Manuel nunca quiso recibir dinero a cambio de ayudar a quien pedía su ayuda, fue un santón y curandero que murió en 2001 a la edad de 63 años. Sólo que le regalaran coches y camiones, que llegaron a ser bastantes más de los 130 actuales. También aceptaba leña (existen cientos de toneladas actualmente en torno a su cueva) y comida, que se repartían quienes estaban días y días en el Molinillo en espera de que les recibiera.
El 'santo del Molinillo' estuvo prácticamente toda su vida postrado en su choza de leña y tablas, liado en una manta, pues su enfermedad le tenía casi imposibilitado. Allí recibía a enfermos, necesitados y desahuciados de la medicina oficial. Cuentan que tenía un don especial para identificar a quien llegaba sin creer en sus poderes curativos; les invitaba a abandonar su morada. Era prácticamente analfabeto, pero "recetaba" medicinas y la gente hacía cola a la intemperie esperando días o semanas a ser recibida, incluso enfermos desde media Europa en busca de sus curaciones.
Le gustaba tener encendida una bombilla durante el día y la noche y actualmente también alguien efectúa ingresos periódicos en una cuenta corriente a su nombre para pagar la electricidad de la choza, que sigue encendida, y factura a razón de unos 100 euros mensuales.
Tumba de Manuel Rubio Sánchez
La manifestación más grande en Huétor Santillán
Huétor Santillán es una población de algo menos de 2.000 habitantes; la Venta del Molinillo es uno de sus anejos, hoy casi despoblado. Hasta que se construyó la A-92, allí vivía un grupo de personas en torno a su famosa Venta. Da entrada al valle del río Fardes, el mejor paraje de encinar y quejigo autóctono.
Cuando murió, hace trece años, se dieron cita en el pueblo algo más de 10.000 personas provenientes de todas partes y condiciones sociales. Fue sin duda, según recuerda Pozo (concejal de Hacienda y portavoz en el Consistorio), la mayor concentración humana en la historia del pueblo.
Manuel Rubio Sánchez está enterrado en el cementerio del pueblo. Su tumba es la más llamativa del modesto recinto, siempre a rebosar de flores blancas frescas, como a él le gustaban. Un grupo de personas se encargan de ello. Si se le pregunta a sus cuidadoras, según el concejal, "te dicen que Manuel sigue allí haciendo bien". Igual ocurre en el entorno de la choza del Molinillo.
Manuel Rubio Sánchez dejó una legión de seguidores, devotos, amigos, o "hermanos" como se autodenominan ellos, muy agradecidos por la ayuda que les prestó, y muy fieles, hasta el punto se seguir pagando de sus bolsillo los gastos de impuestos y electricidad que ocasiona la afición por los vehículos del 'santo Manuel'.
El Ayuntamiento de Huétor Santillán reconoce que el curandero se está convirtiendo en el primer motivo de visita a la población, casi tanto como el atractivo paisajístico o medioambiental que supone el Parque Natural de la Sierra de Huétor. "Estamos dándole vueltas a la cabeza en la corporación para constituir una fundación o asociación que recoja la memoria de este hueteño tan reconocido por quienes ayudó. Por lo pronto, estamos elaborando un libro y recopilando fotos, aunque Manolico era humildísimo y no era amigo de la notoriedad", concluyo Pozo.
- Documental -
- Vídeo -
El "Santo del Molinillo"
Extraído y, más información: Granada: Los devotos del curandero del Molinillo siguen pagando los impuestos de sus 130 vehículos
Las buenas personas, siempre calan en el corazón de la buena gente y por lo que he leído, este señor, hizo muchas cosas buenas por los demás, así que siempre sera recordado y querido, que bonito que te recuerden por tus buenas obras
ResponderYo desde pequeño e sentido algo especial cuando voy a verlo al cementerio pido por todos por mi familia y por los que no pueden ir a verlo pero llegué con un dolor de enia fiscal y salí sin dolor se que él puso sus manos en mi dolor después de muerto me curo gracias por cuidarnos manolillo
Responder