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Iván Sidorenko, el francotirador que tenía como lema "Un disparo, un muerto"

Iván Mikhailovich Sidorenko

Iván Mikhailovich Sidorenko nació el 12 de Septiembre de 1919 en el seno de una familia campesina, establecida en la villa de Chantsovo, en la región de Smolenko.

Tuvo una niñez tranquila, tras terminar los estudios se matriculó en La Escuela de Arte de Penza, sin embargo en 1939 abandonó la escuela y se alistó en el Ejército Rojo.

En 1941 estudió en la Academia Militar de Infantería de Simferopol, en Crimea, pero fue trasladado de urgencia junto con sus compañeros para ayudar en la defensa de Moscú, que se encontraba asediada por las tropas de Hitler. Inicialmente afiliado a una compañía de morteros como segundo teniente, Sidorenko se reconvirtió a si mismo en francotirador y se dedicó a matar alemanes.

Como instructor

Tras abatir a decenas de enemigos el alto mando le ordenó instruir a otros jóvenes destacando sobre todo los métodos y tácticas que él mismo había desarrollado.

Sidorenko, con sus novedosas enseñanzas sobre el terreno, creó exitosas unidades de francotiradores que pronto demostraron su valor cobrándose un elevado precio en vidas de sus enemigos.

Oficialmente era el ayudante del comandante del 1122° Regimiento de Infantería del Primer Frente Báltico, un cargo que servía para despistar a los numerosos francotiradores alemanes que le seguían la pista con el fin de eliminarle y de esa manera terminar con el mejor instructor de francotiradores del Ejercito Rojo. Entre los años 1941 y 1944 Sidorenko fue el responsable de abatir a 500 soldados enemigos (muertes confirmadas) e instruyo a 250 francotiradores, su lema de "Un disparo, un muerto" se hizo tan célebre en todo el mundo que fue utilizado hasta la saciedad por la propaganda comunista.

Iván Mikhailovich Sidorenko

No satisfecho con el trabajo en el campo de entrenamiento, Sidorenko siempre llevaba a los futuros francotiradores al campo de batalla, para de esta manera instruirles en condiciones reales.

Una de las novedosas tácticas de Sidorenko fue la utilización de balas incendiarias, con las que logró incendiar un tanque y tres tractores alemanes.

Herido de gravedad en Estonia en el año 1944 fue distinguido con el título de Héroe de la Unión Soviética, una de las mayores condecoraciones otorgadas por los soviéticos. Sin conseguir reponerse de su herida completamente y para evitar que fuera abatido por el enemigo y así prevenir la mala propaganda que su muerte conllevaría, Sidorenko fue separado del frente por ordenes del alto mando.

Después de la guerra

Tras acabar la guerra los héroes ya no eran necesarios, ya que su fama restaba protagonismo a los miembros del Partido Comunista, así que fueron injustamente olvidados por el régimen comunista.

Sidorenko dejó el ejercito y trabajo en la posguerra como minero en Cheliabinsk, en 1974 se trasladó a Dagestán para jubilarse. Desde ese momento se perdió la pista sobre el.


Fuente: sniperselite.com.ar
Iván Sidorenko, el francotirador que tenía como lema "Un disparo, un muerto" Iván Sidorenko, el francotirador que tenía como lema "Un disparo, un muerto"

Iván Mikhailovich Sidorenko nació el 12 de Septiembre de 1919 en el seno de una familia campesina, establecida en la villa de Chantsovo,...

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agosto 29, 2015

Chris Kyle

El más letal en la historia estadounidense (250 víctimas, decía él; 150 los demás). Nacido en Odessa, Texas, en 1974. Miembro de los Navy Seals, condecorado por su tarea como francotirador en Irak. Su autobiografía, American sniper, fue bestseller. Fue asesinado en febrero de 2013 a la edad de 38 años.

Decía: "Yo era un SEAL, un comando entrenado en operaciones especiales. SEAL quiere decir 'Sea' (mar), 'Air' (aire), 'Land' (tierra), y describió más o menos el amplio rango de espacios en que operában". Nacido en Odessa, Texas, contaba que también acarreó ganado como cualquier cowboy, transportó madera a pedido y, para decepción de sus padres, dejó "tirada" una carrera de administración agrícola en la universidad estatal.

Los Seals, unidad que lleva al límite la resistencia física y síquica de sus integrantes, le proveyeron un entrenamiento muy rudo, que incluía agua a manguerazos a los que se distraían al hacer tiburones y ráfagas de metralleta en lo que se conocía como "semana infernal". El hombre asegura que odiaba todo eso. Y que le encantaba.

Chris Kyle

Se entrenó para ser una máquina de francotirador: "Como cazador, sabía cómo disparar, hacer que la bala iría del punto A al punto B", cuenta de su posterior aprendizaje de francotirador. Decía que aprendió que el arma no debe tocar más que el aire; también del efecto de la rotación de la Tierra en la trayectoria de las balas. Pero faltaba pasar a la práctica. Los acontecimientos derivados del 11/S le dieron la ocasión. En 2003 llegó a territorio iraquí. Se supone que los suyos no iban normalmente más allá de la orilla de la playa. Pero no fue el caso. Se internaron bien adentro y se ganaron cierta fama. En particular Kyle, a quien los insurgentes llamaron Shaitan Ar-Ramadi (El Diablo de Ramadi) y por cuya cabeza habrían llegado a ofrecer 80 mil dolares americanos. En las cuatro misiones que cumplió en Irak, Kyle dijo haber sido herido dos veces por balas y alcanzado por unas seis explosiones.

Kyle abandonó la Marina en 2009 y se mudó a Midlothian, Texas, donde dirigió una compañía dedicada al entrenamiento de militares y policías. Todo iba bien: publicó su autobiografía y se convirtió en bestseller del The New York Times, con todo y su carácter religioso, nacionalista y sureño ("ustedes los yankees", se lee a lo largo de la obra). Hasta que en febrero de 2013 su historia se truncó: murió por los disparos de uno de sus compañeros en Irak, a quien había llevado a un campo de tiro. Kyle ayudaba en su tratamiento al soldado, diagnosticado con estrés postraumático, pero algo se salió de madre, acabando con la vida de Kyle de una manera un tanto extraña.

- Vídeo -



Noticia: Cadena perpetua para el asesino de Christopher Kyle, 'El Francotirador'
Extraído de: Cultura&Entretención
Fuente: archivo PDF
Chris Kyle, el francotirador más letal de los Navy Seals Chris Kyle, el francotirador más letal de los Navy Seals

El más letal en la historia estadounidense (250 víctimas, decía él; 150 los demás). Nacido en Odessa, Texas, en 1974. Miembro de los Navy ...

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febrero 25, 2015

Espadas toledanas

Difícil es precisar la fecha y lugar de la aparición de este arma, bella y gallarda como ninguna, la que ha recibido mayor variedad de formas, empleándose en su construcción los más diversos materiales, desde la piedra al acero, pasando por la madera, el hueso, etc., y cuyo empleo ha sido y es común a todos los pueblos y civilizaciones del mundo, que la han honrado y distinguido simbolizando en ella la estima que merece, pues «es símbolo de la Caballería, emblema de la Justicia, de la Fuerza y el Castigo. Representa la idea del Poder Soberano y el genio de los Conquistadores». Su nombre está íntimamente ligado a la caballerosidad, y por eso su uso ha sido siempre privilegio de caballeros y honra al que la ciñe, en contraposición al cuchillo y el pañal, propios de rufianes.

¿Cuándo apareció la espada? ¿Apareció como arma de guerra o de caza?

No es fácil aclarar estos puntos, pero lo intentaremos, razonando nuestro punto de vista, que es apoyado por la opinión de los arqueólogos. La primera necesidad apremiante del hombre prehistórico seria, sin duda, atender a la subsistencia propia y de la prole, y éste seria el origen de la caza, pues no cabe duda de que el hombre nació carnívoro. Esta primitiva lucha del hombre con los animales, con arreglo a sus tamaños, haría necesaria un arma en cada caso: la más elemental para el fin que se proponía no cabe duda que sería la piedra (primera arma arrojadiza), y después, o tal vez al mismo tiempo, las ramas de los árboles (primer arma contundente). Y no es dudoso suponer el que a alguno de aquellos seres primitivos se le ocurriera aguzar la punta de una estaca, con el fin de herir de punta y a distancia, y he aquí el nacimiento de la primera espada. El hombre empieza a conocer el trabajo de la piedra y el hueso y aparecen las puntas de flechas y cuchillos de sílex; a continuación, las armas de piedra (hachas de mano y puñales), ya que este material no se presta para hacer espadas por la longitud de las mismas, incompatible con lo quebradizo del material.

Pero aparecen los metales, y con ellos la espada como tal, y que a través de los siglos poco ha de evolucionar en su técnica e incluso retroceder a su formología primitiva. Las de la Edad del Bronce, espadas más bien cortas, con dos filos y anchas hojas y puntas poco agudas, sin cruz y empuñadura sencilla. Como características de este período, podemos señalar las argálicas y celtas, casi siempre con nervio central y empuñadura fundida de una pieza, llegando sus longitudes hasta los 60 cmts.

Con la aparición del hierro, se consigue aumentar su longitud y reducir su peso, así como aparecen los canales o vaceos, a lo largo de sus hojas, naciendo la espada ibérica, que fué posteriormente copiada por los galos y romanos.

