó New Horizons", le afirmó el creador de estudio Tanguy Bertrand a Researchgate. Pese a que existen cavidades profundas de hielo en la superficie, este estudio rebate otra teoría que nos confirma que existía una reserva de hielo de ázoe en las supones del planeta enano.
Sin embargo hay algo todavía más extraño para aquellos que nos intriga que la manera sea exactamente la de un corazón. Bertrand afirmó que este enorme glacial que forma la mayoría del corazón cambiará de forma con el tiempo, agrandándose y achicándose de la misma manera que lo hace nuestro corazón.
Fuente: cnet.com
Desvelado el misterio del "corazón" de Plutón
Plutón tiene un corazón helado, y ahora la ciencia puede explicar por qué razón. Esa zona grande, refulgente con forma de corazón compue...
El joven faraón Tutankamón ha vuelto de nuevo a ser noticia. Esta vez nada tiene qué ver con las supuestas cámaras segregas, ni sobre para quién se diseño su tumba, sino más bien con uno de los objetos hallados en el interior de su tumba.
Un grupo de científicos italianos y egipcios anunciaron en la gaceta Meteoritics and Planetary Science que el hierro de uno de los dos 2 puñales encontrados al lado del sepulcro del faraón Tutankamón llegó de forma directa del espacio o bien, lo que es exactamente lo mismo, procede de un meteorito.
El origen del hierro de los puñales siempre y en todo momento había sido objeto de misterio desde el momento en que Howard Carter halló el sepulcro del joven faraón en 1922. Los antiguos egipcios consideraban al hierro un metal considerablemente más valioso que el oro, puesto que, no tenían minas y tampoco habían desarrollado una cultura de tratamiento de ese metal como en otras antiguas culturas. Por este motivo, la hoja del puñal es un caso de manufactura impecable y, teniendo presente el alto nivel de su joven dueño, un objeto escasísimo y de un altísimo valor histórico.
El estudio asimismo confirma que el hierro -expuesto en el Museo de la ciudad de El Cairo- fue esmeradamente tratado, lo que ratifica el alto nivel que los antiguos egipcios tenían en el trabajo del hierro.
Una esfera de Dyson es una supuesta megaestructura propuesta en 1960 por el físico Freeman Dyson, en un artículo de la gaceta Science llamado «Search for artificial stellar sources of infra-red radiation». Tal esfera de Dyson es esencialmente una cubierta esférica de talla astronómica (o sea, con un radio equivalente al de una órbita planetaria) cerca de una estrella, la que dejaría a una civilización avanzada aprovechar al límite la energía luminosa y térmica del astro.
Si bien el mérito se asocia a Freeman Dyson una idea semejante fue propuesta en 1937 en un trabajo de ficción (Hacedor de estrellas de Olaf Stapledon). Dyson no entra en detalles en exceso sobre la construcción de semejante megaestructura, mas sí discute sobre las propiedades térmicas de semejante ingenio, de tal modo que sugiere a los astrónomos buscar semejantes peculiaridades en cuerpos celestes y de este modo advertir civilizaciones extraterrestres avanzadas.
Freeman Dyson
Propiedades
Una estrella contenida en una esfera de Dyson no sería perceptible de manera directa, si bien la esfera en sí produciría radiación infrarroja equivalente a la energía generada por el astro, debido al calentamiento en su cara interna. Además de esto al estar compuesta de cuerpos sólidos, la esfera de Dyson tendría una visión semejante al de un cuerpo negro.
Una esfera de Dyson es una supuesta megaestructura propuesta en 1960 por el físico Freeman Dyson, en un artículo de la gaceta Science ll...
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mayo 23, 2016
El tránsito de Mercurio delante del Sol será visible hoy Lunes, día 9
El primer planeta de nuestro sistema solar Mercurio pasará hoy lunes entre la Tierra y el Sol, fenómeno que va a poder ser visto desde cualquier parte del país por medio de un telescopio.
Este acontencimiento natural conocido como tránsito sucede en el momento en que un planeta pasa entre la Tierra y el Sol, de tal forma que bloquea una parte del disco solar, especificó en una entrevista el presidente de la Sociedad Astronómica de México, Alejandro Farah.
El astrónomo señaló que desde la Tierra solo es posible observar los tránsitos de Venus y Mercurio, planetas más próximos al Sol y cuyas órbitas son interiores a la de la Tierra.
Por lo tanto, el tránsito de Mercurio se va a poder ver desde cualquier sitio de la Tierra en el que coincida con la luz solar del día, apuntó.
“El fenómeno va a durar alrededor de 7 horas y treinta minutos”, según precisó.
Debido a que Mercurio es un planeta bien difícil de contemplar por su proximidad al Sol, el astrónomo aconsejó ver este fenómeno a través de un telescopio que utilice filtro solar certificado, o, una mica para soldador sombra número catorce.
