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Evolución de las impresoras, una historia reciente

Impresora antigua

A pesar de lo que podamos pensar, las impresoras son un invento reciente si tenemos en cuenta la aparición de la imprenta en 1440. Los primeros modelos aparecen en la década de 1940, pero no es hasta 1976 cuando surge la primera impresora como la conocemos hoy.

IBM fue la primera empresa capaz de integrar la impresión en una sólo máquina con un tamaño compacto. Es en 1959 cuando lanza la impresora de líneas IBM 1403. Era capaz de imprimir 600 líneas de texto por minuto a través de un sistema de cinta que se enrollaba y desenrollaba constantemente mientras era golpeada por un conjunto de martillos que marcaban los caracteres durante la impresión.

Al contrario de lo que podría parecer, las impresoras láser llegaron unos años antes que las de cartuchos de inyección de tinta. La primera impresora láser fue desarrollada por Xerox Parc desde 1969 y el proyecto finalizó con su lanzamiento en noviembre de 1971. EARS fue el nombre de la primera impresora láser de la historia.

Impresora antigua

En este ámbito, no podía faltar la compañía de Hewlett-Packard, más conocida como HP. Pionera en muchos productos tecnológicos, en 1976 creó la primera impresora de inyección de tinta. Es decir, la primera que precisaba de cartuchos de tinta. No llegó a los hogares hasta 1988 y el primer modelo apenas ofrecía una velocidad de impresión de 2 páginas por minuto.

El último gran hito importante lo protagonizó Apple en 1984 con una impresora capaz de reproducir tanto texto como imágenes hasta una resolución de 144 DPI. La imageWriter fue pensada para utilizar con el Apple II y el sistema consistía en un cabezal que se movía en ambas direcciones para imprimir texto y en una sola dirección en el caso de las imágenes.

Desde entonces, las impresoras han ido evolucionando hacia modelos más eficientes y sistemas que optimizan el uso de cartuchos de tinta y tóner. Además, el presente y futuro de la impresión se encamina hacia la multifunción y la impresión desde dispositivos móviles.

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Fuente: mrcartucho.com
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agosto 20, 2014

billete 500 ptas

Hasta la llegada del Euro la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre era la encargada de diseñar y fabricar los billetes, a petición del Banco de España. Su larga experiencia y su profesionalidad, la han convertido en una de las fabricas más prestigiosas del mundo. Su ciclo completo de producción, desde la fabricación del papel en la factoría de Burgos y la impresión de billetes en la de Madrid.

Uno de los aspecto mas importante en la fabricación de billetes es el papel, elaborado en la fábrica de Burgos, es de una gran calidad, su materia prima es la fibra de algodón, su uso viene determinado por su elevada resistencia (de 20 a 60 veces superior al papel convencional), y su gran capacidad para incorporar en su propia estructura ciertos elementos de seguridad. Como la marca de agua, hilo de seguridad, fibrillas luminiscentes, etc.

El primer paso en el procedimiento de fabricación en un billete de banco es el diseño, la persona que se encarga es el diseñador o dibujante, que se encarga de conjuntar los elementos gráficos y de seguridad con la debida armonía, e integrando los elementos del anverso y reverso del billete. Su labor se plasma en la realización de diferentes bocetos efectuados a lápiz, y posteriormente se efectuara otro de mas calidad realizado en acuarela y tinta en forma de "Collage", este tipo de bocetos se denominan "pruebas de artista". Posteriormente, la entidad emisora aprovara el proyecto definitivo.

