El 3 de julio de 1935 moría André Citroën, nacido en París el 5 de febrero de 1878, ingeniero y fundador de la marca automovilística Citroën en 1919. Desgraciadamente, sus últimos meses fueron horribles, no solo por la enfermedad que le llevó al sepulcro con tan sólo 50 años, sino más bien por la situación de su empresa, que un poco antes había caído a manos de Michelin, primordial acreedor de Citroën, tras caer en la quiebra.
Hay quien afirma que una de las más valientes maniobras promocionales de André Citroën fue una de las autoras del desastre, aunque más bien podríamos pensar que esto solo fue la guinda del pastel en un juego de endeudamiento excesivo. Quien visitara París entre 1925 y 1934, y contempló durante la noche la Torre Eiffel, seguro que se sorprendió al ver que todo el enorme monumento metálico se había transformado en soporte promocional de Citroën. De hecho, entre esos dos años la torre continuó alquilada por Citroën para enseñar por la noche un increíble juego de luces con el nombre de su marca de vehículos. Según distintas fuentes, unas dicen que se instalaron entre 125.000 y 250.000 bombillas para lograr tal efecto. Tanto de una manera u otra, la factura eléctrica, al igual que el alquiler del soporte, seguro que fueron enormes, si bien no hay que negar que, como reclamo promocional, fue toda una proeza de la marca.
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Fuente: alpoma.net
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