“Es esencial recalcar que no se debe ver sin protección, puesto que para hacerlo hay que voltear al sol y esto produce daños severos a los ojos”, dijo el especialista.
“Una vez que se cuente con la mica o el filtro se va a poder mirar el Sol a través de este componente óptico y para hacerlo se aconseja primero ponerlo cara el sol y hacer sombra con el componente en los ojos”, añadió.
Otra alternativa es observar el tránsito por proyección del astro en alguna superficie plana, expuso.
Farah comentó que el fenómeno se va a ver en distintos lugares del Mundo.
El instante de máximo acercamiento será a las 16.57 (hora española), siendo momento en que el Sol se encontrará a unos 48 grados de elevación.
“El próximo tránsito de Mercurio va a ser en el mes de noviembre de dos mil diecinueve. En el caso de Venus, la frecuencia es mucho menor, un par de veces por siglo”, añadió.
Asimismo este académico del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) resaltó que la naturaleza siempre y en toda circunstancia sorprende y cautiva, con lo que comprender el tránsito de un planeta a lo largo del sol muestra la capacidad del intelecto humano.
El tránsito de Mercurio delante del Sol será visible hoy Lunes, día 9
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mayo 09, 2016
Podría haber un lugar como la Tierra a dieciseis años luz
El sistema Gliese 832 es un viejo conocido de los buscadores de exoplanetas. Cerca de esta estrella, una enana roja de aproximadamente la mitad de masa y radio que el Sol, se han descubierto, por el momento, dos mundos extrasolares.
En 2008, se anunció el hallazgo de Gliese 832 b, un gigante de gas afín a Júpiter que prosigue una larguísima órbita prácticamente circular. Seis años después, se conocía la existencia de otro planeta bastante más interesante, Gliese 832 c.
Este no solo se parece mucho al nuestro –aunque es 5,4 veces más masivo–, sino se encuentra situado en la zona habitable del sistema, a una distancia conveniente de su estrella para que pudiese albergar agua líquida en su superficie y, tal vez, vida. Algunos especialistas en ciencias planetarias sospechan, sin embargo, que es posible que cuente con una atmosfera muy densa, con lo que, en realidad, se parecería más a Venus que a la Tierra.
Ahora, un grupo de investigadores, coordinados por el astrofísico Suman Satyal, de la Universidad de Texas, en Arlington, ha añadido un artículo en el repositorio arXiv donde indica que en Gliese ochocientos treinta y dos podría haber otro mundo rocoso, que se encontraría un poco más alejado de la enana roja que Gliese ochocientos treinta y dos c. Como este, se trataría de una supertierra, entre una y quince veces más masiva que nuestro planeta.
Satyal y sus cooperadores piensan que la estabilidad de las órbitas que prosiguen Gliese ochocientos treinta y dos b y c apuntan a la existencia de por lo menos otro objeto entre los dos, si bien será preciso llevar a cabo nuevos estudios para confirmarlo.
Podría haber un lugar como la Tierra a dieciseis años luz
El sistema Gliese 832 es un viejo conocido de los buscadores de exoplanetas. Cerca de esta estrella, una enana roja de aproximadamente la...
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mayo 09, 2016
Asteroides que pasarán cerca de la Tierra en lo próximos años
Asteroide Hallowen 2015
Tras el paso del gran asteroide con forma de cráneo que nos visitó en Halloween, otro gran asteroide hizo lo propio en estos días de Navidad: una gran roca espacial de unos 2 kilómetros de longitud que fue bautizada como 2003 SD220 sobrevoló la Tierra a 11 millones de kilómetros de distancia (unas 28 veces más lejos que la distancia que hay entre la Tierra y la Luna). Gracias a los datos tomados en esta última observación, los científicos podrán hacer un mejor seguimiento durante su próximo acercamiento, el cuál tendrá lugar en al año 2018 (y pasará a una distancia aproximada de 2,8 millones de kilómetros, distancia más que segura para nuestro planeta).
Asteroide 2003 SD220
Pero, ¿cuál serán los próximos asteroides que "visitarán" nuestro planeta en los próximos años? ¿Pasará algún asteroide suficientemente cerca como para desencadenar terremotos y erupción de volcanes?
Desde ahora y hasta el 2050 serán un total de 11 los asteroides que se acercarán a nuestro planeta y a los que habrá que tomar en cuenta, ya que las distancias a las que se aproximarán serán menores que el radio medio de la órbita lunar, o lo que es lo mismo, a una distancia de tan sólo 385.000 kilómetros, según ha informado la agencia RIA Novosti a través del Ministerio de Emergencias ruso. El tamaño de estas rocas se moverá en torno a los 7 y 945 metros.
El primero que hará su aparición por este lado de la galaxia será un asteroide de 17 metros de diámetro y el encuentro tendrá lugar a una velocidad de 6,8 kilómetros por segundo el 12 de octubre del 2017 y que pasara a tan solo 115.000 kilómetros de la Tierra. Y es que para este 2016 no parece haberse pronosticado ningún acercamiento peligroso.