Estos bocetos se efectúan sobre papel o cartulina y recientemente por medio de diseño gráfico por ordenador. Con sus rebuscados trazos crea una compleja composición de estampados y líneas que hacen casi imposible una copia para poder falsificarlo. Partiendo del diseño, la mano del artista grabador plasmará a golpe de buril cada uno de los trazos sobre la plancha que luego debe reproducir el ejemplar del billete. Esta fase es la más delicada y difícil y es privilegio de unos pocos artistas de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que tiene su propia escuela de grabado, considerada una de las mejores del mundo donde han impartido su enseñanza grabadores tan importantes como Bartolomé Maura, Enrique Vaquer, José L. Sanchez-Toda y D. Antonio Manso. Una vez aprobadas las planchas originales, se trasladan las litografías a los rodillos de los sistemas de offset, por medio de fotograbado y las de calcografía, por galvanoplastia, a las planchas de impresión, repitiendo los modelos, cuantas veces sean necesarias, para lograr el número de efectos que componen un pliego. Posteriormente se procede al cromado de las planchas calcográficas para conseguir la máxima duración de las mismas, sin alteraciones durante el proceso de estampación.

Máquina para fabricar billetes de banco
Máquina para fabricar billetes de banco, del ingeniero francés Dupont.

Posteriormente se empieza el estampado de los fondos litográficos, sobre el papel de seguridad especial, el cual ya lleva incorporados todos los elementos de seguridad. Una vez secas las tintas litogáficas, se procede al estampado del dibujo calcográfico. Hay que destacar el extraordinario cuidado que requiere la instalación de las planchas para conseguir que anverso y reverso del billete presenten sus motivos totalmente coordinados en las medidas de seguridad, especialmente los motivos coincidentes.

El material utilizado normalmente para grabar las planchas era el cobre, acero o piedra litográfica, según el procedimiento de impresión que se vaya a emplear. La herramienta utilizada por los grabadores es el buril, también se puede hacer al agua-fuerte, pero obteniendo entonces menos calidad. Para los trabajos geométricos, grecas de adorno, etc. Se puede utilizarse un pantógrafo que reproduce mecánicamente los dibujos muy complicados que parecen encajes, se hacían con una máquina llamada cicloide o también con el torno geométrico, que permite hacer trabajos verdaderamente primorosos.

Las pruebas de grabado suelen hacerlas el artista en negro intenso, en otra fase de fabricación se harán pruebas de estampación en varios colores, para ensayos de la tinta, las máquinas y el papel. Estas pruebas se presentan separadas el anverso o reverso o con el billete completo. En ocasiones no llevan ninguna de las firmas de autorización, nunca la del cajero, y pueden ir con o sin numeración, y en este último caso con dígitos diferentes o con ceros. A veces presentan taladros de anulación o taladros de puntos con las palabras specimen o cancelled. Finalmente se presentan estas pruebas a la entidad emisora para que autorice la impresión del billete definitivo. De todo este material de pruebas y desechos no es fácil encontrar restos coleccionables, por el cuidado que siempre se ha tenido en destruirlos.

Para finalizar las operaciones, se procederá a la numeración de los billetes y posteriormente al corte de los pliegos. La entidad emisora, una vez recontados los efectos los almacenará para, posteriormente, ponerlos en circulación según la necesidad. A lo largo de todo el proceso se revisara, por medios visuales, personales y ópticos automatizados, tanto el papel como las estampaciones, para garantizar que los errores, que inevitablemente se producen, queden fuera del circuito y no aparezcan en la circulación.

En la impresión de billetes hay tres sistemas clásicos que se vienen utilizando hasta nuestros tiempos.

Litografía: Es cuando se emplea la piedra caliza de grano muy fino, de aquí su nombre aunque a veces también se utilice el cinc y entonces el nombre deje de ser apropiado. Nació este sistema en el siglo XVIII y se basa en el rechazo de la tinta grasa por el agua.

Se llama también a este sistema impresión plana porque el molde es totalmente plano. La superficie de la piedra se trata con ácidos y goma. Si la piedra esta humedecida al aplicar la tinta al dibujo, éste la retiene, quedando en blanco el resto. Pueden hacerse originales en cobre y transferirlos luego a piedra litográfica, para su impresión con la misma. Ya hemos dicho también que la piedra puede ser sustituida por planchas de cinc, e incluso por materiales plásticos. Las impresiones hechas en litografía no dan relieve alguno al tacto.

