El bosque de Aokigahara (el bosque de los suicidas), igualmente conocido como Jyukai o Mar de Arboles, supera las 3.000 hectáreas y esta situado en las faldas del monte Fuji, al oeste de Tokio. Este bosque es escogido por decenas de personas todos los años para quitarse en el la vida. Un informe de la policía de Yamanashi, revelado por el diario Japan Times, señaló que en 2004 la tendencia suicida en Aokigahara alcanzó su máximo histórico, al registrarse 108 casos.
Ya en el Japón feudal del siglo XIX, cuando había una gran hambruna las familias mas pobres se dirigían al bosque para abandonar y dejar morir a los niños y personas mayores a los que no podían alimentar. En el siglo pasado, el ya fallecido escritor Seichō Matsumoto publicó una novela, que más tarde fue llevada a la televisión, titulada Kuroi Jukai (El negro mar de arboles), en la que uno de los personajes se adentraba en este bosque para morir.
Tsurumi Wataru escribió un libro titulado Kanzen Jisatsu Manyuaru (El Completo Manual del Suicidio, 1993), del cuál vendió 1’3 millones de ejemplares en Japón, en el que recomendaba a este bosque como el mejor sitio para quitarse la vida. En el año 2004, el director Takimoto Tomoyuki rodó la película Ki no Umi, en la que contaba la historia de cuatro individuos que decidían suicidarse en este bosque.
Desde el año 1971 comenzaron a organizarse batidas para buscar los restos mortales de la gente que iba allí a suicidarse. Una vez al año, un equipo de bomberos y policías que sobrepasa las 300 personas se adentran en Aokigahara para retirar los cadáveres que no han sido encontrados a lo largo del año por los visitantes y guardias forestales. Incuso, una furgoneta de la policía patrulla los alrededores del bosque a diario en busca de más posibles suicidas.
Las autoridades colocaron carteles en el bosque con la siguiente recomendación: "Un momento, por favor. La vida es un precioso regalo que le dieron sus padres. No guarde sus preocupaciones solo para usted, busque asistencia". Calculan que, desde 1988, la cifra anual de suicidios en este bosque oscila entre las ochenta y las cien personas. Por eso, el lugar está lleno de carteles con frases animosas para tratar de hacer reflexionar a los futuros suicidas. Incluso se pueden encontrar muñecos, fotos y otras reliquias que los familiares y amigos de los fallecidos dejan allí para honrar a sus muertos.
Fuente: varias
Un tanto espeluznante.
ResponderDios mio que horror!!
Responder