La prototipo de la época es, sin duda, la falcata, tanto por sus formas peculiares como por su técnica y arte, y cuyo uso duró desde el Siglo IV a. C. hasta finales del Siglo I a. C. Su origen no está bien determinado, aunque puede asegurarse que su creación es obra griega o tal vez etrusca, pero desde luego mediterránea, justificando esta teoría el marcado sabor oriental de su hoja. Por los ejemplares hallados en nuestra Península, puede afirmarse que entró por Levante con su característica empuñadura de cabeza de ave con corvo pico (tal vez cabeza de águila), análogas a las encontradas en yacimientos arqueológicos del Mediterráneo oriental. En algunos ejemplares se inicia el guardamano, consistente en una cadenilla que une el pico del ave con la base del recazo. La cabeza de ave se estiliza a medida que avanza el tiempo y de pronto se transforma en la cabeza de un caballo con guarda de barra, siendo ésta la falcata típicamente ibérica, pues fuera de las encontradas en nuestra Península, son raras las aparecidas en otros países. Sus hojas curvas, con filo en el interior a todo el largo y aguda punta, con fuertes vaceos y empuñaduras ricamente decoradas, nos recuerdan la técnica de las actuales armas de corte y tala.

Falcata Ibérica
Falcata Ibérica

Otra espada ibérica notable de esa época, es la «gladius Hispaniensis», de características totalmente distintas y de origen norteño: hoja recta y larga, con cuatro mesas y dos filos en toda su longitud (que llega hasta los 80 cmts. en algunos ejemplares) y empuñadura de cruz. Este tipo de arma brilló hasta el final de la Edad del Hierro, y al parecer es la que copian los romanos, distinguiéndose entre ellas dos tipos, las de frontón y las doble globular, por lo que se refiere a sus empuñaduras.

El nombre de espada, se deriva al parecer, según Díodoro Sículo, de la voz céltico-española «spatha», y referente a su calidad, veamos lo que a este respecto dice un historiador: «Tito Livio dice que la falange macedónica se sobrecogió de espanto al ver los efectos causados por las espadas españolas, pues acostumbrados a combatir con los griegos e ilirios, no habían visto nunca separados los troncos, los brazos y las cabezas, como sucedía con aquellas espadas de hoja ancha, larga y puntiaguda y con dos filos. Su temple lo vemos celebrado por Justino, que dice era admirable el que le daban en los ríos Bílbilis y Chátive, hoy Cheiles, según Zurita, cerca de Tarazona.

La constante preocupación del guerrero es. oponer a las armas ofensivas del enemigo, elementos defensivos: aparecen las rodelas y escudos, y entonces se hace preciso aumentar el peso y la robustez de la espada, apareciendo la «rambha», más corta, de punta menos aguda y mucho más robusta, pero con dos filos...

Pocos más datos precisos se encuentran sobre el particular, ya que el estudio de las armas existentes en los museos y las que se observan en bajorrelieves y pinturas, demuestran una anarquía absoluta, sobre los modelos usados, cosa que no es de extrañar, ya que por entonces los ejércitos no estaban organizados de una forma regular y cada soldado portaba a la liza las armas propias de que disponía o cogía al enemigo.

La Edad Media, Edad del esplendor de la espada

En esta época de la Historia, es cuando la espada, y en particular la espada toledana, llega a su máximo esplendor: se alarga hasta llegar y sobrepasar las dimensiones de nuestros tiempos: se aguza y afina, y en su empuñadura aparecen, tras la cruz, los gavilanes, guardamanos, lazos y cazoletas.

Las corrientes en esta época son: las de «cornadillo», las de «marca» (dimensión), de cinco cuartas, también llamada «roníea», la «lobera», de la época de San Femando, si bien la palabra «lobera» no tiene, como erróneamente se ha creído, un significado relacionado con el lobo; este tipo de espada, es repetido en inventarios y citas de la época, siendo al parecer, una espada para ceñir con determinado traje, llamado «loba». La «ropera», espada de ceremonia; la «flamante» o «flamígera», tan conocida, con su hoja ondulada; la «cinta» y el «verdugo», sumamente estrechas; la «jineta» o «ceneta», propia del jinete y de origen arábigo; la «papagorja», de ancha hoja, y la «sabla», curva y procedente de Oriente, etc.

En el Siglo XIV y XV, ya se fabrica con el sólo fin de herir de punta y con dos filos, pero aún sigue siendo fuerte y sólida; así fueron, como puede comprobarse por los ejemplares existentes en los museos y los grabados, las espadas de los conquistadores. Por cierto que en el Nuevo Mundo, era totalmente desconocida este arma, como lo prueba el hecho de que «habiéndole presentado una espada a un cabecilla indio, la empuñó por la hoja, produciéndose un profundo corte en la mano».

En los Siglos XVI y XVII, siglos sin par para nuestra Historia, surge la esgrima española, que tantos laureles había de cosechar para el engrandecimiento del imperio mayor del mundo.

Se convierte en arma de defensa personal, y se ciñe constantemente con gallardía, y sin el disimulo taimado de la daga, el cuchillo o la moderna pistola. Empieza a ser objeto de regalo, de reyes a capitanes y de papas a soberanos. Buena prueba de ello son los magníficos ejemplares que existen de los llamados «estoques pontificios», espadones simbólicos, ricamente adornados. Empieza el arte a volcarse, materialmente, en ellas: gavilanes cincelados, cazoletas caladas como encaje, ataujías, piedras preciosas y delicados esmaltes, verdaderos joyeles ricos y artísticos, donde los espaderos y orfebres nos han dejado muestras inimitables de su fecundo arte.

Espada de Isabel la Católica
Espada de Isabel la Católica

Fina y aguda como una aguja, manejada por los brazos de aquellos diestros caballeros, ha dejado tras sí miles de leyendas, poesías y aventuras, ensartadas en su flexible hoja.

Como armas guerreras, o lo que hoy llamaríamos «de reglamento», se usaron por entonces el «terciado», de menos longitud que la marca; el estoque, largo y muy fino, generalmente de sección triangular; el «montante» o «mandoble», espada de dos manos, de grandes dimensiones, para usar a caballo contra los armados, y de aspecto más imponente que práctico.

Y para cerrar tan brillante época, aparece la sin igual «tizona», acompañada del chambergo y la capa, tan gallardos y tan genuinamente españoles; en las calles y callejas, en la tierra y en el mar, en los salones y las batallas, llenaron con sus acciones temerarias todo un siglo de literatura.

Empieza la decadencia de la espada con la aparición de las armas de fuego portátiles. En el uso personal, deja de ser arma para convertirse en símbolo de jerarquía, si bien sigue siendo un joyel. Como arma guerrera, sufre notables transformaciones, hasta terminar en el sable y la espada de ceñir; el primero, como arma para emplear principalmente en el corte, siendo hoy el único vestigio que queda de aquel arma bella; y la segunda, como emblema de caballerosidad, tanto en la vida castrense como en la civil.

Hoy, prácticamente, su uso queda relegado a la deportiva esgrima, ya desaparecido el absurdo duelo, conservando las tres modalidades del florete, la espada y el sable.

Pero nuestro pueblo, tan. pródigo en costumbrismos y tradiciones y tan abundante en contrastes, aún conserva en su primitivo uso, o sea «herir de punta», como hace siglos, una espada única, absolutamente nuestra, que a pesar de vivir la era del átomo, perdura en su pureza ante la admiración y el respeto de los extranjeros: me refiero al estoque torero, espada cien por cien, empleada con destreza y arrojo; arma que aún pregona al Universo la virilidad de la raza más gallarda, como es: la española.

La fabricación de espadas en Toledo

Hasta el año 1500, escasos son los datos que he podido encontrar, sobre esta actividad artesana, en la ciudad de Toledo. Se sabe que las principales ciudades españolas que florecieron en la espadería, fueron: Avila, Badajoz, Bilbao, Calatayud, Córdoba, Cuéllar, Madrid, Mondragón, Orgaz, San Clemente, Sevilla, Valladolid, Zaragoza, etc; pero entre todas, como estrella señera, destacó Toledo, que tal vez fuera la más antigua en construirlas.

De la antigüedad de esta industria en Toledo, tenemos varios testimonios; el más antiguo de ellos, es el de Gracio Falisco, escritor de la época de Augusto, que en su obra «De Venatione Gratií, Cinegetii...», dice asi: «Imo toletano praecingant ilia cultro»; o sea: «con legitimo cuchillo toledano, ceñiré la cintura...»

Otros no menos valiosos, son las múltiples alusiones que el gran Mariana hace en su «Historia» a las buenas hojas toledanas.

El primer gran impulso dado a la espadería en Toledo, se lo debemos al gran Abderramán II, monarca de grata memoria para todos los que amen a Toledo. Pero cuando empezó el verdadero auge de la espada toledana, fué en los Siglos XV y XVI, llegando a su cénit con la aparición del maestro de maestros, Alonso de Sahagún, el Viejo (1570), cuyas hojas eran solicitadas en toda Europa. Este coloso de la espadería, fué la cabeza señera de aquella pléyade de artífices, de los que citaremos, entre otros, a Hortuño y su nieto Nicolás (1604 y 1637); Almán (1550); Lope Aguado (1560); Tomás de Ayala (1625); Sebastián, el Viejo, y el Mozo (Siglo XVI y 1637). Las cuatro generaciones de los La Hera. Martínez, el Viejo (1520). Los hijos y nietos de Sahagún; los Tijereros; Juan Toledo, y muchos más que no apunto por no alargar esta lista de magníficos artesanos, y cuyos nombres, juntos con los cuyos que empleaban en sus marcas, se hayan registrados en el Ayuntamiento.

