Las piperas son ya historia. Ahora las golosinas se venden en tiendas luminosas llenas de expositores. Así son las chuches del siglo XXI.
De las Juanolas, los chicles Bazoka y las pastillas de leche de burra que tomaban nuestro abuelos al universo infinito de sabores, texturas y colores que son las tiendas de chucherías de hoy día... Un cambio tan grande como el que hay de la máquina de escribir al ordenador personal. Esta evolución se puede comprobar, por ejemplo, en el nuevo perfil del consumidor de chucherías. Hace tiempo que las golosinas dejaron de ser patrimonio de la infancia y la adolescencia. Ahora hay consumidores de todas las edades, con especial incidencia entre las mujeres de mediana edad.
Llega la sofisticación
El mundo de las chuches se ha sofisticado y ha sucumbido a los encantos del marketing y la publicidad. El quiosco de la pipera de antaño ha desaparecido en favor de las franquicias situadas en lugares estratégicos para el consumo (centros comerciales, estaciones de trenes y autobuses, aeropuertos...). Son tiendas muy luminosas, con amplios expositores, vendedores uniformados y hasta una agradable música de ambiente.
Más blanco, más sano, más delgado
Las empresas de chucherías han querido quitarse el sambenito que las asociaba a obesidad y a la caries. Los chicles sin azúcar no son nada nuevo, pero sí lo son los que te ayudan a lograr una sonrisa más luminosa con productos anticaries y blanqueadores (Orbit White) o aquéllos que ayudan a combatir el mal aliento (las pastillitas Smint y su amplia gama de sabores para besos). De esta última modalidad destacan los caramelos en láminas: con hojas finísimas de apenas dos centímetros de largo que se deshacen en la boca provocando un verdadero chupinazo de frescor. Papermints son los más destacados.
Balsámicos y vitamínicos: No sólo cuidan los dientes, la línea o el aliento; además pueden ayudarnos con las ronqueras. Los caramelos Riccola, las pastillas Juanola o los Respirol fueron inventados hace años. Ahora les han tomado el relevo los caramelos de limón y miel para la tos y dolores de garganta, los chicles de eucalipto y menta para las congestiones nasales (Trident Tornado), o los vitamínicos, como VITA-C.
Artesanales: Para los más refinados y los sibaritas. Son un poco más caros, pero la exquisitez merece la pena. En este terreno triunfan las chocolatinas: rellenas de caramelo y trufa o cubiertas de avellana.
Sabores exóticos: La veda la abrieron los chicles con sabor a melón, sandía y cereza. Ahora te puedes encontrar de mango y hasta de clorofila. En caramelos el espectro se abre todavía más: hay capuchinos, de ron con coca-cola y hasta enriquecidos con ginseng.
Los de toda la vida: Las gominolas están evolucionando a pasos agigantados gracias a sus nuevas formas de tiburón, dedo o cerebrito; aunque las moras siguen siendo las reinas de este sector, seguidas de los gummys con forma de ositos (cubiertos de azúcar o no). Los chupa-chups (made in Spain) triunfan en España, pero también fuera de nuestras fronteras.
- ¿Cómo se hacen? -
Fuente: 20minutos.es/noticia/30457/0/chucherias/tercer/milenio
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