En todo el mundo festejamos el Día de la Madre, sin embargo las fechas y las razones para su elección varían de acuerdo a cada país. Lo cierto es que el Día de la Madre se celebra en casi todo el mundo y al parecer desde los primeros inicios de la civilización humana.
La mayor parte de las celebraciones por el Día de la Madre se llevan a cabo en el mes de mayo. En este día se rinde homenaje a la Madre, quien con mucho amor y ternura, nos da su cariño, afecto y comprensión desinteresadamente. En esta fecha reconocemos su abnegada labor y el sacrificio constante que hicieron y siguen haciendo por sus hijos.
Así, el Día de la Madre en varios países de Europa, como España, Hungría, Portugal, Sudáfrica, Lituania, se celebra el primer domingo de mayo. Otros países lo celebran el Segundo Domingo de mayo, entre los que se encuentran EEUU, Canada, Alemania, Perú, Ecuador, Chile, Venezuela, Colombia, Brazil, Honduras, Uruguay, Australia, Cuba, Puerto Rico.
¿Pero cual son sus orígenes e historia?
Las primeras celebraciones que se conocen del Día de la Madre, se remontan a la antigua Grecia, donde se rendían honores a Rea, la Madre de los dioses Zeus, Poseidón, Hades, Deméter, Hestía y Hera. Cuenta la mitología que Rhea ocultó a Zeus y lo cambió por una piedra, la que fue tragada junto con el resto de sus hijos, por su esposo Cronos.
Los romanos, que copiaron casi todo a los antiguos griegos, continuaron los festejos a los que llamaron la Hilaria, que daba comienzo el 15 de marzo en el templo de Cibeles y continuaba por tres días enteros, en los cuales se hacían ofrecimientos.
Los primeros cristianos transformaron estas celebraciones en honor a la Virgen María, la Madre de Jesús. En el santoral católico el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, fecha que se mantiene en la celebración del Día de la Madre en algunos países como Panamá.
Se cuenta que el origen del actual Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, debido a la pobreza, una forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o palacios, donde también se daba techo y comida.
Un domingo del año, denominado «Domingo de la Madre», a los siervos y empleados se les daba el día libre para que pudieran ir a visitar a sus madres, y se les permitía hornear un pastel (conocido como «tarta de Madres») para llevarlo como regalo. Los niños acudían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras. Esta celebración se desarrollaba colectivamente, en bosques y praderas.
Aunque algunos colonos ingleses en América conservaron la tradición del británico Domingo de las Madres, en Estados Unidos la primera celebración pública del Día de la Madre se celebró en el otoño de 1872, en Boston, por iniciativa de la escritora Julia Ward Howe (creadora del «Himno a la república»). Organizó una gran manifestación pacífica y una celebración religiosa, invitando a todas las madres de familia que resultaron víctimas de la guerra por ceder a sus hijos para la milicia.
Tras varias fiestas bostonianas organizadas por Ward Howe, ese pacifista Día de la Madre termino olvidándose. Habría que esperar hasta la primavera de 1907, cuando en Grafton, al oeste de Virginia, se reinstauró con nueva fuerza el Día de la Madre en Estados Unidos, siendo Ana Jarvis, ama de casa, quien inició una campaña a escala nacional para establecer un día dedicado íntegramente a las Madres estadounidenses.
Anna Marie Jarvis
El Día de la Madre de nuestros días se lo debemos a la estadounidense Anna Marie Jarvis, nacida en Webster, Virginia Occidental el 1 de mayo de 1864. Vivió en su pueblo natal hasta que se mudó junto a su adorada madre Ana Maria Reeves Jarvis a la cercana Grafton, también en Virginia Occidental. Ana Jarvis después de perder a su madre prematuramente, en 1905, se obsesionó por rendirle tributo a esa mujer que tanto recordaba y anhelaba.
Así fue que Ana Jarvis en 1905, comenzó a enviar cartas a políticos, abogados y otras personas influyentes solicitando que se consagrara al segundo domingo de mayo como el Día de la Madre. Y lo consiguió... para 1910 ya se celebraba en muchos estados de la Unión, así en 1912 consiguió que se creara la Asociación Internacional Día de la Madre con el objetivo de promover su iniciativa.
Luego, el Congreso de EE.UU. tomó la iniciativa y presentó un proyecto de ley a favor de esta celebración en todo el país. Finalmente, en 1914, el Congreso de Los Estados Unidos aprobó la fecha como el Día de la Madre, declarándola fiesta nacional, siendo igualmente apoyado por el Presidente Woodrow Wilson.
Woodrow Wilson
Algo más tarde otros países se adhirieron a esta iniciativa y pronto Ana pudo ver que más de 40 países del mundo celebraban el Día de la Madre en fechas similares. Acontecimiento que no tenía otro cometido que el de rendir homenaje y enaltecer a ese prodigioso ser que trae vidas al mundo.
Sin embargo, la festividad impulsada por Ana Jarvis comenzó a mercantilizarse, de tal manera que se desvirtuaba el origen de la celebración. Esto motivó a que Ana presentara una demanda, en 1923, para que se eliminara la fecha del calendario como festividad oficial.
Su demanda, de gran alcance, provocó que fuera arrestada por disturbios durante una reunión de Madres de soldados en lucha, que vendían claveles blancos, el símbolo que Jarvis había impulsado para identificar la fecha.
Ana Jarvis luchó con gran insistencia contra la idea que ella misma había impulsado, perdiendo todo el apoyo de aquellos que inicialmente la acompañaran.
En un reportaje que le hicieron antes de su muerte Ana mencionó su arrepentimiento por haber impulsado el Día de la Madre pues ella jamás se podía imaginar que este día fuera utilizado más bien mercantilmente y no con la idea original que ella había idealizado.
Fuente: archivo PDF
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