Espada Damasquinada (Toledo)
Espada Damasquinada (Toledo)

Muchas son las pruebas que, tanto en la historia como en la poesía, se encuentran pregonando la fama de los aceros toledanos. Citaré algunas:

Dice Rodríguez del Canto, escritor del Siglo XVIII:
«Las fábricas de Damasco y Fez, las de Reirás, Ton la y Solingen, no han podido jamás, ni hoy pueden semejar siquiera, el temple de nuestras espadas toledanas, y sólo lo han conseguido, si acaso, en la falsa marca que de las toledanas hojas sacaron algunas de aquéllas».

Leguina, en su obra «La Espada», apunta:
«Llegó la espada a ser el arma característica española, conservando merecido aprecio las famosas de Toledo, de donde procedieron las renombradas hojas «Lealtad Toledana» y «Sueño del Soldado», y las muchas en que se leía: «No me saques sin razón, ni me envaines sin honor», dignas continuadoras de la gloria obtenida por la espada ibérica».

También he encontrado un buen testimonio de la fama del maestro Sahagún. El Fénix, de los Ingenios, por boca de su personaje D. Alonso, en su obra Las Flores de D. Juan, dice:

Espadero.- ¡Vive Dios que es un diamante!
D. Alonso.- Aún el diamante es común
Que espada de Sahagún,
No ha de tener semejante.

En el Siglo XVIII, con la implantación de las modas afrancesadas, se inicia la decadencia en todas las manifestaciones artísticas, y, como no, la espadería, aumentada por la aparición de las pistolas.

Como es natural, Toledo no pudo sustraerse a esta decadencia, hasta que Carlos III, en 1761, resucitó esta industria, encomendando a D. Luis de Urbina que reuniera en una fábrica a los maestros espaderos matriculados en Toledo, encontrándose don Luis con la sorpresa de que no había en Toledo nadie que mereciera ese titulo, teniendo que recurrir a un octogenario valenciano llamado Luis Calixto, que a las órdenes del Capitán de Caballería D. Miguel de San Gil, organizó la primitiva Fábrica de Espadas de Toledo, en una casa de la calle de Núñiez de Arce, donde posteriormente estuvo Correos.

Sin duda, por no ser sitio adecuado o por necesitar ampliaciones, encomendó S. M., al General Sabatini, buscar un sitio en las proximidades del río, y próximo a Toledo, para levantar una fábrica de nueva planta.

Colada del Cid
Colada del Cid Campeador

Con tal fin se compró la llamada huerta de la Caridad, el 5 de Noviembre de 1777, en 32.489 reales, en donde construyó la nueva fábrica, y que es el edificio principal de la actual. Los talleres se trasladaron al nuevo edificio en 1781, aunque la obra no se terminó hasta Julio de 1783.

Tanto el emplazamiento como el edificio, no fueron del agrado del Monarca, como así se lo manifestó a Sabatini cuando vino a entregárselo al Real Cuerpo de Artillería. El emplazamiento, para la época, es discutible, pero no así el edificio, que tiene más de monasterio que de establecimiento fabril.

A partir de esta fecha, la espadería toma ya un carácter totalmente industrial ajeno a este trabajo, y la Fábrica de Armas, bajo la dirección de los Artilleros, y hoy, por sucesión, de los Ingenieros de Armamento, crece y se transforma al ritmo de los adelantos industriales, convirtiéndose en un centro fabril cada vez más técnico y moderno, dejando por ahora de tener interés bajo el punto de vista histórico. No obstante, es hoy el único establecimiento de este tipo que mantiene en pie el prestigio del acero toledano, como lo demuestra el hecho de fabricarse continuamente sables y espadas para el extranjero.

El por qué de la fama de las hojas de Toledo

En toda época, un artículo manufacturado, por mucha propaganda que de él se haga, sólo triunfa cuando cubre perfectamente las necesidades para que ha sido concebido, y esto es lo que ocurrió desde un principio con las hojas toledanas. La espada, para ser buena, necesita ser ligera, nada quebradiza, dura y flexible. Estas condiciones tan dispares sólo puede reunirlas más que un buen acero convenientemente tratado.

No vamos a extendemos en disquisiciones sobre lo que es un temple, por ser materia ajena a este trabajo; pero lo que sí decimos es que hoy, toda la técnica de los tratamientos térmicos, así como sus propiedades, son perfectamente conocidas y controladas, pero en aquellos tiempos la cuestión era muy distinta: la práctica de estos conocimientos es el verdadero mérito de aquellos artesanos.

La materia prima la tenían excelente: emplearon lo que ellos tenían por hierro, que hasta el Siglo XV se sacaba de una mina inmediata a Mondragón, y al agotarse ésta, el hierro, casi acero natural, de la famosa mina de la Peña de Udala, en Gipúzcoa.

La escala de temperaturas la conocían por el color del acero candente, y el temple, por lo general en agua, tenía sus «secretos»: la forma de introducir la hoja en la tina, la manera de agitarla dentro del agua, e incluso algunos, echaban algún raro producto de misteriosos efectos, en el agua. Todo esto constituía sus secretos, así como la duración de la inmersión, lo que se contaba por medio de oraciones, coplas o poesías alusivas al oficio.

Como anécdota curiosa sobre la práctica del temple, expongo a continuación la forma en que, según un manuscrito encontrado en las excavaciones de las ruinas de la milenaria Tiro, empleaban aquellos espaderos. El profesor alemán Eulenspiegel lo traduce asi: «El gran Dignatario suministrará un esclavo etíope robusto, al cual sujetarás boca abajo en el altar del dios Bal-hal... Entonces el maestro forjador, después de haber martillado la hoja en frío hasta dejarla con un filo suave y fino, la introducirá en el fuego de carbón de cedro, sacándola y metiéndola en el hogar con movimiento lento y acompasado, recitando mientras la oración al dios Bal-hal, hasta que el acero tome el color rojo del sol levante cuando éste ha salido del desierto hacia Oriente. Entonces, y con rápido impulso, la pasará seis veces desde el talón a la punta, atravesando con ella las partes más carnosas de la espalda y muslos del esclavo. Quedará así la hoja de color de púrpura de rey, y la probará el maestro cortando de un solo golpe la cabeza del esclavo. Si sale hoja sin que resulten en ellas grietas o abolladuras en su filo, y si se le dobla alrededor del cuerpo de un hombre hasta que se toquen talón y punta sin que se rompa, entonces se habrá logrado un arma perfecta y digna de consagrarse al servicio del dios Bal-hal.»

La práctica para conocer si una hoja tenía «pelos u hojas» (ambos defectos peligrosos para un arma de este tipo) era enorme, llegando en este punto a adelantarse en varios siglos a lo que hoy, técnicamente, se llama «envejecimiento». A este respecto dice Rodrigo del Campo:

«Los fabricantes antiguos de espadas, para sacarlas finísimas, paraban el hierro en barras o láminas, escondiéndolas o enterrándolas en la tierra, en la que se consumían con el tiempo las partes débiles, floxas o porosas, y luego, de las más depuradas y sólidas, hacían las buenas espadas».

La práctica durante varios siglos, la transmisión de fórmulas, consejos y «secretos» de padres a hijos y de maestro a discípulo, así como un honrado pundonor profesional, hizo de Toledo un coto cerrado del noble oficio de la espadería, que tuvo como premio esa fama y ese renombre universal de que siempre, incluso ahora, han tenido y tienen los aceros toledanos.

Espada de Cristobal Colón

Hasta hace poco tiempo, no poca parte de esa fama se la ha llevado el viejo Tajo; siento defraudar a algunos, especialmente a los poetas, pero esa influencia es pura fantasía.

Si conviene apuntar en honra a nuestros viejos artesanos un invento netamente toledano; el hombre, a medida que su enemigo fortalecía el arma ofensiva, ideó para oponérsela un elemento defensivo: la coraza. La espada, entonces, fué preciso hacerla más robusta y dura, capaz de soportar el golpe contra los arneses. Pero llegó un momento en que el tamaño y peso del arma era tan excesivo, que no era posible su manejo. Entonces, un viejo espadero toledano, cuyo nombre no nos ha llegado, ideó una espada, que sin perder su dureza, aumentó en resistencia al golpe y con la ventaja de la disminución de peso: la espada con alma de hierro dulce, generalmente de herraduras.

Cogían el alma de hierro y a ella le soldaban en fragua dos «tejas» de acero, a todo lo largo; después lo batían, hasta darle las longitudes y gruesos requeridos. Esta operación, al parecer tan sencilla, aún hoy, con los dominios de la técnica, es muy difícil de realizar, y sin embargo, ellos lo hacían a la perfección. Este procedimiento fué copiado en el extranjero y, hasta fines del pasado siglo, se practicaba en la Fábrica Nacional. Lástima es que no perdure.