Tipografía: Se llama también impresión alta o en relieve, ya que el dibujo a estampar deberá estar echo antes en relieve en las planchas originales, de tal manera que las partes que tomen la tinta son las elevadas, quedando limpio el fondo más o menos profundizado por el buril.

Para la impresión en tipografía se han empleado los materiales más variados, desde la madera, que no hay que decir se desgasta fácilmente y no son aptos para la estampación de billetes de banco no documentos de largas tiradas, no como el cinc, cobre o el bronce que si son más resistentes y pueden soportar grandes tiradas de impresión.

Las planchas de cobre pueden realizarse con el buril o con aguafuerte, las planchas de cinc se pueden obtener con galvanoplastia. También pueden reproducirse en metal por medio del aguafuerte, originales dibujados en piedra litográfica que luego se estamparán topográficamente. La tipografía es la forma normal de impresión de los caracteres de imprenta. Al tacto esta impresión no produce sensación alguna de relieve, igual que la litografía.

Calcografía: Se llama también talla dulce o impresión baja. Es exactamente lo contrario de la tipografía, las planchas del dibujo serán de acero o de cobre, grabadas por ácido y mejor aún con un buril, profundizándose más en los rasgos que se quieran destacar más de la reproducción. La tinta se aplicará a las partes profundizadas, quedando el resto limpio. Presionando fuertemente la lámina grabada contra el papel, la tinta de los surcos se deposita en aquél, que previamente ha debido ser humedecido.

La calcografía se remonta al siglo XV. Este sistema de impresión deja siempre la tinta en relieve sobre el papel, lo que puede apreciarse al tacto e incluso a simple vista, y en esto reside principalmente su seguridad, ya que no puede ser reproducido por fotografía o fotocopiado u otro medio cualquiera, como los dos anteriores y por eso puede decirse que la calcografía es insustituible para los documentos de valor en general y que desde su empleo generalizado para la impresión de billetes de banco, se han acabado prácticamente las falsificaciones con un gran parecido al original.

El grabado calcográfico supera con mucho, en calidad a la litografía o la tipografía, pero también es más complicado su proceso de ejecución y más caro. Hay que entintar toda la plancha y luego quitar el resto de la tinta sobrante de la superficie. De tal manera quedan solamente los surcos rellenos de la misma. Esto quiere decir que hace falta una tinta especial, de alta calidad, y que habrá un considerable gasto en la misma.

Para la impresión en calcografía sólo puede utilizarse el metal, cinc o cobre para pequeñas tiradas y acero para las grandes. La máquina primitiva para estampaciones calcográficas se denomina "Tórculo" y consiste en dos cilindros de hierro entre los cuales pasa la plancha con la lámina y el papel.

Máquina para numerar billetes de 1808
Antigua máquina para numerar billetes de 1808

Insisto que el relieve que reproduce la calcografía es prácticamente infalsificable, de tal forma que ni aún el propio artista que haya echo un original calcográfico podrá reproducirlo exactamente igual otra vez.

Actualmente las viñetas, motivos principales y orlas se hacen con impresión calcográfica, mientras que los fondos policolores de seguridad suelen ser tipográficos.


Jaume Reinal Boix
Fuente: archivo PDF
¿Cómo se fabrican los billetes de Banco? ¿Cómo se fabrican los billetes de Banco?

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abril 11, 2013

Impresión en Oriente

Ya en el siglo II d.C. los chinos habían desarrollado e implantado con carácter general el arte de imprimir textos. Igual que con muchos inventos, no era del todo novedoso, ya que la impresión de dibujos e imágenes sobre tejidos le sacaba al menos un siglo de ventaja en China a la impresión de palabras.

