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ricardo baroja el piropoLa definición del piropo

El piropo se define como una expresión de admiración. Es un requiebro o lisonja. y la más genuina expresión del sentir del pueblo masculino hacia la belleza del sexo femenino, aunque con la emancipación de las mujeres en los últimos años también podemos registrar piropos dirigidos a los hombres.

Es expresión de algo bello, de un sentimiento. A veces también puede ser humorístico. Por supuesto nos referimos al piropo limpio y bonito y no al piropo que es vulgar y ofende la dignidad femenina. No, el verdadero piropo es grato al oído. A veces la mujer alarga el paso, pero en la mayoría de los casos no lo hace porque la frase haya herido su sensibilidad sino más bien por coquetería y con el fin de que el piropo le sea repetido.

No siempre el piropo tiene algo que ver con la alabanza de la belleza, al contrario, trata de satisfacer los sentimientos del hombre que así demuestra su machismo. Alabando los rasgos o atributos de la mujer, el varón intenta traspasar las fronteras de la privacidad de la mujer que pasa por la calle y en él está implícito el deseo de poseerla en ese mismo instante. Aunque al final quede todo el esfuerzo en vano.

Evaristo Acevedo tenía la siguiente explicación de lo que es el piropo: El piropo no es, ni más ni menos, que la demostración colectiva de un país que padece hambre sexual. ¿Qué podríamos pensar de un ciudadano que, al pasar por un mercado y ver los diversos géneros que se expenden, se acercase a una merluza y, poniendo los ojos en blanco, exclamara: ¡Preciosa! ¡¡Cómo me gustaría comerte bien rociadita con mayonesa!! Pensaríamos, sencillamente, que el ciudadano en cuestión estaba muerto de hambre y que no había tomado merluza desde que le destetaron. Pues algo por el estilo sucede con el tan ensalzado piropo dedicado a la mujer. Acercarse a una desconocida para dar vivas a la madre que la parió o para comunicarle que tiene los ojos más grandes que los pies, descubre que el piropeante tiene unas ganas enormes de acostarse con una mujer-para no dormir-y que ni lo consigue ni sabe cómo conseguirlo.

El piropo es el que se produce entre un emisor que le dice algo a un receptor desconocido. El piropo es normalmente improvisado, ocasional, una costumbre oral y popular. Es el primer paso que hace un hombre o una mujer para demostrar que nos gusta.

Según una encuesta, los que más piropean son las jóvenes entre 15 y 20 años y luego los varones de 15 y 16 años. Los hombres vuelven a lisonjear alrededor de los 45 años. Lo bueno de los piropos es que cada uno puede inventar el suyo. Pero para el piropo ser considerado como tal tiene que cumplir las siguientes características:

1) Tiene que ser público (la gente debe estar presente para que se entere).
2) Bonito (en el fondo y en la forma).
3) Debe ser ingenioso (es decir, en todo momento debe evitarse la grosería).
4) Fragmentario (lo ideal es descomponer a la mujer en partes aunque no se niega, como veremos, la posibilidad de dedicar un piropo a la totalidad de la mujer).
5) Oportuno.

significado de la palabra piropoEl significado de la palabra "piropo"

Etimológicamente la palabra «piropo» proviene de la palabra latina, pyrpus y ésta en la griega piropos, un compuesto de pyr-pyrós (fuego) y ops (vista, ojo). Se podría traducir como «ojo de fuego».

El término entra en la lengua española en el siglo XV para designar una piedra preciosa de color rojo brillante. Esta piedra podría ser un rubí o un granate.

Más tarde, como metáfora propia de los tópicos de la literatura renacentista, se aplicó a la descripción de la belleza femenina. Tal vez al color del rostro, tal vez al fuego de los ojos. A partir de este último significado, y considerando también los efectos de sonrojo que el buen piropo debía causar, se llega al significado actual de «lisonja, requiebro».

El origen del piropo

En diferentes religiones y civilizaciones, en la mitología y en la literatura de varias épocas diversas partes del cuerpo, especialmente del cuerpo femenino han sido mitificadas o sacralizadas.