En el adorno de las cruces, lazos, gavilanes, cazoletas y vainas, verdaderos artífices, hicieron derroche de su arte sin igual; grabados, cincelados, incrustaciones, calados como encajes, esmaltes y pedrerías, se disputaban la primacía. Y ya que viene a cuento, y sin con ello querer herir la susceptibilidad de nadie, hablemos algo del damasquinado en las armas blancas y su procedencia, que tanto se discute en estos tiempos. En la rebusca para componer este modesto trabajo, he encontrado dos citas de absoluta solvencia e interés histórico. La primera, tomada de La Noticia Histérico-Descriptiva del Museo Arqueológico Nacional, editada en 1876, dice así hablando de las espadas toledanas de corte: «Todas las partes de la empuñadura eran adornadas con relieves, grabados finos, damasquinos y esmaltes finísimos»...

La otra, corresponde a otra obra editada en Madrid en 1871, y de la que es autor D. Manuel Rico y Sanobas. En ella dice, refiriéndose a la espadería española: «Como los venecianos y con Damasco, surtía con sus armas damasquinadas las costas de Marruecos, las Indias, y, más tarde, los lugares de América, en que estableció su civilización».

Pero aún hay más: en el Museo Arqueológico Nacional, existen ejemplares de facaltas ibéricas y cuchillos de la cultura de Las Cogotas (Siglos IV y III a. C.), con finísimos damasquinos de plata y cobre, aunque, como es natural, no con la técnica de hoy, pero no por ello con menos perfección y belleza.

Estas y otras muchas citas más que se podrían hacer, demuestran claramente que los espaderos toledanos conocían el damasquino antes de que en 1865 se «descubriera» en una armadura de la Real Armería.

Y he aquí, ilustres Académicos y amigos, lo que he podido recopilar sobre esta magnífica artesanía que, hoy como tal, puede decirse que no existe. Su fama, su gloria, tan íntimamente ligada a la ciudad de Toledo, ya nos llega como el perfume de una flor marchita, o como el eco de un canto lejano; que este modesto trabajo renueve, en los que me escuchan, los recuerdos de triunfos pretéritos que, para el engrandecimiento de España, ganaron sus hijos manejando con destreza, con sus férreas diestras, las viejas y magnificas espadas toledanas.

He dicho.


Leer:
D. José Relanzón García-Criado.
Fuente: archivo PDF
Origen de la espada y su evolución a través de los tiempos Origen de la espada y su evolución a través de los tiempos

Difícil es precisar la fecha y lugar de la aparición de este arma, bella y gallarda como ninguna, la que ha recibido mayor variedad de form...

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febrero 22, 2015

Templo Eishoji
Templo Eishoji, donde comenzó el Judo

A finales del Siglo XIX, los países extranjeros, encabezados por los Estados Unidos, amenazan a Japón con la apertura del país para establecer intercambios comerciales y culturales; tras diversas batallas en el propio país entre los partidarios de abrir sus puertas y los contrarios de esta decisión, Japón acuerda cambiar su política exterior. Así termina su aislamiento, que duró 300 largos años.

En el año 1.868 comienza la Era Meiji; fue también el comienzo de una gran reforma en todos los aspectos (Meiji Ishin), despertada por las influencias de las culturas occidentales. Ante la prohibición de 1.871 de llevar armas, la clase samurai empieza a desaparecer de la historia de Japón.

Como consecuencia de esta desaparición, y más por la influencia de la cultura moderna occidental, el viejo método de lucha Ju-Jitsu va camino de la decadencia.

Aquellos expertos y Maestros prestigiosos en las Artes Marciales que servían a sus señores feudales fueron obligados a cambiar de profesión y dedicarse a otros menesteres. No obstante, aún así, algunas escuelas famosas como Kitoh, Tenshin-Shinio, Yoshin, Sekiguchi, Kiushin, intentaron mantenerse obstinadamente y poder sobrevivir.

Jigoro Kano, joven estudiante de la Facultad de Literatura de la Universidad de Tokio, tenía hacía tiempo una gran inquietud acerca de un método antiguo de lucha: Ju-Jitsu.

Él fue siempre un muchacho de pobre constitución física y achacoso; pensaba que tal arte marcial podría dar solución a su problema de inferioridad física.

No era nada fácil encontrar la Escuela de Tenshin-Shinio. Su maestro, Fukuda, permitió el ingreso de Jigoro; entonces contaba con 18 años de edad (1.877). Dos años más tarde recibiría las enseñanzas del Maestro Iso del mismo estilo, y en el año 1.881 continuo con su perseverancia bajo la enseñanza del maestro Okubo del estilo Kito.

Jigoro Kano
Jigoro Kano

Tsunejiro Tomita
Tsunejiro Tomita

Sakujiro Yokoyama
Sakujiro Yokoyama

Yoshikazu Yamashita
Yoshikazu Yamashita

A medida que iba progresando en su aprendizaje, se daba dando cuenta del gran valor educativo que contenían estos dos estilos; a la vez que realizaba una investigación sobre otros estilos, reconoció que el Ju-Jitsu era una de las importantes culturas tradicionales de Japón, y no debía dejarla desaparecer. Es decir, a pesar de encontrar en éste algunos aspectos negativos e ilógicos, si trataba de mejorarlo rectificándolo, este sistema podría servir prácticamente como una forma de Educación Física y Cultural para su pueblo y el resto del mundo.

Con esta idea de innovación en el año 1.882, Kano creó su propia escuela a la que Llamó Kodokan (casa que enseña el camino), y la situó en las inmediaciones del Templo Budista de Eishoji; así comenzó su histórica andadura, con tan sólo nueve discípulos.

El nuevo método creado por Kano, y que éste trataba de divulgar, no era un simple arte de ataque y defensa como el Ju-Jitsu, sino que este nuevo Ju-Jitsu era un camino que los hombres debían seguir a través de su práctica. Le dio una nueva denominación: "el Judo".

La difusión del Judo no era una tarea fácil, pues durante un considerable espacio de tiempo, los discípulos de Kano como Yamashita, Yokoyama, Shaigo, Tomita, etc., tenían que someterse a continuas confrontaciones con los Ju-Jitsukas para demostrar su superioridad ante estos últimos.

Ante las aplastantes victorias del Judo en estas confrontaciones, se origina una gran expansión del mismo; por el contrario, para el Ju-Jitsu supone la provocación de su total desaparición.

Seiryoku Zenyo y Zita Kyoei
Escritura de caracteres chinos: Seiryoku Zenyo y Zita Kyoei

Evolución filosófica del Judo

La perspectiva filosófica del Ju-Jitsu era: "principio de la suavidad"; esta idea estaba influenciada por la filosofía china y el confucionismo, que decía: "no debe resistirse contra la fuerza de un adversario; por el contrario, debemos absorberla y aprovecharla para vencer".

Sin embargo a Kano no le resultaba totalmente satisfactorio como para poder entender los mecanismos en que se basaban las técnicas del Ju-Jitsu y del Judo, pues se encontraba con numerosos casos que no se ajustaban a la filosofía de esta enseñanza. Kano decía: "Si solo podemos aplicar las técnicas aprovechando la fuerza del otro cuando éste nos ataca, ¿qué deberemos hacer ante un adversario que no se mueve?", y continúa Kano: "El Judo no debe encontrarse con tales inconvenientes; si queremos que el otro se mueva, deberemos tomar la iniciativa con la ayuda de nuestra propia fuerza, buscando una mayor eficacia y un óptimo resultado empleando un mínimo esfuerzo".

Bajo este prisma, nace un nuevo principio expresado con la frase: "Seiryoku Zenyo": máxima eficacia en el uso de la fuerza.

Dijo Kano: "La condición principal para el Nage-Waza es derribar a nuestro oponente utilizando un mínimo de nuestra fuerza; este principio es perfectamente aplicable a todos los órdenes de nuestra vida. Todos los hombres nacemos con las mismas oportunidades; mientras unos permanecen en la ignorancia, otros se convierten en personas importantes y admiradas. Este es un simple resultado de la aplicación de este principio."

Posteriormente a este principio, Kano nos hablo de otro, al que tituló: "Zita Kyoei": progreso mutuo.

Kano dijo: "El Judo es el camino más eficaz para el fortalecimiento tanto físico como mental. Con el entrenamiento, se disciplina y prepara el cuerpo y el espíritu espíritu mediante las técnicas de ataque y defensa; con ello, conoceremos lo esencial de este camino. La utilización continua de estas técnicas es la meta fundamental del Judo; superándose uno mismo hasta la perfección en beneficio del mundo.

Traje de Ju-Jitsu del Maestro Kano
Traje de Ju-Jitsu del Maestro Kano

Evolución de la técnica del Judo

Nage-Waza
Durante bastante tiempo, las técnicas que se empleaban eran las procedentes del Ju-Jitsu. Más adelante, y durante los 19 años siguientes a su creación, el Judo fue evolucionando, notándose sobre todo en Nage-Waza.

Se prohibieron las técnicas peligrosas como las que se ejecutaban al cuello, tobillos, muñecas y riñones. En 1.895, el Kodokan establece el Go-kio con 42 técnicas, para así mejorar y facilitar el aprendizaje del Judo.

En 1.920, se efectuó una rectificación del citado Go-kio, excluyendo ocho técnicas y añadiendo seis, quedando así fijado el Go-kio de 40 técnicas que hoy conocemos.

Katame-Waza
En 1.899 diversas técnicas de luxación a las muñecas, tobillos, cuello, etc., quedaron prohibidas, y también la luxación a la cintura (Do-jime), para así beneficiar al Judo Deporte.

En 1.895, el Kodokan publica la versión unificada de Katame-Waza.

