Maestro Félix
(1928 – 1980)
(1928 – 1980)
(Poza de la Sal, 1928 - Klondike, Alaska, 1980). Médico de formación (se especializó en estomatología), su afición por la cetrería lo convirtió en una figura destacada de este arte, siendo requerido como asesor de la película El Cid (1961), rodada en España a las órdenes de Anthony Mann.
Con el paso de los años, su pasión por las aves rapaces devino en un interés científico por la vida salvaje en general. En 1964 inició sus colaboraciones en distintos programas de Televisión Española, cadena para la cual dirigió series divulgativas como Fauna (1968), Animalia (1969), Vida salvaje (1970), Planeta azul () y El hombre y la Tierra (). Su área de actuación sobrepasó los límites físicos de la península Ibérica, para ampliarse a América Latina y África.
De todas estas experiencias televisivas surgieron las colecciones de libros Fauna, Cuadernos de campo y Fauna ibérica. Además, promovió en España las ideas conservacionistas, a través de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (ADENA) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, institución de la que fue miembro.
En concreto, se le reconoce un papel destacado en la preservación de especies de grandes mamíferos ibéricos que a mediados de la década de 1970 se hallaban en serio peligro de extinción, como el lobo y el lince ibéricos, el oso pardo cantábrico y el muflón. Falleció en un accidente de aviación cuando realizaba filmaciones de la Iditarod -carrera de perros de Alaska- para un programa de televisión.
En memoria de Félix Rodríguez de la Fuente
Hace casi tres décadas que no se escucha el aullido del lobo. Hoy los lobos gritan con menos fuerza pero con más llanto y tristeza porque el jefe pródigo de la manada, el Hijo predilecto de Poza de la Sal y redentor del "Canis lupus", lleva veintinueve años aullando ininterrumpidamente cada noche en el lugar más recóndito del bosque, y sólo unas pocas personas lo escuchan, pese a que todo el mundo lo oye.
Nuestro amigo Félix, desde aquel rincón de la cárcava, con su sobada guerrera, sus curtidas polainas y sus infatigables botas, contempla cada puesta de sol bajo la vieja tronca roída por el viento, el agua y el paso del tiempo, y observa el pronunciado retroceso de su "Planeta Azul". Se encuentra cabizbajo y pensativo, en un estado agridulce; triste porque siguen muriendo águilas imperiales envenenadas en las dehesas extremeñas, siguen cerrándose cepos sobre los tarsos del lince, todavía se emiten grandes cantidades de productos tóxicos a la atmósfera y aún se talan bosques a matarrasa para enriquecer el bolsillo. Pero también está contento e irradia felicidad cuando mira para otro lado y ve que hay millones de personas velando por su legado, trabajando única y exclusivamente por y para el medio ambiente, motivo por el que luchó incansablemente.
En cada puesta de sol, en el nido del águila, o en el lobezno ibérico, allí donde late un corazón por la vida y el planeta; allí se encuentra el Amigo de los Animales como fuerte llama esperanzadora.
Tu obra y tu voz despertaron la atención de los que sentían amor por la vida
Los que ya no están y tanto hicieron por el planeta, y los que queremos seguir trabajando, heredaremos tu "Queridos amigos", ese fruto de amistad que conquistó los corazones de medio mundo y que todavía despierta sentimientos allá por donde pasa".
Elegía a Félix Rodríguez de la Fuente
Era un caballo de acero sobre el que tú cabalgabas. Con espíritu cidiano en los confines de Alaska remontabas las alturas sobre un "babieca" con alas. Todo era blanco ese día al frío parto del alba; claras eran tus ideas de la misión programada y claros los horizontes con resplandores de plata. Bajo el techo azul celeste a la Ciencia le entregabas el esfuerzo generoso de tu cuerpo y de tu alma. Era el camino tan blanco, tan nítida la mañana, que todo se te ofrecía transparente a la mirada. En los témpanos de hielo los reverberos de plata tapizando el horizonte al escondite jugaban, mientras el caballo blanco -ese "babieca" con alas- elevado a las alturas nuevos espacios ganaba.
Y cuando te disponías, serena la paz del alma, a descubrir los secretos, de la estepa legendaria, diríase que al caballo quebráronsele las patas y tropicando al vacío en un soplo se estrellaba. Y de los Montes de Oca la Sierra de la Demanda, del valle de la Bureba y del páramo de Masa, un rumor de negra pena entre la niebla se alzaba. Bajaron hacia la vega, heterogénea amalgama, los animales del bosque al doblar de las campanas, uniéndose a las ovejas, a los bueyes y a las cabras para rendir homenaje en sentida y fiel balada al protector de su imagen de la Flora y de la Fauna. Desde todos los confines de la tierra en que pisaras han levantado su vuelo con la mortaja en sus alas: las frágiles avecillas, los halcones y las águilas, los pingüinos, la cigüeña, los buitres y la abutarda portando en su pico flores silvestres a tu morada.
Las gaviotas han quedado tristemente alicortadas. De los ríos navegables las especies que tú amabas han saltado a tierra firme, de vivir no tienen ganas. Se han parado las corrientes del Orinoco y del Plata, del Tigris, del Amazonas, del Potomac y del Niágara. En las praderas marinas los delfines ya no saltan, han prendido en sus aletas cintas de seda enlutadas. Las olas ya se han rendido quedando la mar en calma, y la luna se ha escondido envuelta en un mar de lágrimas. A la provincia de Burgos, desde los cielos de Alaska, tu cuerpo, frío y sin vida ha volado, ya sin alma, porque en Poza de la Sal querías que te enterraran. Desde Briviesca a Sedano de Villarcayo a Miranda hay un duelo de alas negras en cada parto del alba, volando hacia el cementerio donde elegiste tu morada.
No te mataron las hienas ni los tigres de Vengala, te traicionó un artefacto sofisticado y con alas. Con esa gran sencillez burgalés de cuerpo y alma cual recio varón cidiano incansable en la batalla, has consumido tu vida entre la Flora y la Fauna para honra de la Ciencia y para gloria de España.
En las noches castellanas el lobo aulla con tristeza, en recuerdo de aquel que se fue, aquel llamado Félix Rodríguez de la Fuente, amigo de los animales.
- Documental 1/4 -
- Documental 2/4 -
- Documental 3/4 -
- Documental 4/4 -
Canción: Amigo Félix
Más información en: ikerjimenez.com/especiales/felix-rodriguez-de-la-fuente/index.html
Fuente: terrorismoambiental.espacioblog.com/post/2009/03/14/en-memoria-felix-rodriguez-la-fuente y biografiasyvidas.com/biografia/r/rodriguez_de_la_fuente.htm
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