Parafraseando a Ortega y Gasset (1966), observamos que para el hombre,la mujer primero fue una presa que se cazaba como un botín después la presa se torna premio porque «el botín de su feminidad no se puede poseer si no se gana» y a partir de aquel momento empezaron los juegos cortesanos.

Así, a lo largo de la historia, el hombre ha construido un ideal de mujer y la belleza variando según la época y la literatura ha inventado al mejor piropeador el más famoso: el Don Juan. El piropo existe en todos los países del planeta, de forma más o menos graciosa. Puede decirse que es más popular en España y en los países de habla española. España en general, es la verdadera patria del piropo. No hay nada tan español como el piropeo:

Con nuestra espléndida imaginación envolvemos a la mujer, desde la cuna, en una aureola de ideales; nos parece un serafín bajado del cielo para divinizar nuestra existencia, para redimirnos y para volar con ella a las regiones etéreas. Todas las flores del mundo nos parecen pocas para ella; y, como la juzgamos un ser superior, nos fascina, nos subyuga, aprisiona nuestro corazón y la hacemos objeto de nuestro culto. De ahí la finura, la delicadeza de nuestro carácter caballeresco e hidalgo.

Lo que ha ocurrido es que el piropo ha seguido una evolución notable que le ha llevado del canto coral al solo, de la cuadrilla a la individualidad, de la noche al día. El origen del piropo debió derivar, sin duda, del romance medieval. El romancero viejo castellano está repleto de poemillas que hablan de los amores de Lanzarote, los amores imposibles de cristianos y moras (romances fronterizos).

Tipos de piroposTipos de piropos
La visión del hombre y la mujer en los piropos

La visión de la mujer: Los piropos que se echan a una mujer están casi siempre relacionados con el cuerpo. La explicación seguro tiene mucho que ver con la época en la que los hombres empezaron a lisonjear a las mujeres. Ver alguna parte del cuerpo femenino era una tentación y por eso estaba siempre asociado con el infierno. Muchos de los piropos destinados a las mujeres hablan de ellas como de diablesas. El hombre siempre quiere tener una mujer como diablesa y su deseo es quemarse por la pasión infernal.

Los piropos más frecuentes que hablan de la mujer como de una diablesa son los siguientes:
"Si así es el infierno que el diablo me lleve".
"Si amarte fuera pecado, el infierno sería mío".
"Si así es el infierno pienso pecar toda mi vida".
"Si la belleza fuera pecado tú ya estarías en el infierno".
"Diablo de ojos claros, eres un gran ladrón, porque sin darme cuenta, me robaste el corazón".
"Ese fuego de tu piel y el calor de tu mirada me hacen sentir como el diablo en su morada".
"Si tú eres el pecado dispuesto estoy a cumplir la penitencia".

La visión del hombre: Tal vez la visión del hombre tiene mucho que ver con los deseos femeninos. Cada mujer quiere tener a un hombre bueno, fiel, dulce y sobre todo tierno. Será por eso que en la mayoría de los piropos destinados a los hombres éstos están vistos como ángeles. El 92% de los piropos dirigidos a los hombres los caracteriza como ángeles y sólo el 8% los caracteriza como un diablo atrevido, sexy y musculoso.

Los piropos más utilizados para dirigirse a un hombre visto como ángel son los siguientes:
"¿Qué pasa en el cielo que los ángeles están cayendo?"
"Y todavía dicen que no hay ángeles en la tierra".
"¿Qué pasará en el cielo que las estrellas se están cayendo?"
"Dios debe estar distraído porque los ángeles se le están escapando".

La división de los piropos

Podemos distinguir 3 tipos :
1) Los tradicionales o llamados callejeros.
2) Los llamados de urgencia, que son más creativos, y que principalmente se suelen pronunciar en Andalucía, más concretamente en Sevilla.
3) Los piropos literarios y teatrales.

piropos tradicionalesLos piropos tradicionales

A continuación voy a presentar una serie de piropos que se refieren a diferentes partes del cuerpo femenino. No serán todos los piropos porque son muchos y sería una lista muy larga. No menciono por ejemplo los que se refieren a la nariz o al pelo. Los más abundantes son los piropos dedicados a los ojos.