Kano y sus discípulos destacados

Kano y sus discípulos más destacados. Kano es el segundo por la izquierda de la fila del medio y Shiro Saigo está a su derecha.

- Vídeo -


- Ju-Jitsu tradicional (Japones) -



Fuente: archivo PDF
La historia del Ju-Jitsu hasta lo que hoy conocemos como Judo La historia del Ju-Jitsu hasta lo que hoy conocemos como Judo

Templo Eishoji, donde comenzó el Judo A finales del Siglo XIX, los países extranjeros, encabezados por los Estados Unidos, amenazan a Japó...

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octubre 24, 2014

¿Sabías que "la Francisca", además de ser un nombre de mujer era también un arma?

Hacha francisca

Además de ser un nombre de mujer, también se trata de un arma utilizada por los francos durante la época merovingia, allá por los siglos VI y VII. La francisca, que así fue bautizada por los españoles, es un hacha de guerra de medio kilo de peso, aproximadamente, que se arrojaba al enemigo desde una distancia de diez a quince metros, Los francos dejaron de utilizarla en tiempos de Carlomagno, en el siglo IX.

Autores como Procopio y Sidonio Apollinaris la describen en forma de lanza y como arma nacional de este pueblo germano, aunque hoy en día se sabe que influyó también en la fabricación de armas de los primeros vikingos.

Conocida también como hacha bárbara o hacha danesa, la francisca se convirtió en una muy potente arma en manos de los pueblos nórdicos que, sirviéndose de ella, sembraron el pánico por toda Europa.


Fuente: archivo PDF
¿Sabías que "la Francisca", además de ser un nombre de mujer era también un arma? ¿Sabías que "la Francisca", además de ser un nombre de mujer era también un arma?

Además de ser un nombre de mujer, también se trata de un arma utilizada por los francos durante la época merovingia, allá por los siglos ...

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agosto 27, 2014

La espada medieval, un arma caballeresca por excelencia

Tizona del CID

La espada fue la reina de las armas en ese largo periodo de nuestra historia y, a pesar de su longevidad, no variaron apenas; sus características morfológicas, especialmente desde el siglo XII al XIV. Esta arma, además de su importancia como elemento de combate en sí, posee toda una serie de cargas simbólicas que en la edad Media tuvo su máximo desarrollo. Era el arma caballeresca por excelencia y, por tanto, en la ceremonia de armar a un caballero la espada tenía un papel protagonista: se bendecía, se tocaba con ella tres veces en el hombro del futuro caballero y finalmente, una vez nombrado caballero, su padrino se la ceñía a la cintura.

De la importancia que tenía su espada para los caballeros es buena muestra que muchas de ellas poseían nombres propios, como las espadas de Roldán: Durandarte y Joyosa, las espadas del Cid: La Tizona y La Colada, etc...

Espadas medievales
Parte de tipología de espadas medievales (Oaekeshou, 1960)

Un buen ejemplo de las virtudes que la espada encarnaba en la edad Media la hallamos en un texto de Don Juan Manuel en su Tratado de las armas que fueron dadas a su padre, cuando nos dice:

"La espada simboliza tres cosas: la primera, fortaleza, porque es de hierro; la segunda, justicia, porque corta por ambas partes; la tercera, la cruz".

Asimismo, a muchas de ellas se les atribuyó virtudes casi mágicas, como puede derivarse de la inclusión de reliquias en los huecos de los pomos o de invocaciones religiosas en las hojas y las empuñaduras con la intención de obtener protección divina. Tal es el caso de esta pieza. Algunos ejemplos de inscripciones religiosas son: AVE MARIA GRATIA PLENA; IN TE DOMINE SPERAVI, IN MOMINE DOMINI, etc. En algunas ocasiones estas frases religiosas quedaban reducidas a las iniciales de las mismas. También se colocaban inscripciones referidas al nombre de su fabricante, o lemas nobiliarios, como por ejemplo NULLA DE VIRTUTIBUS TUIS MAJOR CLEMENTIA EST (Ninguna de tus virtudes es mayor que la clemencia).

- Vídeo -



Germán Dueñas
Dpto. de Antigüedades Medievales
Fuente: archivo PDF
La espada medieval, un arma caballeresca por excelencia La espada medieval, un arma caballeresca por excelencia

La espada fue la reina de las armas en ese largo periodo de nuestra historia y, a pesar de su longevidad, no variaron apenas; sus caracte...

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julio 31, 2013

El Bazooka, un arma con orígenes musicales

Bob BurnsBob Burns

Durante la Primera guerra Mundial formó parte del Cuerpo de Marines y viajó hasta Francia para combatir. Siendo sargento, formó la banda de jazz del cuerpo de marines y comenzó a utilizar su invento personal: la tubería con el embudo al final. Después de la guerra, se paseó por las radios de EEUU tocando música.

Cuando llegó la Segunda guerra Mundial, el ejército de los EEUU comenzó a probar una nueva arma antitanque que se apoyaba en el hombro del soldado para disparar. Era el M1A1 (M1 y M1A1 Bazooka. El primero se desarrolló en 1942. La terminación A1 estaba destinada a perfeccionar la veracidad con un sistema eléctrico mejorado). Los soldados que estaban probando el arma conocían el instrumento musical de Burns y concluyeron que las similitudes en las formas de ambos eran sorprendentes.

Y de esta forma, comenzaron a llamar a aquel M1A1 como Burns llamaba a su invento musical: Bazooka. Y así, lo que todos hoy conocemos como bazuca o bazooka (en su versión inglesa), debe su nombre en realidad a un instrumento musical que no era más que una tubería de gas con un embudo en su extremo.


Fuente: xsoviet.over-blog
El Bazooka, un arma con orígenes musicales El Bazooka, un arma con orígenes musicales

Bob Burns , un norteamericano nacido en agosto de 1890, fue un cómico célebre durante los años 30 y 40 del siglo XX, pero también, fue incl...

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junio 27, 2013

El uso de la Química con fines bélicos

Química con fines bélicos

Estas son las consecuencias de las armas químicas, que como siempre que el ser humano aplica sus conocimientos a la destrucción, provoca situaciones que pueden tener repercusiones impredecibles, y lamentables.

Definición

Las armas químicas quedaron definidas a partir del segundo articulo de la “convención sobre la prohibición de la producción, uso de armas químicas y su destrucción” celebrada en París el 13 de enero de 1993. En dicho congreso, en el que participaron numerosos países fue legislado y restringido el uso de las armas químicas. Esta convención fue el resultado de mas de veinte años de negociaciones en la conferencia para el desarme en Génova. Según esta convención, “arma química “ se define como:

* Productos químicos tóxicos y sus precursores excepto cuando se usen para propósitos no prohibidos bajo esta convención.

* Municiones o aparatos específicamente diseñados para causar la muerte u otros daños a través de las propiedades tóxicas de estos productos, descritos en el párrafo anterior, que podrían ser la consecuencia del uso de dichas municiones o aparatos.

* Cualquier equipo diseñado para darle un uso directamente relacionado con lo descrito anteriormente. La expresión usada para describir el uso de estas armas, es conocida actualmente como guerra química y sustituye al termino de guerra de gases usado anteriormente. Se entiende por esta expresión:

* La utilización, contra un enemigo, de cualquier sustancia química que tenga efectos tóxicos directos sobre personas, animales o plantas.

Antecedentes históricos

Lo que hoy en día entendemos como arma química es un sofisticado mecanismo, capaz de intoxicar a multitud de seres vivos mediante productos tóxicos. Pues bien, el significado, apenas a cambiado desde tiempos remotos, mientras que los medios utilizados para la intoxicación, si lo han hecho considerablemente. El uso de venenos, plagas, y enfermedades contra el enemigo, ha sido un hecho bastante frecuente, pero no así con repercusión a gran escala como lo es hoy, ya que las plagas etc., no tenían la capacidad destructiva que tienen las armas de hoy en día.

Cronología del uso de agentes tóxicos en la historia:

400 a.C.: Los griegos emplean humo de azufre contra los soldados enemigos.

1346: Los tártaros catapultan cadáveres infectados con plagas a las fortificaciones Romanas.

1483: Aparecen en Alemania los primeros manuscritos en los que se describe la primera formula de una bomba asfixiante.

1500: Los conquistadores Españoles usan agentes biológicos contra los pueblos nativos.

Química con fines bélicos

1763: El general Británico Jeffrey Amherst ordena proporcionar mantas infectadas con viruela a las poblaciones nativas durante la rebelión de pontiac.

1899: La declaración de La Haya prohibe la nueva arma.

1907: Se celebra el primer congreso sobre armas químicas en el que se legisla su uso. E.E.U.U. no participa.

1914: Comienza la 1ª guerra mundial. Un gas tóxico provoca la muerte de 100.000 soldados, y hiere a otros 900.000.

1915: En Ypres durante la 1ª guerra mundial, una oleada de gas CLORO deja 5000 soldados muertos y 15.000 fuera de combate.

1916: Se abandona la lucha mediante emisiones de gas y aparecen las primeras granadas de gas.

1920: Gran Bretaña usa armas químicas contra los Kurdos independentistas.

1925: Se celebra el “PROTOCOLO DE GINEBRA” donde queda prohibido el uso de armas químicas. Ni Japón ni E.E.U.U. firman.

1936: Mientras Japón invade China, en Alemania se crea el primer gas nervioso llamado “TABUN”.