Dos factores importantes que influyeron favorablemente en el desarrollo de la imprenta en China fueron la invención del papel en 105 d.C. y la difusión de la religión budista en China. Los materiales de escritura comunes del antiguo mundo occidental, el papiro y el pergamino, no resultaban apropiados para imprimir. El papiro era demasiado frágil como superficie de impresión y el pergamino, un tejido fino extraído de la piel de animales recién desollados, resultaba un material caro. El papel, por el contrario, es bastante resistente y económico. La práctica budista de confeccionar copias de las oraciones y los textos sagrados favorecieron los métodos mecánicos de reproducción.

Los primeros ejemplos conocidos de impresión china, producidos antes de 200 d.C., se obtuvieron a base de letras e imágenes talladas en relieve en bloques de madera. En 972 se imprimieron de esta forma los Tripitaka, los escritos sagrados budistas que constan de más de 130.000 páginas. Un inventor chino de esta época pasó de los bloques de madera al concepto de la impresión mediante tipos móviles, es decir, caracteres sueltos dispuestos en fila, igual que en las técnicas actuales. Sin embargo, dado que el idioma chino exige entre 2.000 y 40.000 caracteres diferentes, los antiguos chinos no consideraron útil dicha técnica, y abandonaron el invento. Los tipos móviles, fundidos en moldes, fueron inventados independientemente por los coreanos en el siglo XIV, pero también los consideraron menos útiles que la impresión tradicional a base de bloques.

ImprentaImpresión en Occidente

La primera fundición de tipos móviles de metal se realizó en Europa hacia mediados del siglo XV; se imprimía sobre papel con una prensa. El invento no parece guardar relación alguna con otros anteriores del Extremo Oriente: ambas técnicas se diferencian mucho en cuanto a los detalles. Mientras que los impresores orientales utilizaban tintas solubles en agua, los occidentales emplearon desde un principio tintas diluidas en aceites. En Oriente, las impresiones se conseguían sencillamente oprimiendo el papel con un trozo de madera contra el bloque entintado. Los primeros impresores occidentales en el valle del Rin utilizaban prensas mecánicas de madera cuyo diseño recordaba el de las prensas de vino. Los impresores orientales que utilizaron tipos móviles los mantenían unidos con barro o con varillas a través de los tipos.

Los impresores occidentales desarrollaron una técnica de fundición de tipos de tal precisión que se mantenían unidos por simple presión aplicada a los extremos del soporte de la página. Con este sistema, cualquier letra que sobresaliera una fracción de milímetro sobre las demás, podía hacer que las letras de su alrededor quedaran sin imprimir. El desarrollo de un método que permitiera fundir letras con dimensiones precisas constituye la contribución principal del invento occidental.

Los fundamentos de la imprenta ya habían sido utilizados por los artesanos textiles europeos para estampar los tejidos, al menos un siglo antes de que se inventase la impresión sobre papel. El arte de la fabricación de papel, que llegó a Occidente durante el siglo XII, se extendió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV. Hacia mediados del siglo XV, ya existía papel en grandes cantidades. Durante el renacimiento, el auge de una clase media próspera e ilustrada aumentó la demanda de materiales escritos. La figura de Martín Lutero y de la Reforma, así como las subsiguientes guerras religiosas, dependían en gran medida de la prensa y del flujo continuo de impresos.

Johann Gutenberg, natural de Maguncia (Alemania), está considerado tradicionalmente como el inventor de la imprenta en Occidente. La fecha de dicho invento es el año 1450. Ciertos historiadores holandeses y franceses han atribuido este invento a paisanos suyos, aduciendo abundantes pruebas. Sin embargo, los libros del primer impresor de Maguncia, y en concreto el ejemplar conocido como la Biblia de Gutenberg, sobrepasa con mucho en belleza y maestría a todos los libros que supuestamente le precedieron. El gran logro de Gutenberg contribuyó sin duda de forma decisiva a la aceptación inmediata del libro impreso como sustituto del libro manuscrito. Los libros impresos antes de 1501 se dice que pertenecen a la era de los incunables.

