
Mucho se ha especulado sobre las causas que lo llevaron a la muerte o el motivo de que no dejase descendencia, aunque la mayoría de los diagnósticos y especulaciones se han basado en objetos encontrados en la tumba y no sobre la momia.
Algunos de los síntomas y enfermedades que se han relacionado con la momia, han sido el desarrollo de las mamas debido a un desequilibrio hormonal llamado ginecomastia y el aumento de longitud excesivo de los miembros, también conocido como síndrome de Marfan.
Han podido comprobar en un estudio minucioso del pie, que presentaba un arco bajo, similar a una deformidad, con el pie girado hacia el centro, existiendo una necrosis ósea que deterioraba dos de los metatarsianos y que estaba empezando a mostrarse, poco antes de su muerte.
De aquí se desprende que los bastones que se han encontrado hechos de caña y toda una farmacia de productos hallados en su tumba, sean debidos a un problema físico y no solamente estético.

Junto a la momia de Tutankamón investigaron sobre varias más, las cuales guardaron relación con el joven faraón, una de ellas ha sido identificada como Akhenaton, la otra corresponde a Tiye, padre y abuela, respectivamente.
Numerosas características antropológicas son compartidas por las momias de Akhenaton y Tutankamón, incluso numerosos análisis genéticos han podido esclarecer que padre e hijo comparten idéntico grupo sanguíneo.
Esta investigación que estudia las patologías de la era faraónica, reúne ciencias como la medicina, la genética, la historia, la arqueología y la biología, entre otras y supone un avance en los conocimientos del mundo antiguo, mediante la fusión de estas ciencias.
Fuente: sobreegipto.com/2010/02/26/el-adn-de-tutankamon
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