1938: Se logra aislar el gas “SARIN” a partir del Tabun, siendo el primero mucho más tóxico.

1945: El uso de gases tóxicos se extiende a Rusia... Los nazis usan el denominado Zyclon-b para exterminar civiles. Se descubre un arsenal de 100.000 Tm en el Reich.

1947: E.E.U.U. se adhiere al Protocolo de Génova.

Bomba atómica

1950: Los Ingleses descubren en Alemania neurótoxicos, los productos más peligrosos conocidos hasta la época.

1956: El ejercito estadounidense declara las armas bioquímicas como no ilegales y se reserva el derecho de usarlas en el ejercito.

1968: E.E.U.U. se plantea el uso de gases tóxicos para controlar manifestaciones o contra las reivindicaciones civiles.

1970: Aparece el "LSD" y es usado como incapacitante con efectos no mortales.

1971: E.E.U.U. usa el “AGENTE NARANJA” como deforestador en el conflicto de Vietnam.

1974: E.E.U.U. ratifica definitivamente el protocolo de Ginebra propuesto en 1928.

1980: En Norteamérica comienza a tomar fuerza la idea de que los agentes tóxicos son los sustitutos de las armas nucleares.

1981: Los Estados Unidos reanudan la producción de gases tóxicos para la guerra suspendida desde 1969.

1989: Se celebra en París un congreso para fomentar el tratado el Ginebra. En el participan 149 países que son conscientes de la urgencia de prohibir las armas químicas. Estados Unidos se une a la condena pero presenta un programa para la producción de gas venenoso.

1991: Durante la guerra del golfo son usadas armas químicas así como destruidas plantas sospechosas de producir productos tóxicos con fines destructivos.

1993: Tras 9 meses de negociaciones el 14 de enero se firma en París el tratado de armas químicas destinado al empleo, almacenamiento y uso.

1990-00: Se suceden ataques con armas químicas con fines terroristas.


Javier Rodríguez
Fundamentos de química
Fuente: archivo PDF
El uso de la Química con fines bélicos El uso de la Química con fines bélicos

Estas son las consecuencias de las armas químicas, que como siempre que el ser humano aplica sus conocimientos a la destrucción, provoca si...

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febrero 28, 2013

Craig Harrison
El británico Craig Harrison

Este hombre no es famoso porque haya sobrevivido en una situación extrema o porque haya eliminado una enorme cantidad de hombres, es famoso por haber roto un récord, pero no cualquier record, si no el que ahora está en la cúspide de los francotiradores: mayor distancia de haber eliminado un objetivo.

Lapua Magnum

El Cabo de Caballería del Ejército Británico, Craig Harrison, eliminó a dos guerrilleros talibanes a 2,475m de distancia con un rifle L115A3. Las condiciones para lograr el tiro fueron ideales, pues el calibre que usaba, .338 Lapua Magnum, solo tiene un alcance efectivo de 1600 m. Harrison menciona que era un día claro sin viento y la visibilidad era magnifica. Su observador y calculador Cliff O´Farell le informa de dos guerrilleros; decide ajustar su mira y después de unos minutos de cálculos hace el primer disparo, dos segundos después el primero cae, inmediatamente realiza otro disparo y el segundo cae también.

Rob Furlong
Rob Furlong

El anterior record de un francotirador a distancia fue el del canadiense Rob Furlong, (no esta dentro de la lista) que con su fusil McMillan Tac-50 derribó a un rebelde talibán a una distancia de 2,430 metros.

Chuck Mawhinney
Chuck Mawhinney

Nació en el 1949 en Oregon, Estados Unidos. Como francotirador perteneció al Cuerpo de Marines durante la Guerra de Vietnam. Su habilidad como tirador le llevó a tener el record de mayor muerte confirmada por un francotirador perteneciente a la infantería de los Estados Unidos, con 103 y 213 no confirmadas. Es un macabro record de bajas enemigas que Mawhinney no estaría muy interesado en reclamar, bajo el entendido de que nadie le interesaría los resultados de su caza furtiva.

rifle M40-A1
El rifle M40-A1 de Mawhinney se muestra en el Museo Nacional de los Cuerpos de Marines.


Timothy Murphy
Fusilero Timothy Murphy

En 1777 el fusilero Timothy Murphy fue seleccionado junto a 500 tiradores para apoyar el pelotón del General Daniel Morgan del ejército norteamericano, que partía hacia Nueva York con el propósito de parar el avance del ejército invasor inglés a cargo del General John Burgoyne. La resistencia causó gran estrago al ejército inglés, lo que produjo su reubicación en Saratoga. Esta medida fue motivada y ejecutada por el Brigadier General Simon Fraser, la cual fue advertida al Gral. Morgan. La decisión de Morgan no se hizo esperar y dio orden a su mejor fusilero para que despachara al Gral. Fraser. Timothy Murphy tomó posición sobre un árbol y con su fusil Kentucky, de cañón largo, apuntó a su objetivo, a una distancia aproximada de 300 yardas; segundos después el general caía de su caballo.

En el mismo escenario de batalla, otro alto oficial corría la misma suerte de manos de Murphy; Sir Frances Clarke, ayudante de campo del Gral. Burgoyne, quien galopaba rápidamente llevando consigo un mensaje trascendental a su comandancia cuando, repentinamente, se encontró con una bala disparada por el fusilero de la resistencia. Estos dos tiros infalibles, ejecutados por Timothy Murphy, hicieron más que cualquier cosa para romper la moral de los británicos y para cambiar el rumbo de la batalla más importante de la Revolución Norteamericana.

Vassili Zaitsev
Vassili Zaitsev

Tras la entrada de los alemanes en Stalingrado, Zaitsev se presentó como voluntario, junto a otros veinte marinos, para ir a luchar a la ciudad. El francotirador fue la llave para acosar y desmoralizar el ataque de las fuerzas alemanas. Los que estaban implicados se convirtieron en héroes soviéticos, uno de ellos era Vassili Zaitsev. Se volvió famoso después de que la prensa descubriera que logró 40 muertes en un período de diez días. Él usaba una ronda de tiros simples cuando elegía sus blancos, esta habilidad la aprendió mientras cazaba ciervos en los bosques cercanos a Elininski, su hogar en las colinas de las montañas de Los Urales, Rusia.

Cuando llegó a Stalingrado fue asignado a la 284ª División de Fusileros, pero los oficiales no consideraron conveniente enviarlo a primera línea de combate, ya que no poseía las cualidades de un soldado de infantería. La casualidad quiso un día que, Zaitsev, armado con su rifle Mosin Nagant con mira normal, acabara de un sólo disparo con el operador de una ametralladora alemana que estaba a varios cientos de metros y un oficial de la unidad fuera testigo de este hecho. Inmediatamente ordenó que le consiguieran una mira telescópica y le asignaran a la unidad de francotiradores.

A lo largo de toda la batalla de Stalingrado su cuenta ascendió a 194 muertes confirmadas (232 según algunas fuentes). Tras la batalla de Stalingrado, Vassili Zaitsev continúo en el frente como francotirador hasta el final de la misma consiguiendo la cifra de 400 muertes, una de las mayores de la Unión Soviética. Recibió dos veces la Orden de Lenin y fue nombrado Héroe de la Unión Soviética. Tras la guerra siguió en el ejército como instructor de francotiradores. De hecho, en la guerra fría, participó en muchos estudios y análisis sobre el uso de los francotiradores en la guerra moderna y es, en parte, responsable del apoyo que el ejército soviético siempre dio a esas unidades. En 1971 se publicó un libro con su biografía "Notes of a Sniper".

Lyudmila Pavlichenko
Lyudmila Pavlichenko

Cuando los alemanes le declararon la guerra a Rusia Pavlichenko se unió al ejército, pero una vez en el frente vio una realidad poca halagadora. “Sabía que mi tarea era disparar a seres humanos”, escribió en una nota, “en teoría eso estaba bien, pero hacerlo sería otra cosa”. Aunque Pavlichenko pudo divisar objetivos enemigos durante su primera incursión, no pudo disparar. Pero todo el escenario emocional de esta soldado cambió cuando un joven ruso, cerca de ella, fue abatido por fuego enemigo, “Él fue un gran compañero”, dijo, “y fue muerto justo a mi lado, a partir de ahora nadie podrá detenerme”. Lyudmila alcanzó el grado de teniente y en su haber se confirmaron 309 bajas enemigas, de las cuales 36 eran francotiradores alemanes.

Lyudmila Pavlichenko nació en una pequeña aldea de Belaya Tserkov en Ucrania el 12 de Julio de 1916. A sus catorce años sus padres se trasladan a Kiev, capital Ucraniana, y allí se une al club de tiro. A sus 25 años Pavlichenko se encontraba estudiando historia en la universidad de Kiev, cuando Hitler, en el 1941, da la orden de atacar a Rusia. En 1943 recibió la Estrella de Oro como Héroe de la Unión Sovietica, culminó su carrera de historiadora y comenzó a ejercerla.

Lyudmila Pavlichenko, en un encuentro con La Primera Dama de los Estados Unidos Eleanor Roosevelt. Fue invitada por varios países aliados para dar testimonio de su hazaña la cual ya estaba altamente difundida.