En el periodo comprendido entre 1450 y 1500 se imprimieron más de 6.000 obras diferentes. El número de imprentas aumentó rápidamente durante esos años. En Italia, por ejemplo, la primera imprenta se fundó en Venecia en 1469, y hacia 1500 la ciudad contaba ya con 417 imprentas. En 1476 se imprimió un gramática griega con tipografía totalmente griega en Milán y en Soncino se imprimió una biblia hebrea en 1488. En 1476 William Caxton llevó la imprenta a Inglaterra; en España, Arnaldo de Brocar compuso la Biblia Políglota Complutense en seis tomos entre 1514 y 1517 por iniciativa del Cardenal Cisneros; en 1539 Juan Pablos fundó una imprenta en la Ciudad de México, introduciendo esta técnica en el Nuevo Mundo. Stephen Day, un cerrajero de profesión, llegó a la Bahía de Massachusetts en Nueva Inglaterra en 1628 y colaboró en la fundación de Cambridge Press.

GutenbergGutenberg

Los impresores del norte de Europa fabricaban sobre todo libros religiosos, como biblias, salterios y misales. Los impresores italianos, en cambio, componían sobre todo libros profanos, por ejemplo, los autores clásicos griegos y romanos redescubiertos recientemente, las historias de los escritores laicos italianos y las obras científicas de los eruditos renacentistas. Una de las primeras aplicaciones importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos: en las luchas religiosas y políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La producción de estos materiales ocupaba en gran medida a los impresores de la época. Los panfletos tuvieron también una gran difusión en las colonias españolas de América en la segunda mitad del siglo XVIII.

Prensas de imprimir

La máquina que se utiliza para transferir la tinta desde la plancha de impresión a la página impresa se denomina prensa. Las primeras prensas de imprimir, como las del siglo XVI e incluso anteriores, eran de tornillo, pensadas para transmitir una cierta presión al elemento impresor o molde, que se colocaba hacia arriba sobre una superficie plana. El papel, por lo general humedecido, se presionaba contra los tipos con ayuda de la superficie móvil o platina. Las partes superiores de la imprenta frecuentemente iban sujetas al techo y una vez que el molde se había entintado, la platina se iba atornillando hacia abajo contra el mismo. La prensa iba equipada con raíles que permitían expulsar el molde, volviendo a su posición original, de modo que no fuera necesario levantar mucho la platina. Sin embargo, la operación resultaba lenta y trabajosa; estas prensas sólo producían unas 250 impresiones a la hora, y sólo imprimían una cara cada vez.

En el siglo XVII se añadieron muelles a la prensa para ayudar a levantar rápidamente la platina. Hacia 1800 hicieron su aparición las prensas de hierro, y por aquellas mismas fechas se sustituyeron los tornillos por palancas para hacer descender la platina. Las palancas eran bastante complicadas; primero tenían que hacer bajar la platina lo máximo posible, y al final tenían que conseguir el contacto aplicando una presión considerable. Aunque las mejores prensas manuales de la época sólo producían unas 300 impresiones a la hora, las prensas de hierro permitían utilizar moldes mucho más grandes que los de madera, por lo que de cada impresión se podía obtener un número mucho mayor de páginas. La impresión de libros utilizaba cuatro, ocho, dieciséis y más páginas por pliego.

Durante el siglo XIX, las mejoras incluyeron el desarrollo de la prensa accionada por vapor; la prensa de cilindro, que utiliza un rodillo giratorio para prensar el papel contra una superficie plana; la rotativa, en la que tanto el papel como la plancha curva de impresión van montados sobre rodillos y la prensa de doble impresión, que imprime simultáneamente por ambas caras del papel. Los periódicos diarios de gran tirada exigen utilizar varias de estas prensas tirando al mismo tiempo el mismo producto. En 1863 el inventor norteamericano William A. Bullock patentó la primera prensa de periódicos alimentada por bobina, capaz de imprimir los periódicos en rollos en vez de hojas sueltas. En 1871 el impresor Richard March Hoe perfeccionó la prensa de papel continuo; su equipo producía 18.000 periódicos a la hora.

