Pero... ¿Qué son realmente estas criaturas?
Ciertamente, el leviatán es una criatura real, una especie de reptil marino. Pero seamos honestos, en esta edad en que contamos con equipos sofisticados de observación y cámaras de largo alcance, parece más que improbable que un animal de tal tamaño pueda escapar sin ser detectado y clasificado. Además, los biólogos pueden estimar la cantidad de alimento necesario para sustentar la vida de un animal cuyo peso se estima en toneladas. La mayoría de los lagos donde los han visto, simplemente no tienen suficiente alimento para mantener a una pareja de unos animales tan gigantescos. Y no olvide esto, que a lo largo de las edades los Orms, dragones o caballos de agua, han sido conocidos por su apetito voraz, por robarse aves de corral, ovejas y ganado. Por tales hechos se han ganado el odio de las personas en general.
Viven secretamente, sin dejar rastro. Nunca se han encontrado huesos, ni restos de los animales que devoran, excrementos ni huella alguna. Tal vez sea porque se trata de criaturas espirituales, capaces de hacerse visibles por breves períodos de tiempo, para luego deslizarse a sus misteriosas moradas.

Cada vez que alguien ha tenido la oportunidad de ver estos Orms en la playa, todos concuerdan en que son terriblemente repulsivos. Se arrastran sobre una especie de miembros que sugieren pies, pero que no lo son. Sin embargo, pueden culebrear con una velocidad asombrosa.
En las narraciones antiguas, en donde se mezcla el mito con las observaciones reales, se dice que los dragones no sólo tenían pies, sino alas. Y en lugar de decir que se trataba de criaturas repulsivas, se dice que eran criaturas hermosas e inteligentes. Esto nos hace recordar las primeras referencias a la Biblia de una criatura a la que identifica como "la serpiente antigua o Satanás":
"Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: …¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella". (Gn. 3:1-6).
Si la Escritura es divinamente inspirada, usted debe creer la historia de una serpiente inteligente que hablaba y engañó a Eva, instándola para que comiera del fruto prohibido. Tradicionalmente a esta serpiente se la identifica con el propio diablo, llamado también «el dragón». Su apariencia fue atractiva en un tiempo, y su forma y maneras eran irresistibles. Pero también debe creer que Dios maldijo a la serpiente:
"Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida". (Gn. 3:14).
La naturaleza de esta maldición implica que la serpiente y todos los de su clase fueron sentenciados a una derrota ignominiosa. La implicación clara es que ellas en un tiempo caminaban, pero que ahora tienen que arrastrarse. O quizá debemos decir, que como los dragones modernos, la serpiente quedó reducida a arrastrarse feamente sobre su vientre. El comer polvo sugiere que al arrastrarse por el suelo sin brazos ni piernas, se ve forzada a revolcarse en la suciedad y el fango. Algunos han sugerido que esto simplemente es una sugerencia a las serpientes comunes y corrientes y que sin duda se aplica a ellas.
Las criaturas de la clase de las serpientes, los saurios, los lagartos, parecen haber sido guiados por su propio jefe, a quien se le llama en Ezequiel 28:14,
"...querubín grande, protector..." Su caída marcó la caída progresiva de todos los de su clase, por eso todas las serpientes se han convertido en criaturas que viven en la soledad, en su propia madriguera.
El futuro de leviatán
Debemos concluir que leviatán, la forma temible original del dragón, es ahora simplemente una sombra despreciable y decadente de lo que fuera en el pasado. Pero el leviatán como un animal maldito es una cosa y el leviatán, el símbolo de Satanás manipulando por detrás el escenario espiritual, es otra cosa bien diferente. El leviatán de la profecía evoca un cuadro de poder global en el reino de las tinieblas. En el Salmo 74, por ejemplo, al leviatán se le menciona por nombre. El contexto de este Salmo es «masquil de Asaf».
Aquí se describe el diabólico sistema mundial como vicioso y déspota. En los versículos 10 y 11, el salmista hace una pregunta retórica:
"¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre? ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?" Esta pregunta parece obviamente declarar que el enemigo parece estar avanzando sin restricción. El salmista pregunta: «¿por qué Dios le ha dado tan gran poder? ¿por qué permite esto?» Después de haber planteado esta pregunta el salmista da esta respuesta:
"Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; el que obra salvación en medio de la tierra. Dividiste el mar con tu poder; quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas. Magullaste las cabezas del leviatán, y le diste por comida a los moradores del desierto".
Aquí los dragones son los monstruos hebreos del mar. En este contexto el leviatán parece ser su líder, con muchas cabezas. Retrospectivamente esta acción anticipa a Dios derrotando al reino mundial de Satanás. También es una profecía de una victoria futura. Pero el leviatán, la bestia espiritual, es el símbolo de este sistema. Como el dragón de la realidad, es el monstruo degenerado de poder global y control. La lección de este Salmo es que el Señor, habiendo derrotado al dragón antiguo, un día eliminará por entero su reino de control.
Encontramos otra mención al leviatán en los Salmos, también habla proféticamente de él. En esta ocasión se le muestra retozando con las grandes embarcaciones de los mercaderes:
"Allí andan las naves; allí este leviatán que hiciste para que jugase en él" (Sal. 104:26). Estos son los mercaderes de Tarsis, son comerciantes globales en cuyo tráfico se basa la ley de los comerciantes. Es la ley del mar, ignora las necesidades de esos que producen sus innumerables cantidades de bienes.
Esclaviza a los hombres, se le describe como un gigantesco monstruo marino que surge en los últimos días y será destruido al principio de la edad del reino. En el capítulo 18 de Apocalipsis vemos la muerte de Babilonia comercial. Antes de eso, en Apocalipsis 13:1, 2, Juan ve al leviatán levantándose en medio del mar, un símbolo del poder final:
"Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad".
Apocalipsis 13:4 agrega:
"Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?" ¡Aquí está la blasfemia final! Esos que estén vivos en la tierra durante la gran tribulación, de hecho adorarán al dragón antiguo, al leviatán. Él, finalmente logrará su gran anhelo: Ser adorado como Dios. No asombra entonces que su destrucción esté profetizada tan a menudo y tan firmemente, tal como escribe Isaías:
"En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar" (Is. 27:1).

Dice Michael Strassfeld, en su libro Las fiestas solemnes judías, una guía y comentario, que la fiesta de los tabernáculos concluía con un poderoso ritual que conmemora la destrucción del poder del leviatán. Dice: «Según la leyenda, Dios hará un ‘sukkah’ (un tabernáculo o sagrario) fuera del cuerpo del leviatán al final de los días y colocará allí a los justos. El leviatán es una bestia mítica de dimensiones enormes a quien Dios le dará muerte en los últimos días».
¿Mítica? Difícilmente. Incluso ahora, está nadando en los mares y lagos del mundo, maldecido y aislado de la humanidad. Puede estar seguro que es real. También es el símbolo de la maldad más completa y el modelo del gobierno mundial del gran dragón. Sí, yo creo en dragones. Y lo que es más, creo firmemente en el gran matador de dragones, el
Señor Jesucristo.
Pastor J. A. Holowaty
Fuente: archivo PDF
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