Francis Pegahmagabow
Francis Pegahmagabow

Fue un soldado de Ojibwa (grupo de nativos canadienses) que peleó junto a las fuerzas canadienses durante la Primera Guerra Munidal en las Batallas de Monte Sorrel y Passchendaele en Bélgica y Scarpe en Francia, confirmándosele, como francotirador, 378 muertes. La labor de este soldado fue más allá de su pericia como tirador. No era usual que a un francotirador le asignaran la encomienda de llevar mensajes bajo un incesante fuego enemigo, o dirigir una acción crucial cuando un oficial superior resultara incapacitado, o ir en busca de municiones bajo condiciones de alto riesgo; todas estas acciones, aparte de su misión como francotirador, fueron cumplidas eficientemente por Pegahmagabow.

Una revista canadiense publicó que Pegahmagabow empleó en la guerra las habilidades que éste aprendió en su niñez, pero el historiador Tim Cook tuvo otra versión sobre la historia de este temible guerrero, al igual que otros nativos canadienses, “Ellos entendieron que por sus sacrificios le darían más derechos dentro de la sociedad”. Entre sus compañeros de armas Pegahmagabow fue considerado un héroe, pero al retornar a su país no dejo una impresión merecedora de estima y agradecimiento ante tal entrega y sacrificio.

Adelbert F. Waldron III
Adelbert F. Waldron III

Fue un francotirador norteamericano que prestó servicio durante la Guerra de Vietnam en la 9ª División de Infantería. Es poco conocido, pero tiene el record de mayor muerte confirmada por un francotirador norteamericano: 109. Carlos Hathcock tuvo 93, Eric R. England 98 y Chuck Mawhinney 103, todos miembros del Cuerpo de Marines de los EEUU. Waldron fue uno de los pocos a quien se le otorgó, en dos ocasiones, la Cruz de Servicio Distinguido en acciones separadas en el 1969. El Cnel. Michael Lee Lanning describe la habilidad de este tirador: “Una tarde Waldron viajaba a lo largo del Río Mekong en una lancha Tango, cuando un francotirador enemigo, desde tierra, disparó. Inmediatamente toda la tripulación se resguardó en la lancha mientras se esforzaban en ubicar al tirador que seguía disparando desde una distancia aproximada de 900 mts., el Sargento Waldron tomó su fusil, apuntó y eliminó al antagonista desde el tope de un cocotero de un disparo, esto desde una plataforma en movimiento. Tal era la capacidad de nuestros mejores francotiradores”.

Simo Häyhä
Simo Häyhä

Simo Häyhä nació en 1906 en Finlandia, cerca de la frontera con Rusia. Sin dudas es uno de los francotiradores más connotados de la historia de la guerra. Durante su incursión, cuando los rusos invadieron a Finlandia (Guerra de Invierno de 1939-40), Simo solía ocultarse bajo la nieve y acechaba a su oponente de forma meticulosa. Su paciencia y perseverancia lo llevaron aglutinar, en un período de sólo tres meses, un poco más de quinientas muertes rusas; se le conoció como “la muerte blanca”. Utilizaba el fusil M28 Pystykorva, una variante finlandesa del fusil soviético Mosin Nagant. También, generalmente prefería no usar mira telescópica para no aumentar el tamaño del blanco que ofrecía al enemigo durante los combates, y porque con frecuencia, los francotiradores eran delatados por el reflejo del sol en las lentes de estas miras, además, con tan bajas temperaturas podían empañarse o romperse con facilidad.

Otra de sus tácticas consistía en compactar la nieve delante de él para que al disparar no se removiese. A su vez, para evitar que el vaho de su aliento le delatase, llenaba su boca de nieve. Su corta estatura, 1,52 m, también le resultó de gran ayuda a la hora de pasar inadvertido en el combate.

Francotiradores

Los rusos pusieron precio a su cabeza cuando comenzó a hacerse público que un tipo con su rifle luchaba por Finlandia con una efectividad pasmosa. Se organizaron operaciones únicamente para acabar con él, y en ocasiones, los soldados rusos que iban a cazar acabaron siendo cazados; todos alcanzados por “la muerte blanca”, incluso ataques masivos con explosivos fueron infructuosos.

Häyhä fue herido en la cara por una bala explosiva enemiga, se presume que fue realizado al azar. Tras ser herido mortalmente, los compañeros de Simo le dieron asistencia, quienes relataron posteriormente que la mitad de su cara había desaparecido. El día 13 de marzo, el mismo en que se firmó la paz entre la Unión Soviética y Finlandia, Simo Häyhä recuperó la consciencia. Tras la guerra, fue ascendido de cabo a segundo teniente por el mariscal de campo Carl Gustaf Emil Mannerheim. Ni antes que él ni posteriormente ningún soldado había obtenido un ascenso en circunstancias tan dramáticas en la historia militar de Finlandia.

Carlos Hathcock
Carlos Hathcock

Charles Henderson, autor de la biografía de Carlos Hathcock, describe que en el 1967, durante la Guerra de Vietnam, Carlos realizó dos disparos con una ametralladora pesada marca Browning M2 calibre 50, diseñada especialmente para atacar infantería sin blindaje o ligeramente blindada, lanchas, fortificaciones y aviones en trayectorias bajas, aunque esta vez esta arma fue utilizada para abatir a un solo hombre; un soldado del Viet Cong que llevaba provisiones a sus compañeros. Según Henderson, Carlos fue el pionero en utilizar un M2 como arma de francotirador. Para conseguir atinar en este blanco a un poco más de dos kilómetros (record sólo alcanzado 30 años después), el propio Carlos realizó modificaciones a esta arma para disparar tiro a tiro y con mayor precisión.

Hathcock, también conocido como “Pluma Blanca”, consiguió elevar su nombre a la categoría de leyenda gracias a su eficacia y precisión en la agreste jungla vietnamita. Sin embargo, es curioso que las 93 bajas confirmadas, entre los que figuraban altos mandos como generales y oficiales, no lo sitúan entre los francotiradores más efectivos, aunque se comenta que la cifra puede extenderse hasta las 300 bajas no oficiales, ya que para oficializar una baja se debe tener un observador que confirme la baja, y él participó en muchas operaciones en solitario. La destreza de este cazador causó pavor en las filas enemigas, donde no dudaron a la hora de poner precio a su cabeza (unos 50.000 dólares estadounidenses para la época).

Ametralladora M2
Ametralladora M2 Cal .50 adaptada para disparar de uno en uno por parte de Carlos Hathcock. Con esta logró un tiro certero a 2,250m.

Chris Kyle
Chris Kyle

Chris Kyle, el más letal en la historia estadounidense (250 víctimas, decía él; 150 los demás). Nacido en Odessa, Texas, en 1974. Miembro de los Navy Seals, condecorado por su tarea como francotirador en Irak. Su autobiografía, American sniper, fue bestseller. Fue asesinado en febrero de 2013 a la edad de 38 años. Seguir leyendo: Chris Kyle, el francotirador más letal de los Navy Seals.

Francotiradores


José R. Páez Canela, Periódico Guarnición (E.N.)
Fuente: archivo PDF
Los 10 mejores francotiradores del mundo Los 10 mejores francotiradores del mundo

El británico Craig Harrison Este hombre no es famoso porque haya sobrevivido en una situación extrema o porque haya eliminado una enorme ca...

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enero 29, 2013

Lanza Sagrada

Ésta es la leyenda del arma que fascinaba al joven Hitler. Durante su primera visita a la lanza la estudió con detalle. Medía 30 cm de longitud, y terminaba en una punta delgada, en forma de hoja; en algún momento, el filo había sido ahuecado para admitir un clavo -al parecer, uno de los usados en la crucifixión-. El clavo estaba sujeto con un hilo de oro. La lanza se había partido y las dos partes estaban unidas por una vaina de plata; dos cruces de oro habían sido incrustadas en la base, cerca del puño.

Estos detalles provienen del doctor Walter Johannes Stein, matemático, economista y ocultista que afirmaba haber conocido al Führer justo antes de la guerra de 1914. Stein, había nacido en Viena en 1891, era hijo de un rico abogado. Se licenció en ciencias y se doctoró en investigaciones psicofísicas por la Universidad de Viena. Fue en experto en arqueología, arte bizantino primitivo e historia medieval; durante la primera guerra mundial, como oficial del ejército austríaco, fue condecorado por su valor.

En 1928 publicó el panfleto, Historia del mundo a la luz del Santo Grial, que circuló por Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Stein huyó a Gran Bretaña y la segunda guerra mundial le sorprendió trabajando como agente del espionaje británico. Después de colaborar en la obtención de los planes de la «Operación Sealion» -la invasión de Inglaterra que proyectaba Hitlerfue consejero de Churchill, sobre las creencias ocultistas del líder alemán.

Stein nunca publicó sus memorias, pero lo hizo su amigo el ahora periodista, Trevor Ravenscroft, usando las notas y las conversaciones de Stein; en forma de libro publicó en 1972 Spear of Destiny (La lanza del destino) que por primera vez llamó la atención del público sobre la fascinación que sentía Hitler por la lanza de los Habsburgo.

¿Qué atractivo podía ofrecer la Santa Lanza, un símbolo cristiano, para el ex católico y violentamente anticristiano Adolf Hitler?