GutenbergIlustración de libros

Durante siglos, los dibujantes trabajaban en libros ilustrados a mano; con la llegada de la imprenta, los artistas grababan sus creaciones en madera o metal, lo cual permitía a los impresores renacentistas reproducir en sus imprentas tanto imágenes como textos. Entre los artistas famosos del renacimiento que produjeron ilustraciones para libros se hallan el italiano Andrea Mantegna y los alemanes Alberto Durero y Hans Holbein el Joven. La amplia reproducción de sus trabajos influyó de manera notable el desarrollo del arte renacentista.

Tipos, prensas de acero y máquinas tipográficas

Hasta el siglo XIX se habían ido creando algunas tipografías de gran belleza y se había perfeccionado el oficio de la imprenta. Hacia 1800, sin embargo, los avances en el mundo de la impresión hicieron hincapié en aumentar la velocidad. Charles, tercer conde de Stanhope, introdujo la primera prensa de imprimir construida totalmente de acero. En 1803, los hermanos Henry y Sealy Fourdrinier instalaron en Londres su primera máquina de fabricar papel; producía una bobina de papel continuo capaz de hacer frente a una demanda en constante crecimiento. Más tarde, en 1814 Friedrich König inventó la prensa accionada por vapor, revolucionando toda la industria de la impresión. En 1817, Fco. Xavier Mina, liberal español que organizó una expedición para apoyar la lucha de los patriotas mexicanos por su independencia, llevó a México la primera imprenta de acero, en la que imprimió sus periódicos y proclamas. Se considera la primera imprenta que hubo en el estado de Texas, entonces territorio de Nueva España. En la actualidad se encuentra en el Museo del Estado.

Las grandes ediciones que publicaban aumentaron aún más en 1829 al aparecer los estereotipos, que permiten fabricar duplicados de planchas de impresión ya compuestas. En 1886 los equipos de composición se perfeccionaron, permitiendo reducir drásticamente el tiempo necesario para componer un libro en comparación con las labores manuales. Por último, la fotografía ha venido a contribuir al desarrollo de los modernos procesos de fotomecánica.

En la década de los cincuenta aparecieron las primeras máquinas de fotocomposición, que producían imágenes fotográficas de los tipos en vez de fundirlos en plomo. Estas imágenes se fotografían con una cámara de artes gráficas a fin de producir unos negativos en película que sirven para obtener las planchas litográficas. Los avances en la tecnología de planchas en los años cincuenta y sesenta, junto con la fotocomposición, pusieron fin a un reinado de 500 años de la tipografía como principal proceso de impresión. La composición tipográfica con tipos de fundición prácticamente ha desaparecido, pero el huecograbado sigue utilizándose de forma habitual. La mayoría de las planchas en relieve se fabrican en la actualidad por procesos fotomecánicos directos.

Los ordenadores o computadoras que se utilizan hoy como máquinas de oficina pueden producir imágenes listas para impresión, reduciendo el tiempo y los costes de los principales procesos de imprenta. Las computadoras se utilizan de forma habitual para crear dibujos, definir tipos, digitalizar y retocar imágenes y fundir todos estos elementos en un único trozo de película o directamente sobre la plancha de imprimir.


Fuente: archivo PDF
Los inicios de la Imprenta hasta nuestros tiempos Los inicios de la Imprenta hasta nuestros tiempos

La utilización de las piedras para sellar quizá sea la forma más antigua conocida de impresión. De uso común en la antigüedad en Babilonia ...

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junio 07, 2011
 

 

Pedro Luis Cenzano Diez (Administrador)
Yolanda Torres Cerezo (Supervisora)

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