En los piropos se puede denominar a la mujer «niña, chiquilla, preciosa, ricura, cielo, tesoro, vida». También registramos denominaciones que se refieren al sabor, como «ricura, salerosa»; a la arquitectura, como «escultura, maciza, monumento»; o al mundo animal: «leona, pichón» o a la pérdida de la conciencia «encanto, locura». La modalización predominante es la de «querer», representada por los deícticos de la enunciación. «Si tú fueras…yo sería (haría)», «Si yo fuera…tú serías (harías)» o «Quién fuera». Este «querer» también se encuentra combinado con el «no poder» como por ejemplo en el siguiente piropo: Tantas curvas y yo sin frenos. También es frecuente la oración que empieza por «vaya» como muestra el siguiente piropo: ¡Vaya, por fin he visto hoy el sol!

Los piropos que se refieren a la figura:
Estás admirablemente encuadernada.
Tienes un cuerpo que ni el de bomberos.
¡Vaya rectas!
¡Vaya curvas!
Tu cuerpo es tan perfecto que solo le hace falta un error para ser humano.
¡Morena! ¡Que necesitas señalización! ¡Que con tantas curvas uno se mata!
¡Ay qué curvas! ¡Y yo sin frenos!
¡Quién fuera agua para rozar tu cuerpo cuando te duchas!
¡Quién fuera agua para evaporarse, convertirse en nube, en invierno caer desde el cielo sobre tu cuerpo y recorrerlo por completo!
¡Si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos cadenas qué bonito sitio para cumplir mi condena!
¡Viva la geometría!
¡Y dice mi madre que los monumentos no se mueven!
¿Es geómetro tu padre? Porque le salieron unas curvas a su hija…

Los piropos que se refieren a los senos:
¡Vaya dos limoncitos para un refresco!
¡Vaya una delantera, nena, ni las fachadas de Gaudí!
¡Tienes una delantera que ni la del Barça! (con referencia al mundo del deporte).
¡Vaya un par para la media vuelta! (con referencia al mundo del toreo).
¿Llevas puesto un sujetador espacial?... ¡Porque tienes unas tetas de otro mundo!

Los piropos que se refieren a los ojos:
¡Vaya luminarias: aunque quieras, no puedes acostarte a oscuras!
¿Me dejas encender un cigarro con el fuego de tus ojos?
Debes tener fuego en el corazón porque me enciendes con tu mirada.
Cuando de noche me ven tus ojos hasta parece de día.
No es la Luna, eres tú quien ilumina la noche.
¿Por qué el cielo está nublado? Porque todo el azul está en tus ojos.
Tus ojos son como dos luceros que iluminan mi rumbo.
¿Has robado del cielo los ojos que tienes en la cara, niña?
Tienes dos ojos como puñales:¡miran y traspasan!
¿Puedes encenderme el cigarillo con la lumbre que despiden tus ojazos, corazón?
¡Niña, no me mires que me abrasas!
Mírame un poco, que me estoy muriendo de frío.
Dile a tus ojos que no dejen crecer a las niñas, que están muy bien así.
¡Qué asesina eres cuando me miras con esos ojos!
¡Mi señora madre, qué par de ojos!¡Ahora me entero de que hay estrellas negras!
¡Con estos dos ojos me apuñalas el corazón!
¡Vayan con Dios esos ojos bonitos!
¡Qué par de ojos! ¿Te los ha prestado la Diosa de la Hermosura?

Ademanes del andar:
Pisa fuerte, que paga el Ayuntamiento.
Eso no es andar, es hacer cosquillas al pavimento.
Por la marcha que llevas, tendrás mucha gasolina.
Eso es andar y lo demás es estropear el suelo.
Ahora resulta que las estatuas caminan.
¡Quién fuera piso para sentir tu caminar!
Bendito este ayuntamiento que construyó este pavimento para que pasara tremendo monumento!
Un, dos, un, dos...¡Eres todo un batallón, por la gloria de mi madre!
Tú no andas...¡Planeas!
¡Vaya andares bonitos, caminante de mi corazón!