Lanza Sagrada
La respuesta está en una tradición ocultista medieval vinculada con la historia de la Santa Lanza. Según el evangelio de San Juan, el soldado romano que hirió el cuerpo de Cristo cumplió, las profecías del Antiguo Testamento (los huesos de Cristo no serían rotos). Según San Mateo y San Marcos, la verdadera naturaleza de Cristo fue revelada en ese momento al soldado, que se llamaba Cayo CasioLonginos: «Viendo el centurión que estaba frente a Él, de qué manera expiraba, dijo: Verdaderamente este hombre era hijo de Dios». (San Marcos, 15:39)

Para la mentalidad ocultista, un instrumento usado para un propósito tan importante se transforma en un foco de poder mágico. Y, como dice Richard Cavendish, hablando del Grial y la Lanza en su libro El rey Arturo y el Grial: Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un poder misterioso y terrible.

Según Stein, Hitler tenía conciencia de este concepto y fue la obsesión de Hitler por la lanza y su poder de «varita mágica» el motivo de que los dos hombres se conocieran.

Hitler describió a Stein cómo había adquirido la lanza, su especial significado para él: Percibió Hitler, contó, una presencia poderosa que la rodeaba, la misma impresionante presencia que había experimentado interiormente en esas ocasiones únicas de mi vida en que había sentido que un gran destino me aguardaba...

Una curiosa primacía

Hitler despreciaba a la casa de Habsburgo, a la que consideraba traidora a la raza germánica. Sin embargo, el 13 de octubre, la lanza y otros objetos fueron cargados en un tren blindado y cruzaron la frontera alemana. Fueron instalados en el vestíbulo de la iglesia de Santa Catalina, donde Hitler pensaba instalar un museo de guerra nazi.

Si los conocimientos de Hitler sobre la historia de la lanza eran tan amplios como decía Stein, tiene que haber estado al tanto de las leyendas sobre el destino de Carlomagno, Barbarroja y todos cuantos la habían blandido como un arma y habían perecido cuando escapó a su control.

Hitler

Después de los intensos bombardeos aliados de octubre de 1944, durante los cuales Nüremberg sufrió enormes daños, Hitler ordenó que la lanza, junto con el resto del tesoro de los Habsburgo, fuera enterrada en una bóveda construida especialmente. Seis meses después, el Séptimo Ejército norteamericano había rodeado la antigua ciudad. Durante cuatro días, la división Thunderbird martilleó a sus defensas hasta que el 20 de abril de 1945 -el día en que Hitler cumplía 56 años- la bandera americana fue izada.

Durante los días siguientes, la Compañía C del Tercer regimiento del Gobierno Militar, al mando del teniente William Horn, fue enviada en busca del tesoro de los Habsburgo. Un proyectil había volado una pared de ladrillo y dejando a la vista la entrada de la bóveda. El teniente Horn entró en la cámara subterránea y echó una ojeada. Allí, sobre un descolorido terciopelo rojo, estaba la Lanza de Longinos. El teniente Horn extendió la mano y tomó posesión de la lanza en nombre del gobierno de los Estados Unidos. La fecha, 30 de abril de 1945, está registrada en los textos de historia.

Y, por escépticos que sean los críticos -acerca de Walter Stein, el ocultismo en general y las leyendas de la Santa Lanza en particular- es un hecho que a unos cientos de kilómetros de distancia, en un bunker de Berlín, Adolf Hitler cogió una pistola y se quitó la vida.


Enigmas y misterios
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enero 24, 2013

Walther PPK, el arma que popularizó James Bond

Los orígenes

Los orígenes de esta mítica pistola se remontan a 1929, en pleno período de entreguerras. Durante aquel fatídico año (crack del 29), la compañía alemana Walther trabajó intensamente en el diseño de un nuevo concepto de pistola, cuya aparición logró revolucionar el sector de las armas cortas. Y es que aquella primitiva Walther PP (Polizei Pistole) se convirtió en la primera pistola que mecanizaba con un sofisticado sistema de doble acción. Es más, también fue pionera en el hecho de ofrecer a sus propietarios la posibilidad de portarla con total fiabilidad con un cartucho en la recámara. Estábamos, por tanto, ante un arma realmente adelantada a su época. Una pistola moderna y muy elegante, con un diseño ultracompacto que pronto llamó la atención de las fuerzas y cuerpos de seguridad de la antigua Alemania.

Walther PPKSin embargo, los técnicos de Walther decidieron ir un poco más allá y tan solo dos años después del lanzamiento del modelo PP, presentaron oficialmente la Walther PPK. Corría entonces el año 1931, y muy pronto esta pistola se iba a convertir en una de las armas más utilizadas por los policías y los agentes secretos de todo el mundo. A diferencia de su predecesora, la Walther PP, el modelo PPK presentaba unas dimensiones ligeramente inferiores. Para reducir todavía más su tamaño, la casa Walther apostó por recortar el tamaño del cañón de su PPK y reducir su capacidad de carga a sólo 7 cartuchos (más uno adicional en la recámara). Esta reducción de su tamaño acrecentó su facilidad de transporte, y lo que es más importante, su capacidad de ocultación, una característica que más adelante la acabaría convirtiendo en el arma preferida de los agentes secretos.

Cuatro años después de su lanzamiento, concretamente en el año 1935, el gobierno alemán emitió un dictamen para adaptar oficialmente la Walther PPK como arma de uso militar y policial. Esta decisión propició que varios años después, tras el estallido de la Segunda Guerra mundial, la PPK se convirtiera en una de las pistolas protagonistas de esta trascendental contienda bélica. De hecho, aunque no está completamente confirmado, numerosas fuentes apuntan a que la pistola utilizada por Adolf Hitler para suicidarse junto a Eva Braun fue precisamente una de estas pequeñas Walther.

Walther PPKDurante su larga trayectoria, tanto el modelo PP como el PPK se han fabricado en diversos tipos de calibres: .22LR, .32ACP, 9 Corto, etc. Aunque a día de hoy la versión que ha acabado imponiéndose sobre el resto ha sido la del 9 Corto, también conocido como .380 ACP o 9x17mm. En este sentido, la división comercial que la casa Walther posee en Estados Unidos y que pertenece al grupo Smith & Wesson, sigue hoy en día comercializando nuevas unidades de la Walther PPK, siendo como decimos el modelo en calibre 9 Corto el más demandado de toda la saga.

La Walther PPK en España

Esta pistola compacta goza de gran aceptación entre los aficionados a las armas de fuego de nuestro país. La mayoría de sus propietarios las cuidan con mimo y las conservan como auténticas reliquias. No obstante, como sucede con las Luger o las P-38 también de Walther, se trata de auténticos pedazos de historia viva del mundo de las armas. Además de estos ejemplares históricos (los que están fabricados en Alemania son los que poseen mayor valor), actualmente la empresa Borchers, importadora y distribuidora de Walther en España, comercializa hasta cinco modelos distintos de la clásica PPK. En concreto, se trata de las versiones PPK/E en calibre 9 Corto; el mismo modelo pero en calibre .32 ACP (7,65mm); una versión con armazón de acero inoxidable también en calibre .380 ACP; una cuarta con armazón pavonado; y una quinta versión, tal vez la más moderna, denominada PPK/S con capacidad para 7 + 1 cartuchos del calibre .380 ACP. Los precios de venta aproximados de estos cinco modelos van desde los 574 euros hasta los 785 de las versiones más sofisticadas.

Walther PPKRespecto a sus características técnicas, lo más reseñable de la PPK es su cañón de 8,3cm, su reducido peso (en el modelo con armazón de acero inoxidable llega hasta los 590 gramos sin cargador) y su seguro de aguja percutora. Por lo demás, como hemos comentado al principio de este artículo, se trata de una pistola semiautomática con funcionamiento en simple y doble acción, y que además cuenta con un seguro manual con función de desamartillado.

La influencia de James Bond

La enorme popularidad que la Walther PPK ha cosechado en todo el mundo obedece en gran parte a sus múltiples apariciones en la gran pantalla. Sin embargo, a pesar de haber protagonizado numerosas películas, la PPK siempre será recordada por ser el arma favorita del espía más famoso al servicio de su Majestad: el agente 007 James Bond. En las primeras 17 películas de la saga, la compacta pistola alemana se convirtió en la compañera inseparable de Sean Connery, actor que interpretó magistralmente al agente secreto.

Walther PPKAños más tarde, otros actores como Pierce Brosnan o el más reciente Daniel Craig, que también han dado vida en la ficción al espía James Bond, se han sumado a la terna de agentes 007 que han usado la Walther PPK para enfrentarse a sus enemigos. Precisamente, es en estas producciones de Hollywood donde aparece una de las instantáneas más reconocidas de esta legendaria pistola. Y es que la imagen de Bond empuñando una PPK con silenciador es un icono popular que se ha quedado grabado para siempre en nuestras retinas.

Sea por su aparición en la gran pantalla, sea por la recuperación del calibre 9 Corto como munición para armas de defensa, o sea porque simplemente es una auténtica arma histórica, parece evidente que el rejuvenecimiento de la Walther PPK es un hecho constatable. En una época en la que, tal vez por un aumento de la sensación de inseguridad, parece haber una clara tendencia hacia una proliferación de las armas de defensa, la legendaria creación de Walther podría estar colocada en una posición de privilegio. Su cómodo porte, su fácil ocultación, su potencia de fuego y su comprobada fiabilidad son sus principales “armas” para ser la elección de quienes buscan una pistola de defensa o “back-up”. Ahora, sólo falta que hagan como el agente 007 y que nunca salgan sin ella.


Armas.es
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agosto 21, 2012
 

 

Pedro Luis Cenzano Diez (Administrador)
Yolanda Torres Cerezo (Supervisora)

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