Aunque a veces creamos que lo único que puede afectar al clima son las emisiones de CO2 que emitimos los humanos a la atmósfera, conocemos desde hace algún tiempo que la actividad solar también influye en la temperatura de la Tierra. Aunque las variaciones de luminosidad a corto plazo pueden ser mínimas, sí se producen cambios en las manchas solares y la actividad magnética del Sol. Así que, más o menos cada once años se produce el llamado ciclo solar, momento en el que la actividad solar sube y baja. Sin embargo, cada ciclo es distinto, y hasta el momento no hemos sido capaces de saber con exactitud ni el por qué ni cómo serán los próximos ciclos.
Tampoco sabemos con exactitud el mecanismo por el que esa actividad solar llega a afectar a las temperaturas, pero sí que podría tener que ver con la formación de nubes, por lo que se ha podido observar una correlación entre ambas. Así, el periodo comprendido entre los años 1645 y 1715, conocido como Mínimo de Maunder por el carente número de manchas observadas, coincidió con la llamada Pequeña Edad de Hielo en la que las bajas temperaturas llegaron a congelar el Río Támesis hasta el punto de que se permitía la celebración de ferias sobre él, conocidas con el nombre de frost fairs.
Los modelos climáticos que nos meten miedo con la llegada del apocalipsis meteorológico no tienen en cuenta la actividad solar porque nunca se ha podido pronosticar. Sin embargo un grupo de científicos liderados por la profesora Valentina Zharkova, de la Universidad británica de Northumbria, manifestó hace unos años haber diseñado un modelo capaz de evaluar cómo será el comportamiento del Sol en el futuro. Utilizaron los datos de tres ciclos solares completos, entre 1976 y 2008, y los emplearon para predecir el número de manchas solares del ciclo en el que nos encontramos en estos momentos, el 24, que comenzó en enero de 2008. Siendo la precisión hasta del 97%.
Según el modelo, que toma como base las interacciones entre dos capas del interior del Sol, durante el ciclo 26, que al parecer cubrirá la década de 2030, la actividad solar se podrá reducir hasta en un 60%. Siendo comparable con la que tuvo lugar durante el llamado Mínimo de Maunder.
¿Y todo esto qué quiere decir? ¿Que sufriremos una Pequeña Edad de Hielo similar a la de aquél entonces? Pues no necesariamente. El clima es algo muy complejo. Igual que tampoco tiene sentido responsabilizar exclusivamente al CO2 de los recientes aumentos de temperatura en la Tierra, como nos da a entender la teoría del calentamiento global, ni tampoco se puede responsabilizar al Sol como el único elemento que afecta al clima. Considerando que el modelo antes descrito sea correcto, lo único que sí podemos decir con bastante seguridad es que las temperaturas serán más frías de lo que habrían sido con un ciclo más normal.
- Vídeo -
- Vídeo -
Fuente: libertaddigital.com
0 comentarios Google 0 Facebook