El que sí será excepcional y particularmente vistoso será el 99942 Apophis, que con un diámetro de 393 metros y unos pocos cientos de metros de ancho se espera que pase cercano a la Tierra (a una velocidad de 7,42 kilómetros por segundo) el 13 de abril del 2029 a unos 38.400 kilómetros, distancia cercana a las órbitas de los satélites geoestacionarios, alrededor de una décima parte de la distancia que separa la Tierra de la Luna, por lo que será visible a simple vista.
Asteroides que pasarán cerca de la Tierra en lo próximos años
Asteroide Hallowen 2015 Tras el paso del gran asteroide con forma de cráneo que nos visitó en Halloween, otro gran asteroide hizo lo propi...
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enero 03, 2016
¿Cuántas estrellas podemos hallar en el Universo?
Esta cuestión ha mantenido intrigados a los estudiosos de la astronomía desde siempre, incluso aún hoy es materia de estudio de un elevado grupo de científicos. La primera respuesta que se obtuvo, en el período pretelescópico, fue muy sencilla: hablaba de tantas estrellas como se podían contar a simple vista, es decir, unas 6.000 aproximadamente. Este número se mantuvo hasta que en 1608 el astrónomo italiano Galileo inventó el telescopio. Entonces no sólo se descubrieron una gran cantidad de estrellas, sino que incluso cada pequeña mejora en el instrumental significaba el descubrimiento de nuevos astros.
A comienzos del siglo pasado, al confirmar los astrónomos que el conjunto de estrellas aumentaba casi de manera exponencial, admitieron que el universo era infinito y que, por consiguiente, contenía un número infinito de estrellas. Ya en 1826 se supo algo con absoluta seguridad: es del todo inverosímil que exista un cantidad ilimitada de estrellas. Esta idea fue propuesta por el astrónomo alemán Heinrich W. Olbers en lo que más tarde sería llamado como la paradoja de Olbers.
Heinrich Wilhelm Matthäus Olbers
Olbers demostró que, en el caso de que hubiera una infinidad de estrellas, el cielo resplandecería como la superficie de un sol desmesurado, lo cual, obviamente, no ocurre. Actualmente, se sabe que el número de estrellas está relacionado con la extensión del universo en el tiempo. Toda una incógnita todavía por resolver.
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¿Cuántas estrellas podemos hallar en el Universo?
Esta cuestión ha mantenido intrigados a los estudiosos de la astronomía desde siempre, incluso aún hoy es materia de estudio de un elevad...
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diciembre 23, 2015
¿Por qué algunas de las estrellas que vemos puede que ya no existan?
Las estrellas, al igual que todos los seres vivos, tienen un ciclo vital, por lo que también nacen y mueren. Así es que, cuando vemos la luz de una estrella puede que esta ya no exista, bien porque haya desaparecido al explotar o porque haya sido absorbida por algún agujero negro, hace algún tiempo.
Pero esto tiene su explicación:
Como la luz que emite, a pesar de viajar a una velocidad de 300.000 km/s, tarda mucho tiempo en llegar a la Tierra, cuando ya se hace visible puede ser muy posible que esta estrella ya haya dejado de existir.
O incluso, puede suceder lo contrario, de algunas de las estrellas que existen en este momento no podemos ver su luz en una noche estrellada, porque se han formado hace poco tiempo y su luz aún no ha llegado hasta nosotros.
Nuestros días de la semana son astrología pura, y son los mismos que utilizaban hace milenios las antiguas culturas rabes y semítas.
El lunes es el día de la luna.
El martes es el día de Marte.
El miércoles es el día de Mercurio.
El jueves es el día de Júpiter.
El viernes es el día de Venus.
El sábado es el día de Saturno.
Y el domingo es el día del Sol.
¿Pero por qué así?
Curiosamente, los planetas visibles a simple vista son 7, y si a ello le sumamos que la Luna cambia la apariencia de su cara, es decir, de fase, cada 7 días, nos encontramos con la respuesta.
Obviamente, no todos los calendarios de la antigüedad funcionan igual, sin embargo en la mayoría de ellos existen semblantes que los igualan sin lugar a dudas.
Por ejemplo, la inmensa mayoría de los calendarios son circulares y cíclicos, es decir, que se repiten una vez que han cumplido una etapa.
La mayoría se expresan circularmente, y es que la mayoría de las culturas antiguas han dibujado al firmamento como un disco, un círculo o una esfera, y dicha esfera, ha sido dividida en meses lunares, solares y hasta venusianos, marcando al cielo con 360 días anuales, 360 grados de arco, 36 meridianos (según los Chinos) o 360 fracciones según los Toltecas, Mayas y Aztecas.
