
Comparando las imágenes tomadas los días 19 de febrero y 21 de marzo, un equipo de investigadores de la NASA ha podido detectar un desplazamiento del terreno de 2.5 m en dirección este, y el hundimiento de la costa oriental de la isla Honshu, la mayor del archipiélago japonés. Científicos del Instituto Nacional Italiano de Geofísica y Vulcanología han utilizado las mismas observaciones para trazar un mapa del desplazamiento del terreno en la región; de un máximo de 2.5 m. Estos primeros resultados, que cubren una franja de 800 km sobre Sendai y Tokio, demuestran que la deformación del terreno se extiende a gran distancia del epicentro del seísmo, en el océano Pacífico.
La técnica empleada para analizar los datos se basa en la comparación de imágenes radar tomadas antes y después de la catástrofe desde el mismo ángulo, lo que permite detectar desplazamientos del terreno de hasta unos pocos milímetros.
Colaboración internacional
Este desastre natural constituye la primera vez que varias agencias espaciales – la ESA, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA) – comparten libremente los datos obtenidos por sus satélites SAR para ayudar a comprender mejor los procesos tectónicos de nuestro planeta, dentro de la iniciativa Geo-Hazard Supersites, coordinada por el Grupo de Observación de la Tierra (GEO).
Fuente: proyectogeo
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