Color de la ropa:
Poco azul para tanto cielo.
Hasta los angelitos se han puesto de luto.
Si estás así de verde, cómo estarás de madura.
¿Quién se habrá muerto en el cielo para que los ángeles vistan de negro?

A las caderas pronunciadas:
¡Eso son caderas y lo demás tonterías!
¡Con esas caderas llevas el compás mejor que un director de orquesta!
¡Con ese bamboleo de caderas me mareo más que en un tío vivo!
¡Olé ahí unas caderas con hipo!
¡Viva el movimiento pop...ular!

Los piropos de paso:
¡Ay, si quisieras, las cosas que haríamos juntos!
Si tú fueras la Luna, yo sólo viviría de noche.
Sonríe, chiquilla, que quiero ver esas perlas que tienes por dientes.
Cuando nombraron las siete maravillas del mundo, se olvidaron de ti, preciosa.
¿No te cansas de estar soltera, niña bonita?
Eres la perdición de los hombres.
¿No sabes que la unión hace la fuerza?
¡Tu padre debía ser pastelero para hacer un bombón como tú!
Es la primera vez que veo un verdugo femenino.

A una boquita bonita:
Nena, estos labios están pidiendo un beso….
Tienes ojos almendrados y boquita de piñón….¡Vivan los frutos secos!
¡Qué clavel tienes en la cara! Digo no, ¡si son tus labios!
¿Quieres darme la limosnita de un beso, bonita?

La serie de los piropos «estás»:
Se trata de una serie, ciertamente bastante larga, de piropos breves, siempre eficaces, todos los cuales tienen por común denominador el verbo «estar». Dichos piropos suelen ir precedidos de los substantivos «ricura, nena, encanto, cielo, chiquilla» etc.

Veamos algunos ejemplos:
- Estás chipén.
- Estás de buten.
- Estás superior.
- Estás que tumbas de guapa.
- Estás chachi.
- Estás que atontas.
- Estás para comerte.
- Estás colosal.
- Estás de rechupete.

Los piropos andaluces:
Los piropos andaluces descomponen a la mujer en partes, refiriéndose a lunares, pecas, los rizos. También usan mucho la hipérbole. Los presento tal como se pronuncian en Andalucía y por eso hay que tener en cuenta que algunas letras están omitidas. Los piropos andaluces a diferencia de otros piropos tradicionales casi siempre están acompañados por «olé» y también por la denominación «hija» en vez de, por ejemplo, «princesa».

Veamos algunos ejemplos:
¡Olé! ¡Viva el marisco!
¡Hija de los tuétanos de mi cuerpo!
¡Ojos que te vieron di!...
Mare de las alas de mi corazón.
¿Me quiere usted de Lazarillo?
¡Olé! La Giralda, bonita toa.
Heé, ¡alla va eso!
Tié usté los ojos que paesen dos griyos comiendo tomates.
Si fuera usté damasco me la comería con güesesito y to.
¡Vaya usté con Dio, terroncito e gloria!
¿Me quiere usté de sereno a su calle?
¡Hija de mi arma! Pobrecito el ciego!
¿Quiere usté pelea conmigo a bocao?
Oiga usté, ¡Almacen de gracia!
¡Olé las circunstancias! ¡Tu mare graciosa!

piropos literarios y teatralesLos piropos literarios y teatrales

Todos los piropos, incluso los literarios, esconden, en mayor o en menor medida, una práctica fetichista. Los autores se fijan en los pies, los ojos o los labios. El piropo literario conserva algo de esa fetichización del cuerpo deseado: El sustitutivo del objeto sexual es, en general una parte del cuerpo muy poco apropiada para fines sexuales (los pies o el cabello) o un objeto inanimado que está en visible relación con la persona sexual; y especialmente con la sexualidad de la misma (prendas de vestir, ropa blanca). Este sustitutivo se compara, no sin razón, con el fetiche en el que el salvaje encarna su dios. No son los ojos o los labios los que excitan a los hombres, sino las asociaciones que provocan. Éstas están vinculadas a la memoria y la imaginación.


Los piropos españoles:
Natálie Venclovská
Mgr. Daniel Vázquez
Fuente: archivo PDF

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