El cielo era exactamente redondo para ellos, sin embargo la Tierra debía poseer algo desproporcionado, porque su ciclo real no era de 360 días, sino de 365, con lo que sobraban 5 días en los que las influencias no eran claras y directas, por lo que no fueron pocas las culturas que señalaron estos días como días de jubileo o días muertos, donde la gente podía llevar a cabo lo que quisiera porque los dioses y los astros les daban la aprobación para hacerlo.
Así, la Astrología y cada cultura les dio nombre a los días, a los meses y a los años, de la misma manera que dio nombre a las estrellas, las constelaciones, y, a los signos del zodiaco.
Los aztecas contaban con 22 signos simbolizados por animales, objetos e incluso fenómenos naturales, como el viento o los terremotos.
Newton
Los Rabes contaban con doce signos simbolizados por armas como el cuchillo, la lanza o la onda.
Los Chinos mantienen hasta el día de hoy su estructura lunar y simbolizan a sus signos del zodiaco con 11 animales comunes y un animal mitológico, el Dragón.
Egipcios, Hindúes, Caldeos, Asirios, Griegos, Romanos, etc., comparten los mismos animales para sus signos desde hace más de 3.700 años, y el mismo método que servía para levantarle la Carta Astral a Nabucodonosor, sirve hoy en día para que cualquier individuo tenga su propia Carta Astral.
La Astrología fue una ciencia en toda regla. Quizá fue la primera ciencia de la humanidad: Hace dos siglos aún se enseñaba en las universidades como Astrología judiciaria. Y hoy en día hay miles de centros que la ofrecen como una enseñanza no oficial, aunque sí muy interesante, porque la Astrología nace cada vez que consultamos lo que nos deparan los astros, y cada vez que alguien se interesa por ella.
Porque mientras el hombre tenga ilusión por conocer lo que las influencias astrales le deparan, seguirá existiendo y renaciendo perpetuamente la Astrología, en continuos ciclos hasta el fin de los tiempos, porque la Astrología nació verdaderamente, el mismo día y en el mismo momento en que nacieron las estrellas.
Mucho se ha hablado acerca de la carrera espacial, que fue la época en que los Estados Unidos de América y la Unión Soviética competían por la conquista del espacio. Se ha hablado del satélite Sputnik, del astronauta Yuri Gagarin, del primer hombre en la luna... Sin embargo, podríamos considerar que los sucesos de los que nadie habla son los más interesantes y misteriosos. Y me refiero a uno que conoceremos en este artículo, como es el de el ruso Josef Petrenkov.
Corria el año 1968, cuando las dos grandes potencias mundiales estaban en su apogeo tanto económicamente como tecnológicamente. Los avances de la ciencia habían permitido al hombre llevar a cabo acontecimientos que en otras épocas sólo en sus sueños y fantasías se podían llevar a cabo. En ese entonces Estados Unidos se preparaba para transportar al primer hombre a la luna. A pesar del grado de confidencialidad que se manejaba en el proceso de la misión, ésto no fue autosuficiente para eludir que la inteligencia secreta soviética se enterara de sus planes. Los soviéticos, por supuesto, querían ponerse un paso adelante de los norteamericanos, y en el más estricto secreto pusieron en marcha una de las misiones más ambiciosas hasta el momento, la cual consistía en impulsar un vehículo espacial tripulado por dos astronautas que orbitaria la luna durante cuarenta y ocho horas. La finalidad de la misión era tomar mediciones del satélite natural permitiéndoles llevar a cabo un alunizaje meses antes de la gran potencia norteamericana. Así pues, en octubre de 1968, despegó desde un aeródromo en Kazajistán un cohete Soyuz. Su tripulación estaba compuesta por los astronautas Ivan Pavelovich y Josef Petrenkov. La misión marchó según lo planeado durante las primeras cuatro fases de la misión, sin embargo es debido a lo ocurrido durante la quinta fase -orbitar alrededor de la luna por dos días terrestres- que los soviéticos negaron la existencia de la misión. Aunque las probabilidades de fracaso en esta clase de expediciones son muy altas, nadie imaginaba que lo que allí estaba a punto de acaecer sería tan excepcional, al grado de que la unión soviética no se plantearía una misión cerca de la luna hasta después de cuarenta años.
En la base de control se estaba dando seguimiento a la misión. Se acababa de realizar con éxito la intersección de la órbita lunar y se hacían los preparativos para orbitar la luna y encender los aparatos de medición. Dos horas después de haber iniciado la quinta fase se perdió la comunicación con el vehículo espacial por doce minutos. Cuando se logró recobrar la comunicación ya no se escuchaba la voz del astronauta Ivan Pavelovich en el intercomunicador. Los operarios en Tierra intentaron averiguar el estado de Pavelovich y ordenaron a Josef Petrenkov que explicara la situación. Aun con la persistencia de los operarios Petrenkov no respondió de forma concreta; sólo habló durante dos o tres minutos divagando entre oraciones extrañas e ideas sin concluir. Parecía no prestar atención a lo que preguntaban en Tierra y se limitó a murmurar ininterrumpidamente hasta que se perdió la comunicación con el vehículo espacial de modo imprevisto.
