
Antes de reventar taquillas interpretando al primer Tarzán del cine sonoro, Weissmüller era ya un rostro conocido para el público, gracias a su deslumbrante carrera como nadador. Alertado por la frágil salud del endeble Johnny, el médico le recomendó ejercitar su físico en la piscina. No sólo llegaría Weissmüller a ser un lozano mozalbete de 1,91, sino que ganaría cinco medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París (1924) y Ámsterdam (1928).
Entre 1921 y 1929, año de su retirada, nadie fue capaz de batirle en el estilo libre. Acumuló 67 récords del mundo y se convirtió en el primer hombre que rebajó el minuto nadando los cien metros.

El origen de tan célebre grito es precisamente objeto de controversia. La Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) explicó que los expertos de sonido amplificaron el rugido con ruidos de animales. Sin embargo, Weissmüller defendía su autoría del grito, inspirado en cantos tiroleses. Maureen O'Sullivan, Jane en varios de los filmes de Tarzán, corroboraba que el alarido era producto exclusivo de la caja torácica de su compañero de reparto.
Weissmüller, siempre escoltado por la entrañable Chita, protagonizó más de una docena de aventuras del rey de los simios hasta 1949. Desde el estreno de 'Tarzán de los monos' en 1932, la saga haría furor en las taquillas con sus distintos títulos. "¿Cómo puede un tipo subirse a los árboles, decir 'yo, Tarzán, tú, Jane' y hacer un millón de dólares?", se preguntaba el actor en las entrevistas.
No sorprende que la fama y el dinero de Hollywood le resultasen extrañas. Al fin y al cabo, sus orígenes se encontraban lejos, muy lejos de la meca del cine. Nació en 1904 en la ciudad de Timisoara, actualmente perteneciente a Rumanía pero que entonces se integraba en el Imperio Austro-Húngaro.

El ejercicio siempre apasionó a Weissmüller, quien estaba convencido de que "la competición atlética entre personas y naciones debería reemplazar la violencia y las guerras".
Esa preocupación por el físico le sirvió para desarrollar un cuerpo musculoso y tonificado, anzuelo irresistible para una legión de 'groupies' que no hizo sino multiplicarse con su salto a la gran pantalla. Weissmüller debutó en el filme 'Glorifying the American girl', pero su gran oportunidad le llegaría por azar. La MGM proyectaba llevar al cine dos historias de Edgar Rice Burroughs sobre el personaje de un niño huérfano criado en la selva. A Weissmüller le ofrecieron el papel porque Cyril Hume, guionista de las películas, se quedó prendado de él cuando lo vio nadando en la piscina de su hotel.
En aquella época, el ex campeón olímpico compaginaba sus flirteos con el 'show business' con el trabajo como modelo de bañadores y ropa interior. De hecho, MGM tuvo que persuadir a la firma textil BVD para que liberase a Weissmüller de su contrato. La productora se comprometió a 'ceder' a algunas de sus más despampanantes actrices para que posaran con trajes de baño de la marca.

Apolíneo y seductor, fueron muchas las mujeres que sucumbieron a los encantos del actor. Contrajo matrimonio con seis mujeres, pero ninguna de sus relaciones fue tan tormentosa como la mantenida con su tercera mujer, Lupe Vélez. Con la actriz mexicana, feroz y pasional, sostenía continuas peleas, y los maquilladores en el set de Tarzán debían hacer horas extra para camuflar los cardenales y arañazos en la piel del protagonista. La pareja se divorció en 1939, y Vélez se suicidaría cinco años después.
Noticias como aquella contribuyeron a engrandecer la leyenda de un Weissmüller cuya imagen fue incluida en la portada del icónico 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band' de los Beatles.

- Vídeo -
- Grito de Tarzán -
Fuente: elmundo.es/elmundo/2009/01/19/cultura/1232388018.html
Que recuerdos, aquellas tardes en el sofa de casa. Descanse en paz todo un mito del cine.
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