El Papa Pío X dijo que Santa Teresa de Ávila «supo condensar de forma elegante las doctrinas, obscuras y raras, diseminadas en multitud de obras voluminosas, de los padres de la Iglesia».
No se puede hacer más cálido elogio ni valorar con más precisión la obra de la gran mística española; tal juicio tiene un inestimable valor para los católicos españoles. Porque el genio místico de Santa Teresa de Jesús tiene raíces puramente españolas: la expresión del quehacer cotidiano, clavada a la razón, a la realidad simple, y el sencillo milagro de hablar con Dios a todas horas.
La gran contemplativa representa uno de los firmes pilares del pensamiento, no sólo en su aspecto religioso, admirable y primordial, sino por su obra literaria, en la que se detiene como una buena conocedora del alma humana.
Gracias a la admirable fuerza psíquica de la santa de Ávila su misticismo se humaniza y cobra claridad. Fray Luis de León, contemporáneo de la mística doctora, que fue de los primeros en analizar su obra, se maravillaba de que aquella sencilla monja carmelita iluminase los entendimientos y ordenara las costumbres de muchos.
Desde entonces se ha estudiado y se estudia la gran personalidad de esta mujer castellana que asombró al mundo por la genial expresión de su inteligencia: la sencillez a la española, máxima expresión del catolicismo.
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NISTOR, Horia-Cristian1
Extraído de: La doctrina celestial de Santa Teresa de Jesús
Fuente: Archivo PDF
No se puede hacer más cálido elogio ni valorar con más precisión la obra de la gran mística española; tal juicio tiene un inestimable valor para los católicos españoles. Porque el genio místico de Santa Teresa de Jesús tiene raíces puramente españolas: la expresión del quehacer cotidiano, clavada a la razón, a la realidad simple, y el sencillo milagro de hablar con Dios a todas horas.
La gran contemplativa representa uno de los firmes pilares del pensamiento, no sólo en su aspecto religioso, admirable y primordial, sino por su obra literaria, en la que se detiene como una buena conocedora del alma humana.
Gracias a la admirable fuerza psíquica de la santa de Ávila su misticismo se humaniza y cobra claridad. Fray Luis de León, contemporáneo de la mística doctora, que fue de los primeros en analizar su obra, se maravillaba de que aquella sencilla monja carmelita iluminase los entendimientos y ordenara las costumbres de muchos.
Desde entonces se ha estudiado y se estudia la gran personalidad de esta mujer castellana que asombró al mundo por la genial expresión de su inteligencia: la sencillez a la española, máxima expresión del catolicismo.
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