Estas fueron las últimas palabras de Josef Petrenkov:
«Estoy a punto de comenzar con la novena vuelta a la órbita de la luna. Todas las acciones que realicé durante mi vida apuntan hacia este momento. Ni en mis sueños más espectaculares me imaginaba en una situación tan maravillosa como ésta. Todos los años de entrenamiento y de estudio sin lugar a duda han sido fructuosos: al fin podré ver con mis propios ojos el lado oscuro de la luna. Es difícil describir la alegría de ver algo que nunca nadie ha visto antes, y que serán pocas en realidad las personas que podrán estar en esta situación durante mi generación y en las generaciones venideras. Se podría decir que mi compañero de misión, Ivan, tuvo también el honor de ver semejante maravilla cósmica, aunque dudo que fuera la misma experiencia para él. Traté de convencerlo pero no sólo se negó a intentarlo, sino que también trató de quitarme la oportunidad a mi. Le dije que sería la epítome de nuestras vidas el abandonar por un momento la nave para flotar libremente en el universo; le dije que no era lo mismo observar las maravillas del cosmos a través de una ventanilla de seis centímetros de diámetro que observar dichas maravillas con nuestros propios ojos allá afuera. Sin embargo el se negó. Empezó a decir que no teníamos los trajes necesarios para practicar lo que se denomina “caminata espacial” y que si abríamos la escotilla la nave se despresurizaría y moriríamos al instante. Yo por supuesto sabía los peligros que entrañaba todo aquello, mas no me importó; lo último que quería y quiero hacer es flotar en la oscura y vacía ingravidez del infinito.
Le dije que él no tenía que salir de la nave, pero que yo saldría, y nada en el mundo me haría cambiar de idea. Cuando traté de abrir la escotilla Ivan intentó detenerme por la fuerza y me gritaba histéricamente que ambos moriríamos. En realidad yo no quería hacer lo que hice... Ahora considero que fue lo correcto. Estrangulé a Ivan Pavelovich. Llego el momento de realizar lo que más deseo y lo único que se interpone entre mí y el cosmos es una mísera escotilla. Después de ver la majestuosa y a la vez misteriosa luminiscencia de la luna y las estrellas, estoy convencido que flotando en los sin fines del universo estaré más cerca de la inmortalidad de lo que cualquier ser humano va a estar jamás. Siento que de esta manera podré dejar atrás mi cuerpo como un simple recuerdo de que alguna vez fui un ser antropomórfico. Puedo sentir mi mente expandirse, como si lo comprendiera absolutamente todo, y puedo sentir cada objeto, cada molécula, cada átomo que conforma la nave, la luna, la Tierra y el universo. Quiero que el vacío y yo seamos uno».
Después de la última palabra pronunciada por Patrenkov se perdió la comunicación con la nave. Se sabe que la escotilla fue abierta unos segundos después.
Pero lo que aún es más misterioso, es el hecho de que varios minutos después de que la escotilla fuese abierta, la nave cambió de rumbo. Algo particularmente extraño ya que las órdenes de curso fueron introducidas a la nave desde dentro de la misma, algo imposible, ya que ambos tripulantes no hubieran podido sobrevivir a la despresurización. Según los radares de Tierra se pudo averiguar el nuevo rumbo de la nave, el cual era Las Pléyades (sistema de soles ubicadas en la constelación de Tauro, que giran alrededor de Alción). Durante muchos años se intentó restablecer comunicación sin éxito. Se dice que ocasionalmente son recibidas transmisiones de radio provenientes del vehículo, donde se escucha la voz de un hombre, diciendo lo siguiente:
«Puedo escucharlos, murmurando atrás de las estrellas».
Las distancias espaciales se expresan en términos de lo más rápido que existe en el universo: "la velocidad de la luz".
¿Cómo se mide el universo en que vivimos?
Al levantar la vista hacia el firmamento nocturno, durante los últimos meses del año, en el Hemisferio Norte podemos apreciar un parche de escasa luz en la constelación de Andrómeda. Esta sutil mancha en realidad es un gigantesco grupo de estrellas: la conocida como galaxia de Andrómeda. Es el objeto más lejano visible a simple vista; su luz tarda 2.2 millones de años en llegar a nosotros.
Las distancias espaciales se expresan en términos de lo más veloz que existe en el universo, o lo que es lo mismo: la velocidad de la luz. Un rayo de luz recorre 9,460 billones de kilómetros en un año, de manera que podemos precisar una distancia como el tiempo que tarda la luz de una estrella u otro cuerpo celeste en llegar hasta nosotros. Esta distancia esta expresada en años luz.
¿No más grande que una cabeza de alfiler?
