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Mientras que otras personas realizan sus trabajos telemáticamente debido al COVID-19, el equipo a cargo del Rover Mars Curiosity, que normalmente trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California, ha hecho algo muy parecido.

Los científicos de NASA Jet Propulsion Laboratory (JPL) se han adaptado a trabajar desde su casa, haciendo de su hogares y mesas de cocina una especie de oficinas, eso sí, a falta de sus sofisticados equipos instalados en su laboratorio.

¿Cómo controlan a Curiosity desde sus hogares?
Curiosity era controlado desde un sofisticado laboratorio a unos 200 millones de kilómetros de distancia. Desde el 20 de marzo de este año, es controlado aún más remotamente, desde los hogares de este equipo de científicos.


Los científicos han instalado monitores, auriculares y otros equipos en sus hogares. Ahora se comunican mediante videoconferencia. Alicia Allbaugh, astrofísica y dirigente del equipo, dijo que normalmente están todos en una habitación compartiendo pantallas, imágenes y datos, pero ahora deben replicarlo virtualmente y todos deben de estar sincronizados, lo que les lleva aproximadamente unas dos horas cada día para mantenerse en orden, aún sí lo están haciendo.

Gafas 3D. Ya que no pueden usar las gafas 3D que suelen utilizar para analizar imágenes de Marte, ya que se requiere de computadores más potentes, optaron por emplear gafas de lentes rojas y azules más sencillas. Y aun siendo menos avanzadas y menos cómodas, les toleran planificar las rutas del rover al igual que los movimientos de brazos.

Se han realizado trabajos de gran complejidad como taladrar rocas y hacer trabajos de investigación. Curiosity ya lleva casi ochos años en Marte y la NASA confía en que el trabajo continúe aunque el equipo JPL no pueda reunirse en persona.




Fuente: planetacurioso.com

¿Es lo mismo pandemia que epidemia? Lo cierto es que no, aunque en muchas ocasiones el desconocimiento de lo que supone cada término ha dado a lugar a algunas confusiones. Como podremos comprobar a continuación, la ciencia médica diferencia con exactitud entre dos enfermedades que, a lo largo de la historia de la humanidad, han producido diferentes calamidades sanitarias.

¿Pero qué es lo que se conoce como epidemia?
La epidemia es una enfermedad que durante un periodo de tiempo se dispersa por una zona, afectando de esta manera a un gran número de personas. O lo que es lo mismo, no sobrepasa las fronteras provinciales o nacionales. En distintas ocasiones, para evitar el sensacionalismo se ha cambiado esta palabra por brote, en especial para remitirse a la aparición de una enfermedad infecciosa en un determinado emplazamiento.

Las causas por las que se puede extender una epidemia son distintas (vida e higiene, malas condiciones de salud, desastres naturales o causados por el hombre…) y en ocasiones ha disminuido la salud de muchas personas, llegando hasta tal punto de provocarles la muerte. Por fortuna, tanto la evolución de la sanidad como la de la sociedad en si ha conseguido que ahora estén más controladas que años atrás. Para prevenir su trasmisión, se suelen tomar medidas que influyen en el ámbito comercial (prohibiendo la venta de distintos alimentos afectados) o al turístico (restricciones de acceso)

¿Y qué es la pandemia?
La pandemia suele ser bastante más grave que la epidemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ésta se da cuando hay una propagación a nivel mundial de una enfermedad hasta el momento desconocida, extendiéndose sin control debido a que nuestro cuerpo no tiene defensas contra ella. La mayor parte de las pandemias han sido provocadas por virus gripales que afectan a animales, como en el caso de la gripe aviar.

Por desgracia, las pandemias acostumbran a asociarse a una gran cantidad de muertes debido a la falta de planificación. Hasta el momento las pandemias más mortíferas de la historia fueron las siguientes:


- La viruela: sumo más de 300 millones de personas muertas por culpa de esta enfermedad, dejando también a millones de individuos desfigurados en todo el mundo. Esta enfermedad, que solo afecta a personas y se transmite a través de fluidos corporales y contacto directo, origina la salida de numerosas pústulas que dejarán una marca perpetua en la piel con casi total seguridad. Por suerte, actualmente se considera una enfermedad extinguida.


- El sarampión: segundo en esta clasificación, originó la muerte de 200 millones de personas en el mundo. Igualmente conocida con el sobrenombre de varicela, es peculiar por dejar marcas rojizas en la piel y causar altas fiebres y malestar grave. Es una enfermedad muy controlada a día de hoy.


- La gripe de 1918, también conocida como la gripe española: fue una de las pandemias más graves de la historia moderna. A diferencia de las dos anteriores, que originaron un gran número de muertes a lo largo del tiempo, la gripe española terminó con el 6% de la población a nivel mundial en poco más de dos años (casi 100 millones de personas entre los años 1918 y 1920). No brotó en España, pese a que su designación pueda darlo a entender, sino que fueron las autoridades españolas las que informaron a la población de su existencia y de las graves consecuencias que conllevaba.


- La peste negra: fue una de las más famosas que asoló Europa durante la edad media y siglos posteriores. Fue transmitida por las pulgas que portaban los roedores, se piensa que brotó en Asia, lugar desde donde pasaría a ciudades italianas con actividad marítima para más tarde expandirse por todo el continente. Terminó con el 20% de la población mundial de aquella época (100 millones de personas, sumando todos los continentes).




Fuente: saberia.com

Cuando uno está deprimido se suele decir aquello de que todo se ve de color gris. Tal metáfora fue estudiada por la Universidad de Friburgo (Alemania), a través de un grupo de científicos encabezados por el Prof. Dr. Ludger Tebartz van Elst.

Este grupo de científicos buscó el vínculo entre estar deprimido y el color gris, llegando a la conclusión de que la depresión hace que el contraste entre el color blanco y el negro lleguen a diluirse.

Para llegar a dicha conclusión, los científicos utilizaron electrodos para examinar la actividad eléctrica de la retina en respuesta a una sucesión de flashes. Los pacientes deprimidos respondían a estos destellos con un menor contraste en las células fotorreceptoras de la retina.

Así se llegó a la conclusión de que la metáfora de verlo todo de color gris no es del todo errónea, puesto que está rigurosamente enlazada con el estado de ánimo de la persona que lo padece.




Fuente: sabiask.com