Las hormigas tienen un sistema GPS (Global Positioning System) natural muy complejo, el cual las ayuda a orientarse sin ninguna clase de inconveniente, incluso cuando van hacia atrás transportando cargas pesadas de comida, según explican los investigadores.
Para guiarse y hallar el camino a su hormiguero, estos insectos usan la situación del sol y su memoria visual de los lugares, explican estos entomólogos, cuyo estudio se publicó el jueves 20 de enero en la gaceta estadounidense Current Biology.
Estos científicos han observado que las hormigas andan marcha atrás parándose de cuando en cuando para mirar a su alrededor con la intención de contrastar los aledaños y usar esta información para establecer su recorrido dependiendo del sol.
Este descubrimiento sugiere que son capaces de aprovechar las interacciones espaciales con el mundo exterior, y no únicamente con relación a ellas.
Su alta capacidad de ajuste para navegar podría ser una fuente de inspiración para crear nuevos programas de ordenador destinados a orientar a robots, opinan los investigadores.
Si bien las hormigas normalmente andan hacia delante cuando transportan pequeños pedazos de comida, muy frecuentemente van marcha atrás cuando tienen que transportar cargas pesadas hasta sus hormigueros.
Estas observaciones sugieren que las hormigas son supuestamente capaces de reconocer el mundo alrededor de ellas, sea cual sea la dirección a la que se dirigen.
De la misma manera pueden sostener su nivel de orientación cuando se desplazan en todas y cada una de las direcciones: hacia delante, hacia atrás o bien de lado.
"Las hormigas tiene un cerebro pequeño parcialmente, cuyo tamaño es inferior a la cabeza de un alfiler, aunque, y pese a ello, pueden navegar sin inconveniente aún en condiciones extremas", explica la profesora de la universidad de Edimburgo (Reino Unido), Barbara Webb.
"Comprender su comportamiento nos aporta nueva información sobre el funcionamiento de su cerebro y puede ayudarnos para concebir nuevos sistemas robóticos que reproduzcan sus funciones cerebrales", añadió.
Para comprender de qué manera estos insectos hacen frente a diferentes obstáculos y así poder ajustar su recorrido para hallar el camino correcto de vuelta a sus respectivos hormigueros, los investigadores pusieron a prueba a hormigas del desierto en su entorno natural.
Los investigadores colocaron unos espejos para alterar su percepción de la situación del sol y fue entonces cuando pudieron comprobar que las hormigas se dirigían en dirección equivocada.
Este estudio internacional fue llevado a cabo de la misma manera por un equipo de científicos de la Universidad Nacional Australiana y del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia.
Fuente: biobiochile.cl
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