Joseph John Thomson se imaginó al átomo como un pudding de ciruela: una esfera con carga positiva en la cual estaban incrustados como grosellas los electrones con carga negativa. Pero este elemental modelo no sobrevivió a los experimentos iniciados en 1906 por el físico Ernest Rutherford que culminaron con la división del átomo. Rutherford dedujo que el núcleo, aunque contenía casi toda la masa del átomo, debía de ser en extremo reducido. Si el átomo fuera del tamaño de una casa mediana, el núcleo sería apenas como una cabeza de alfiler.
Al principio, todo tuvo que aceptarse sólo en teoría, pues de ningún modo había manera de advertir las partículas. Fue poco después cuando el físico inglés Patrick Maynard Stuart Blackett que inició sus investigaciones en torno a 1919, logró obtener imágenes de los choques de partículas que producían transmutaciones. Para esto se valió de un instrumento llamado cámara de nubes: un vaso de cristal que contenía aire húmedo. Si de pronto se reduce la presión en el vaso, el vapor de agua se condensa en nubes. El proceso de condensación podía desencadenarse al hacer pasar partículas subatómicas cargadas, que dejaban un rastro perceptible en la cámara de nubes.
Patrick Maynard registró el aplastamiento del núcleo en una cámara de nubes. Para lograrlo tomó 23,000 fotografías que mostraban los rastros de 400,000 partículas alfa. Sólo en 1925, seis años después de iniciado su trabajo, este destacado hombre de ciencias registró ocho rastros ramificados, que mostraban el núcleo de un átomo al recibir el choque.
La cámara de nubes, y a posteriori la cámara de burbujas, en la cual las partículas dejan un rastro de burbujas en un líquido, fueron desde entonces las herramientas básicas de los físicos que estudian las partículas.
La nave más secreta de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos despegó esta misma noche, y no se sabe, ni cual será su misión ni tampoco cuando regresará de nuevo a la Tierra. Nos referimos a la X-37 B, un drone espacial no tripulado cuya existencia ha generado todo tipo de especulaciones. Incluso afirman que se trata de un potente bombardero apto para atacar la superficie terrestre desde el espacio, incluso hay quien llega más lejos y creen que es un modelo especializado para destruir satélites enemigos.
La verdad es que poco se sabe de ella. Fue construída en el año 2004, y dos años más tarde realizó su primer vuelo de prueba. Su apariencia recuerda a la del transbordador espacial, pero de menor tamaño (tiene aproximadamente 8.8 m. de largo y 2,9 m. de altura); tanto, que ni tan siquiera tiene capacidad para llevar tripulantes a bordo. Tiene una envergadura de poco menos de 4,6 m y con un peso de tan sólo 4,990 kg. La nave se "alimenta" a través de un panel solar que se despliega en órbita para su suministro eléctrico, algo más que suficiente para permanecer en el espacio mucho más tiempo de las dos semanas de vuelo que era lo habitual con los anteriores modelos de la NASA.
Este minitransbordador, fabricado por la empresa aeronáutica y de defensa Boeing, vuela en órbitas muy bajas, siendo entre los 200 y los 2.000 kilómetros sobre la superficie de nuestro planeta. En el momento de regresar, recibe las órdenes automáticamente para su reentrada en la atmósfera, y así descender y aterrizar en pista, pista que en las tres misiones anteriores se realizaron en la base aérea de Vandenberg (California).
La primera misión del X-37B fue llevada a cabo en abril de 2010, siendo su aterrizaje en la base de Vandenberg en diciembre de ese mismo año, después de estar siete meses en órbita. La segunda misión tuvo una duración de 15 meses (desde marzo de 2011 hasta junio de 2012). Para el tercer vuelo, se reutilizó la primera unidad del avión, lanzado en diciembre de 2012 y con regreso a la Tierra en octubre de 2014, después de permanecer 675 días en el espacio. Los detalles concretos de estas misiones no se dieron a conocer.
Como ya es habitual, la nueva misión del X-37B se mantiene en el más estricto secreto, aunque las autoridades de la NASA han dado unas pequeñas pistas. Para llevarla al espacio se ha ensayado un novedoso sistema de propulsión, también se ha revelado que en su interior llevara un nuevo tipo de materiales (no se sabe cuales) para estudiar cual será su comportamiento en el espacio.
¿Por qué la noche es oscura? Aunque en aspecto pueda aparentar que ésta es una cuestión comprensible de contestar, de hecho es un problema que ha traído de cabeza a los científicos durante casi un siglo. Olbers, médico y astrónomo, descubrió hace unos doscientos años el asteroide Pallas, después Vesta y algunos cometas, se planteaba esta incógnita. Sin embargo, parece que el primero que dio una respuesta válida fue Edgar A. Poe, el primero en exponer en unos de sus ensayos la respuesta: "la luz de las estrellas mas lejanas todavía no ha llegado hasta nosotros, por ello el cielo de la noche sigue siendo oscuro".
