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Es imposible precisar el momento en que surgieron las brujas ya que son tan antiguas como la propia humanidad, incluso algunas leyendas mencionan que; tal como ocurre con las hadas y otros seres mágicos, las brujas son anteriores al ser humano.

La magia es tan antigua como el hombre mismo. En la prehistoria, antes que surgiera el lenguaje,cuando los protohombres se comunicaban por medio de gestos y sonidos guturales, la creencia en la magia ya estaba instalada entre ellos. La comunidad humana del alba de los tiempos se maravillaba de todo lo que no pudiera comprender; conceptos simples para el hombre de hoy tales como el día la noche, el sol, el agua y hasta el fuego, eran producto de la magia. En dicha comunidad había cuatro roles principales: el jefe (el encargado del liderazgo, generalmente el guerrero más antiguo y fuerte), el guerrero (más joven que el jefe, fuerte y hábil cazador que se convertiría en el próximo líder), el bufón (que por sus características físicas no podía cazar y se encargaba del entretenimiento de la tribu, por ejemplo, dramatizando la caza del mamut, y que también cumplía el rol de juglar contando la historia de la tribu y ensalzando a sus héroes) y el shamán o chamán (el brujo o mago que mantenía la comunicación con los dioses y con el mundo espiritual, dada su capacidad para realizar proezas y su dominio de la técnica del éxtasis, quien además oficiaba de curandero por sus conocimientos terapéuticos de hierbas y plantas en general).


En esos tiempos no había una clara diferencia entre magia y religión, aunque ambas actividades humanas siguen teniendo, hasta en la actualidad, su propios ritos. La macchi (la versión femenina del sháman) era la encargada de la comunicación con los dioses y el mundo espiritual y de la recuperación de la salud; para esto se valía de las herramientas que disponía en ese momento: la naturaleza. Las macchis buscaban las hierbas que curarían a los integrantes de su tribu, realizaban ofrendas a los dioses y preveían el futuro por varios métodos simples, entre ellos, observando las estrellas.

La humanidad fue evolucionando y surgieron diversas religiones. Algunas comunidades se transformaron en civilizaciones y las macchis y curanderas. Sin embargo, los antiguos roles sociales no cambiaron rápidamente ya que en toda aldea o pueblo seguía existiendo un líder, un cazador, un artista o juglar y una curandera.

Hasta la llegada de le Edad Media la concepción de bruja, tal y como la conocemos hoy en día, no existía. La Edad Oscura, tal como también se denomina erróneamente a la Edad Media, es la que instala el concepto de bruja que todavía permanece en el imaginario colectivo en incluso en los diccionarios, donde se dice que la bruja es la mujer que tiene el poder de la hechicería debido a la ayuda del Diablo de algún demonio, y que dicho término también se aplica a la mujer vieja y fea. ¡Por lo tanto parece que la denominación de bruja acarrea siempre algo maligno y feo!

La Edad Media también nos legó, entre otras cosas, la fisonomía de la bruja tal como la conocemos en nuestros días: unas mujer fea, generalmente vieja, con verrugas en la cara, vestida de negro, que vuela montada sobre una escoba, revuelve asquerosos menjunjes en un caldero de hierro y tiene por mascotas búhos, gatos negros y murciélagos.

Por otro lado las tradiciones orales también no hablan de mujeres feas y viejas, que utilizan malignos poderes en detrimento de la humanidad; es decir, siempre la bruja aparece como un ser maléfico, en contraposición con el "hada madrina", que es un ser mágico y benéfico.




Fuente: archivo PDF

Sin embargo, la ciencia se ha interpuesto a esta creencia, asegurando que esta asfixia nocturna en verdad es un mal llamado parálisis del sueño o hipnagogia y ocurre justo en entre el momento del REM, es decir del estado de sueño profundo y el despertar.

Como sea, quienes han padecido de este mal, aseguran que al despertar sienten una tremenda presión en el pecho, y que si bien sus sentidos están bien, no pueden moverse.

Los más supersticiosos quienes han sido víctimas de este fenómeno, aseguran que además de esta parálisis, han sentido olores extraños y hasta pisadas. Incluso de acuerdo al mito, esta situación se detiene de un momento a otro, justo cuando el embrujo se acaba.

Estadísticamente se sabe que este fenómeno le sucede tanto a hombres como a mujeres de todas las edades y que el 15 por ciento de la población mundial alguna vez ha padecido de este síndrome.


Fuente: emisterios.com/22/5037/el-misterio-sindrome-vieja-bruja.html

Método del Huevo: Pues es fácil y solo se requiere un huevo de gallina (o similar) y un plato o cuenco para ponerlo. Antes de acostarnos, pondremos el huevo dentro del plato y el plato debajo de nuestra cama (si eso fuera imposible, lo pondriamos al lado). A la mañana siguiente, cogeremos el plato y partiremos el huevo en el: Si la yema es naranja (normal) NO estaremos maldecidos, si es roja (color sangre) significará que estamos maldecidos.

Método de la Sal: Para esta prueba necesitaremos un plato o cuenco, sal y vinagre. Antes de acostarnos, pondremos sal en el plato y la rociaremos con vinagre, después pondremos el plato bajo la cama y dormiremos. A la mañana siguiente recogeremos el plato y observaremos el plato: Si la sal se ha vuelto "fea", es decir, que se ha cortado, que se ha puesto de un color amarilluzco, significará que estamos maldecidos. Si la sal no ha cambiado, significará que no estamos maldecidos. (Si sólo se corta la parte de sal directamente mojada en vinagre, consideraremos que la sal no ha cambiado).

Método de la Tijeras: Busca unas buenas tijeras, con puntas afiladas, y colócalas bajo la cama, abiertas y con las puntas dirigidas hacia los pies.

Método de las Velas: Tomamos tres velas de cera blanca, las colocamos formando un triángulo pequeñito, las prendemos un viernes y colocamos en el centro del triángulo una cabeza de ajos. Repetir durante un mes o dos.


Fuente: horoscopo