Hacia el año 1.800, cuando aun no se sabía a ciencia cierta cual era el tamaño aproximado del Universo, comenzó a cobrar fuerza la percepción de que éste fuese infinito. A pesar de que ésta era una alternativa a la que se resistían los científicos de la época, todas las pruebas aportadas por éstos indicaban un incremento gradual del tamaño del Universo, así como de las estrellas que contenía que parecía no tener final.
En una noche despejada se pueden observar hasta 6.000 estrellas. Con el invento del telescopio en torno al año 1.600, este horizonte se fue ampliando. Cuando Galileo Galilei dirigió por primera vez su telescopio en dirección al cielo nocturno, descubrió una gran cantidad de estrellas jamás observadas con anterioridad, y cada nueva mejora realizada en el telescopio incrementaba el número de ellas, así como el tamaño del Universo observable. Todo esto parecía sugerir que la cosa jamás se detendría, y que siempre se podrían hallar nuevas estrellas en un Universo cuyo tamaño aumentaba a medida que se iba perfeccionando el telescopio.
Pero este ejemplo de Universo presentaba ciertas contradicciones, que poco a poco iban a ser puestas en evidencia. Uno de los primeros en hacerlo fue el astrónomo germano Wilhelm M. Olbers, allá por el año 1.826; dando a conocer lo que más tarde se ha dado en llamar: "La paradoja de Olbers". Para entender el sentido de esta paradoja el astrónomo partió del siguiente supuesto: el Universo tiene un tamaño infinito, y por lo tanto contiene una abundancia infinita de estrellas, que se encuentran diseminadas en su interior, las cuales emiten energía de manera constante. Como resultado de todo esto, nos encontraríamos en presencia de un Universo donde la energía irradiada por la suma de todas las estrellas sería infinita.
Esto significa que el Universo completo irradiaría luz y calor, debido a la elevada cantidad de energía que circula por su interior, y que hechos como la desemejanza de luz entre la noche y el día nunca tendrían lugar. De similar manera que la energía recibida por la Tierra desde el exterior del sistema solar, sería superior a la que recibimos desde el Sol; ya que estaríamos recibiendo la energía de una cantidad infinita de estrellas. Otra consecuencia derivada de este hecho, aparte de someter a la Tierra a un día continuo sin noches, sería que la temperatura de la Tierra se elevaría inexorablemente debido al exceso de energía recibida, lo que impediría que la vida, en cualquiera de sus formas, se pudiera desarrollar sobre su superficie. Por lo tanto, en la hipótesis del Universo infinito debía de existir algún error.
Anterior al año 1.784, comenzó a realizarse el cálculo de estrellas por regiones estelares. Al principio dicho cálculo se realizaba a ojo, y directamente a través del telescopio. Uno de los primeros en proyectar mapas estelares realizados de esta manera, fue el astrónomo inglés de origen alemán: Sir William Herschel; para lo cual elegía varias zonas del cielo y realizaba el cálculo de estrellas. A pesar de los rudimentarios recursos de que disponía, logró revelar que nuestro sistema solar se encuentra en el interior de un conjunto de estrellas con forma de lente. A la vista de los resultados obtenidos, Herschel consideró que las estrellas se encontraban en el interior de un conjunto finito en contenido (nuestra galaxia), lo cual de momento, alejaba el fantasma del Universo infinito.
A partir de entonces las observaciones se fueron refinando. Una vez que se fueron conociendo la distancia que nos separaba de las primeras estrellas, en torno al año 1.838, y posteriormente con el nacimiento de la fotografía, se crearon mapas detallados del cielo con los cuales poder adecuar el tamaño de nuestra galaxia a la realidad. La fotografía facilitaba en gran medida la ardua labor de contar las estrellas a ojo, ya que la zona observada quedaba plasmada en la foto; con lo que se podía generar un archivo real al cual acogerse, para realizar cualquier tipo de cálculo o comprobación.
Gracias a esta método, el astrónomo holandés Cornelius Kapteyn logró determinar con mayor exactitud que Herschel el tamaño de la galaxia; considerando en un primer momento que éste era de unas 235 veces superior al de Herschel, para posteriormente aumentarlo incluso al doble de esta cifra, alcanzando un diámetro de 55.000 años luz y un espesor de 11.000 años luz (algo más de la mitad de las dimensiones reales). Este era el tamaño que tenía el "Universo" en torno al año 1.920; y es justamente por estas fechas, un siglo después de que Olbers diese a conocer su paradoja, cuando vuelve a surgir el fantasma del Universo infinito. Los astrónomos comienzan a observar objetos estelares que se encuentran bastante alejados, fuera de nuestra galaxia.
La galaxia de Andrómeda fue el primer objeto estelar, no perteneciente a nuestra galaxia, del que se pudo saber la distancia que le separaba de nosotros. Por entonces se les conocía como nebulosas, y en torno al año 1.925 el astrónomo americano Edwin Hubble, determinó en 800.000 años luz la distancia que le separaba de nosotros (en realidad se encuentra situada a una distancia de 2.000.000 de años luz de nosotros). Pero ya se conocían un sin número de objetos semejantes a la nebulosa de Andrómeda, y que estaban catalogados como nebulosas espirales, que se suponía debían de hallarse a distancias superiores, dado que eran objetos que se veían más difusos en el telescopio, que la propia nebulosa de Andrómeda. Otra vez las fronteras del Universo comenzaban a desligarse, y esta vez parecía que la cosa iba en serio. Las distancias ya no se medían en cientos de miles, o millones de años luz, sino en cientos de millones y miles de millones de años luz, en una progresión que parecía imparable. Pero ocurrió una cosa curiosa, al mismo tiempo que el tamaño del Universo aparentaba crecer y crecer sin parar, y descubrirse que las nebulosas que se observaban no eran tales, sino galaxias como la nuestra, se fue forjando lo que sería la solución a los problemas de los astrónomos.
Los estudios realizados sobre los espectros de dichas galaxias, indicaban que las más alejadas presentaban un desvío en torno a el rojo que no era habitual. Esto significaba dos cosas: en primer lugar, cuanto más alejada se encontraba la galaxia, mayor era el desvío en torno al rojo que se observaba en su espectro, y por tanto, menor era la cantidad de energía que recibíamos de ella, y en segundo lugar, significaba que el Universo se encontraba en expansión. Los trabajos realizados en este sentido se deben al astrónomo Hubble, y fueron publicados en torno al año 1.929. En un Universo en expansión, la energía irradiada por las estrellas, así como el tamaño del Universo, ya no pueden ser infinitos. La energía que recibimos de las galaxias, va siendo menor cuanto más alejadas están, por lo que llegará un tiempo en que la energía recibida por aquellas más alejadas sea nula. Así mismo, la expansión postulada por Hubble significaba que el Universo debía de haber tenido un comienzo en el tiempo; un tiempo en el cual, la materia que formaría a las futuras galaxias se encontraría concentrada en una clase de esfera de materia y energía (teoría del "Big Bang"); lo que significa que el Universo no pudo existir eternamente. Por otro lado, el tamaño del Universo vendría limitado por la propia expansión de las galaxias, aunque más en concreto por la rapidez de expansión del espacio, que obliga a las propias galaxias a desligarse las unas de las otras, hasta lograr una velocidad de recesión semejante a la velocidad de la luz; instante en el cual dejamos de recibir información de ellas.
Por lo tanto, la conclusión parece sugerir que, el Universo tiene un principio en el espacio y en el tiempo, sin embargo no un final espacial ni temporal, a pesar de que pueda parecer que el Universo esté limitado espacialmente. Esto significa que el extremo más apartado del Universo, sólo significa el fin del Universo observable. De hecho el Universo real debe ser más gigantesco que el que podemos percibir.
HD189733b, un exoplaneta con temperaturas infernales
Un grupo de científicos consiguieron tomar la temperatura de la atmósfera del llamado exoplaneta HD189733b, con una gran exactitud. Entre los datos más llamativos que han descubierto cabe destacar los vientos de más de 1.000 kilómetros por hora y unas altísimas temperaturas que incluso pueden llegar a los 3.000 grados. Con estas temperaturas y esos vientos que soplan a varios miles de kilómetros por hora, la atmósfera de este exoplaneta es verdaderamente turbulenta.
En su exploración, los científicos de las universidades suizas de Berna y Ginebra recurrieron a dos métodos de estudio. El primero se basó en el uso del espectrómetro HARPS y el segundo método consistió en una nueva técnica de comprender las líneas de sodio (líneas espectrales que se usan para llevar a cabo un examen químico de cuerpos lejanos).
Con la integración de los resultados de las investigaciones y estos dos métodos, los investigadores concluyeron que el exoplaneta HD189733b se encuentra en unas condiciones atmosféricas parecidas a nuestra conceptualización del infierno, según escribió el “Science Daily”.
Con una temperatura tan elevada y vientos tan fuertes, la atmósfera del exoplaneta HD 189733b de ninguna manera deja ninguna expectativa de hallar algún tipo de vida en este cuerpo cósmico.
El estudio de los datos de HARPS en la Tierra arroja una detección semejante, en términos de sensibilidad, a la del telescopio espacial Hubble, sin embargo mucho mejor en términos de resolución espectral, lo que en consecuencia abre una brecha para la investigación de las atmósferas de exoplanetas con herramientas que son más accesibles que los telescopios gigantes o espaciales.
Fuente: varias
HD189733b, un exoplaneta con temperaturas infernales
Un grupo de científicos consiguieron tomar la temperatura de la atmósfera del llamado exoplaneta HD189733b, con una gran exactitud. Entre l...